Los suecos tambi¨¦n r¨ªen
Teatro c¨®mico: como en los buenos tiempos de las compa?¨ªas de revistas del Mart¨ªn, pero con actores sabios en lugar de intuitivos: debe ser mejor, pero inquieta adivinar que repiten sus movimientos y sus gestos sin variar un mil¨ªmetro. Comicidad trabajada, inteligente, que convierte a William Shakespeare en carcajada. Puede serlo: aunque pase por el escenario su sombra de sonrisa melanc¨®lica, se confunde con el cosmopolitismo, con el jazz de Nueva Orleans, con la ropa vaquera.Shakespeare tuvo en esta obra, como en otras suyas, un sue?o mediterr¨¢neo; Eva Bergman (hija de Ingmar) y sus suecos tienen tambi¨¦n el suyo: sus personajes son abiertos, exagerados, hablan a gritos, se golpean los muslos, hacen gestos obscenos, juegan -sin traicionar a Shakespeare- a los equ¨ªvocos sexuales; cantan, se r¨ªen, se provocan, se caen al suelo... N¨¢poles, o Valencia, o Marsella; por todas esas ciudades se hace o se ha hecho un teatro as¨ª.
Noche de Reyes
De William Shakespeare. Backa Teatre, Suecia. Int¨¦rpretes: Svenake Gustavsson, Lars Varinger, Rolf Holingren, Marla Hedborg, Laurence Plurnridge, Marla Fahl, Maria Lundqvist, Stig Torstensson, Ulf DohIsten, Puck AhIsell. M¨²sicos: Stefan Abelsson, Anders Blad, Daniel Ekborg, Mats Nahlin, Ingmar Nilsson, Bo Stenholm. Escenograf¨ªa: Tofte Per Lamberg. Luminotecnia: Peter Moa. Coreograf¨ªa: Misela Cajchanova. M¨²sica: Backa Music. Vestuario: Linda Boije Af Gennas. Direcci¨®n: Eva Bergman. Teatro de la Comedia. Madrid, 2 de abril.
Quiz¨¢ si no supi¨¦ramos que eran suecos no nos parecer¨ªa teatro de imitaci¨®n, sino espont¨¢neo. Pero ?hay de verdad un teatro que no sea imitaci¨®n de otro teatro, aunque se llame vida? Provocaron carcajadas continuas: con sus gags, con su excelent¨ªsima actuaci¨®n. Y el malestar del idioma impenetrable para muchos.
Algunos notaron demasiado esa contradicci¨®n entre el placer de la interpretaci¨®n, alguna a?oranza de la palabra de Shakespeare y la irritaci¨®n de no entender, y hubo un pelotoncillo rebelde que se fue marchando, sobre todo en el intermedio: inesperadamente me encontr¨¦ entre ellos. Y sufr¨ª la contradicci¨®n entre el reparo de conciencia y el gran alivio.
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