Balance negativo de un festival
El 12? Festival Internacional de Teatro de Madrid ha terminado, y el balance art¨ªstico no es bueno. Sigue al a?o anterior, cuando sucedi¨® lo mismo. Se supone que las instituciones patrocinadoras han reducido su presupuesto, y que se intenta obtener, si no rentabilidad, al menos que se sufrague a s¨ª mismo, en cuyo caso podr¨ªa haber otra manera de juzgarlo: como a una empresa m¨¢s. Mientras depende del dinero p¨²blico, merece la pena ponerle francamente ante su dilema: o lo mejora, o recupera la calidad que tuvo antes, o abandona y cierra. No merece la pena seguir as¨ª.Los objetivos de un festival de esta ¨ªndole en una ciudad como Madrid -sin siquiera fijamos en la cursiler¨ªa hortera de que sea capital cultural: este Ayuntamiento no tiene la menor calidad para saber lo que realmente es la cultura- pueden ser al menos dos: uno, mostrar al p¨²blico lo que es la ¨²ltima novedad, las ¨²ltimas corrientes o tendencias en el teatro mundial; otro, servir de regulador o de estimulante para el teatro nacional, actuando sobre los espectadores para que puedan luego exigir y sobre los profesionales. No se cumplen.
La ¨²nica informaci¨®n que recibimos es la de que los teatros de los que fueron pa¨ªses comunistas no se han recuperado del hallazgo de la libertad: son peores que antes, cuando trataban de oponerse por todos los medios posibles a sus reg¨ªmenes. El segundo objetivo tampoco se cumple: mucho del teatro cotidiano espa?ol es mejor, y no s¨®lo el del Centro Dram¨¢tico Nacional con su ¨²ltima serie de aciertos, o los intentos comerciales, sino muchos, tambi¨¦n, de los peque?os grupos que llevan una vida dif¨ªcil.
Buenos actores de conjunto
Hemos visto, eso s¨ª, muy buenos actores, sin ninguno realmente excepcional: conjuntos. Suecos o rusos, ingleses o franceses: hab¨ªa una admiraci¨®n general por una escuela de trabajo que hace que los actores tengan una preparaci¨®n f¨ªsica elevada, unas voces educadas y expresivas, una formaci¨®n musical importante o al menos suficiente. Aqu¨ª no existe este material humano. Tenemos, en cambio, unos intuitivos, improvisadores, genialoides, que muchas veces llegan a cumbres y otras se hunden: no les vendr¨ªa mal m¨¢s estudio, trabajarse m¨¢s, leer m¨¢s, prepararse mejor.No les servir¨¢ de est¨ªmulo el festival a nuestros profesionales, porque no han ido: muchos alumnos de la escuela o de los cursos, s¨ª, como van a todo lo que pueden, y ¨¦sa es una buena se?al. Es una escuela muy principal.
Como el programador de este festival es el mismo desde hace muchos a?os, Ariel Goldemberg, y otras veces ha cuajado festivales espl¨¦ndidos, habr¨¢ que concluir regresando al principio: habr¨¢ una reducci¨®n considerable del presupuesto
No va a merecer la pena seguir as¨ª, salvo por la parte positiva que supone siempre mantener una estructura funcionando y unas personas dedicando su trabajo al teatro.
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