Ernesto S¨¢bato se califica de "anarcocristiano"

Si Borges, ante el asalto de la ceguera, escribi¨® que agradec¨ªa a Dios la magn¨ªfica iron¨ªa de haberle dado a la vez los libros y la noche, los ojos enfermos de Ernesto S¨¢bato le incapacitan para la literatura, pero le abren una pasi¨®n que siempre le ha acompa?ado: pintar. Ayer inaugur¨®, en el Centro Cultural de la Villa, una exposici¨®n con 36 cuadros de estilo rom¨¢ntico y expresionista, patrocinada por el Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana y el V Centenario.

Tras mostrar en 1989 una decena de obras en el Centre Pompidou de Par¨ªs, la ensayista Viv¨ªane Forrester no pudo por menos de definir: "Un gran impacto, un acontecimiento muy grave". Aunque posee un trato afable y bienhumorado, la mirada de S¨¢bato siempre ha sido muy grave: en sus novelas, desde El t¨²nel a Abadd¨®n el exterminador, y en su informe Nunca m¨¢s, una ventana al infierno de vesania y monstruosidad de la dictadura militar argentina."Mi primera vocaci¨®n fue la pintura, y desde que en 1979 los m¨¦dicos me diagnosticaron una enfermedad irreversible en la vista he vuelto a los cuadros. Recuerdo que el pintor canario ?scar Dom¨ªnguez siempre me incit¨®, pero durante una larga etapa escog¨ª la literatura. En cualquier caso, siempre me he guiado por el instinto. Las matem¨¢ticas puras son una especie de hermoso opio plat¨®nico. A m¨ª me interesan los hombres de carne y hueso". Los cuadros de S¨¢bato son de raigambre rom¨¢ntica, expresionista, y ¨¦l los llama sobrenaturalistas, "porque son lo contrario al naturalismo".

Hay retratos, o as¨ª, de Kafka, Virginia Woolf, Baudelaire, Dostoievsky, Nietzsche, o figuras de alquimistas. "Lo que cuenta en la vida humana es el inconsciente", dice S¨¢bato, Ias fuerzas oscuras del alma. A Freud le veo como a alguien que podr¨ªa haber sido un novelista notable: fue un escritor apasionante, y de ah¨ª la repercusi¨®n de su obra".

S¨¢bato se autodefine como anarcocristiano. "Aunque fui comunista activista, el anarquismo siempre me ha parecido una v¨ªa de conseguir justicia social con libertad plena. Y valoro el cristianismo del Evangelio. Este siglo es atroz y va a terminar atrozmente. Lo ¨²nico que puede salvarlo es volver al pensamiento po¨¦tico, a ese anarquismo social, y al arte".