La excepcional Sinf¨®nica de Chicago

Ciclo Fuera de Serie (Madrid Cultural)

Orquesta Sinf¨®nica de Chicago. Director: D. Barenboim. Obras de Strauss. Auditorio. Madrid, 7 de abril.

La Sinf¨®nica de Chicago nos hab¨ªa visitado ya con su anterior maestro titular, el hoy octogenario Georg Solti y ahora vuelve de la mano de su sucesor, Daniel Barenboim. Se trata, como es sabido, de una de las mejores orquestas que en el mundo existen, llevada por un talento tan singular como el del superdotado Barenboim.En su primer programa escuchamos tres t¨ªtulos claves de Ricardo Strauss: Don Juan (1888), Till (1895) y Vida de h¨¦roe (1898). Desde ellos pudimos seguir la creaci¨®n straussiana en tanto compositor del siglo XIX, aunque su vida y su obra se prolongaran en el siguiente hasta cerrar su cat¨¢logo, en 1946, con la maravillosa Metamorfosis y El concierto de oboe. Al a?o siguiente de su muerte, Strauss estrena todav¨ªa Los cuatro ¨²ltimos lieder que presentaron Flagstad y Furtaw?ngler en 1950.

La personalidad, la biograf¨ªa y la creaci¨®n de Strauss han dado lugar a no escasas pol¨¦micas. Hoy, el creador de El caballero de la rosa y su inmenso legado est¨¢n instalados en la vida y en la historia como una de las grandes aportaciones hechas a la m¨²sica.

Cuando Daniel Barenboim asume, en sus versiones cuantas perspectivas y condicionamientos otorgan sentido a una obra que acept¨® en principio los supuestos rom¨¢nticos, pero los expres¨® siempre a trav¨¦s de un pensamiento sinf¨®nico fuertemente innovador. Quiz¨¢ por ello, Strauss estuvo cerca y lejos de todos sus contempor¨¢neos. Incluso los que parec¨ªan o eran antag¨®nicos -Debussy, Mahler- las miraron al tiempo que dudaban de la validez que la v¨ªa Strauss ofrec¨ªa de cara al futuro. Es l¨®gico, pues Strauss, en su permanente exaltaci¨®n de la vida, fue hombre del presente, de su presente sobre todo.

Barenboim ha asimilado la cultura alemana con tanta fuerza como la francesa, al tiempo que entiende particularismos tan definidos como el espa?ol. Todo ello desde una radical latinidad que se reflej¨® potentemente en su visi¨®n arrebatada de don Juan. M¨¢s que inspirado en Lenau, parec¨ªa partir de Zorilla. Prodigioso fue el ejercicio virtuos¨ªstico de Till Eulenspiegel, ese genial rond¨® a la bufonesca en el que el compositor moviliza el gran conjunto sinf¨®nico en todas sus posibilidades din¨¢micas, ag¨®gicas, narrativas y burlescas, sin olvidar las coloristas, entendidas como estructura, seg¨²n comentara Debussy. En fin, la autobiogr¨¢fica vida de h¨¦roe, primer repaso del compositor a su existencia, que continuar¨¢ en la Sinfon¨ªa dom¨¦stica.

Barenboim profundiz¨® en estos pentagramas para explicarlos y extraer de ellos tanta belleza como contienen. La secci¨®n final -la soledad del h¨¦roe cotidiano-, s¨®lo se puede comparar con las soledades ¨²ltimas de Don Quijote. Hablar de ¨¦xito es decir poco. El p¨²blico reaccion¨® en estado de verdadera convulsi¨®n ante el arte grande de Barenboim y la extremada y espectacular perfecci¨®n de la Sinf¨®nica de Chicago, paradigma de hasta d¨®nde han llegado en nuestro tiempo las t¨¦cnicas instrumentales de ejecuci¨®n e interpretaci¨®n. El resumen: inolvidable.