Kinnock y Major llegan casi empatados a los conucios de hoy en el Reino Unido
El Reino Unido celebra hoy las elecciones m¨¢s competidas desde la II Guerra Mundial. Laboristas y conservadores llegan a las urnas casi exactamente empatados, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas, publicadas anoche, y. cualquier cosa es posible. Nell Kinnock prometi¨® ayer a sus seguidores una "victoria completa", y lo mismo hizo John Major, pero el resultado m¨¢s probable sigue siendo un empate en ?a. pr¨¢ctica y un Parlamento sin mayor¨ªa.
Ambos l¨ªderes recuperaron en su ¨²ltimo mitin los temas centrales de su campa?a, la gesti¨®n econ¨®mica en el caso de Major y la revitalizaci¨®n del Servicio Nacional de la Salud en el caso de Kinnock.Pero los electores se juegan mucho m¨¢s que la cartera o la eficacia de los hospitales. Sus votos decidir¨¢n cuestiones de gran trascendencia para el futuro brit¨¢nico: cu¨¢l debe ser la actitud ante la Comunidad Europea, si Escocia tiene o no autonom¨ªa y si la C¨¢mara de los Lores se mantiene o desaparece. Los conservadores hicieron ayer un esfuerzo final por atraerse a los votantes que permanecen indecisos, sac¨¢ndose de la manga promesas de ¨²ltima hora. Para los habitantes de Londres, donde se encuentran varias de las circunscripciones decisivas, ofrecieron una loter¨ªa regional "cuyos beneficios revertir¨¢n en la metr¨®poli y har¨¢n de ella una de las maravillas del mundo", en palabras de Major, quien reconoci¨® con pasi¨®n desacostumbrada que Ios dientes de los londinenses rechinan de rabia por la p¨¦sima situaci¨®n del transporte p¨²blico".
Los tories optaron tambi¨¦n por renovar los ataques personales contra su adversario, que han sido una de las constantes de la campa?a. Miles de panfletos, en los que se pretend¨ªa demostrar la incapacidad de Kinnock para gobernar el pa¨ªs, fueron distribuidos puerta a puerta entre los votantes supuestamente indecisos de cada circunscripci¨®n. Una avioneta con la pancarta "Que te zurzan" sobrevol¨® varios actos del l¨ªder laborista, pero la oficina central conservadora atribuy¨® la acci¨®n a "un espont¨¢neo".
El l¨ªder laborista, mientras tanto, daba los ¨²ltimos retoques a su imagen de estadista. Cambi¨® su coche habitual, un Rover de color rojo, por un Daimler de color negro id¨¦ntico al que usa oficialmente el primer ministro, y sustituy¨® el tono arengatorio propio de la campa?a por el tono sosegado y reflexivo que, supuestamente, se espera de un primer ministro. "Ma?ana por la noche ya no ofrecer¨¦ promesas, sino realidades", afirm¨® en una conferencia de prensa.
La campa?a electoral ha sido largu¨ªsima, y se aprecia un cierto alivio general por la llegada de la hora de la verdad. Elegibles y electores est¨¢n cansados. Desde que termin¨® la guerra del Golfo, hace un a?o, empez¨® a especularse con la posibilidad de unas elecciones anticipadas.
Cada uno de los partidos se puso en marcha para captar votos, y la algarab¨ªa de la propaganda pol¨ªtica no ha cesado en 12 meses. John Major retras¨® una y otra vez la convocatoria, a la espera de que terminara la recesi¨®n. Pero la legislatura lleg¨® pr¨¢cticamente a su fin -el l¨ªmite oficial era junio- y, con la recesi¨®n peor que nunca, Major ha tenido que acudir a las urnas en las peores condiciones posibles.
La culpable recesi¨®n
John Major quiere aparentar un optimismo completo, pero ayer admiti¨® inesperadamente que pod¨ªa perder las elecciones "por culpa de la recesi¨®n". Incluso anunci¨¦ que votar¨ªa en contra de un Gobierno laborista "cuyo programa se pareciera, aunque fuera poco, a lo que han ofrecido en la campa?a", con lo que reconoc¨ªa expl¨ªcitamente que ma?ana podr¨ªa pasar a la 9posici¨®n. "Se trata de una hip¨®tesis altamente improbable, que yo no contemplo en absoluto", a?adi¨®.
La admisi¨®n estaba hecha, y tanto laboristas como liberal-dem¨®cratas la aprovecharon para pregonar la "moral de derrota" del Gobierno.
La Iglesia Anglicana prefiri¨® abstenerse. No sucedi¨® lo mismo en Escocia, donde tanto la jerarqu¨ªa protestante como la cat¨®lica llamaron a votar contra los conservadores. Ambas iglesias justificaron su oposici¨®n a los tories por su insensibilidad ante las capas m¨¢s pobres de la sociedad y por su negativa a1a autonom¨ªa escocesa.
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