Mandela y Winnie
Las oscuras actividades de la esposa del l¨ªder surafricano pueden acabar con el matrimonio
El l¨ªder surafricano Nelson Mandela se niega por el momento a comentar las noticias de diarios europeos y americanos que aseguran que su matrimonio est¨¢ en las ¨²ltimas. "Cuando tenga algo que decir convocar¨¦ una conferencia de prensa", dijo el martes el presidente del Congreso Nacional Africano (CNA). Su esposa, Winnie, ni siquiera contesta al tel¨¦fono.Sin embargo, Mandela ya ha comentado a sus colaboradores en el CNA que quiere separarse oficialmente de Winnie. Seg¨²n la prensa surafricana, Mandela ha pedido a su esposa que abandone la c¨²pula del CNA e incluso que deje de ser militante.
La pareja no comparte el mismo techo desde noviembre del a?o pasado. Nelson ha pasado temporadas en su casa de los suburbios del norte, mientras Winnie a¨²n reside en la lujosa mansi¨®n que se construy¨® en Orlando oeste, en Soweto.
El pr¨®ximo 30 de abril, Winnie Mandela y su colaborador Xoliswa Falati comparecer¨¢n en la Corte Suprema de Johanesburgo para apelar contra la condena de seis a?os de c¨¢rcel por el secuestro y muerte de Stompei Seipei, un activista de Soweto de 13 a?os que falleci¨® tras recibir una brutal paliza en diciembre de 1988. Uno de los guardaespaldas de Winnie, Jerry Richardson, cumple una condena de 19 a?os de c¨¢rcel por este asesinato. No es probable que Mandela anuncie alguna decisi¨®n oficial sobre su separaci¨®n antes de la vista.
Nelson Mandela siempre se ha sentido responsable por haber dejado que su esposa se defendiera sola durante el cuarto de siglo que ¨¦l estuvo en prisi¨®n. Winnie educ¨® a sus hijas bajo la perenne amenaza de la polic¨ªa de seguridad, vivi¨® en el exilio interno y soport¨® la presi¨®n del apartheid.
Sin embargo, los estilos de vida de la pareja no pueden ser m¨¢s opuestos. El viejo l¨ªder, de 73 a?os, es un hombre sobrio, reflexivo, lleno de dignidad y de carisma. Viste de forma muy conservadora y le gusta comer cosas sencillas. Por contra, el estilo de Winnie es muy escandaloso. Incluso cuando su marido estaba en prisi¨®n y los barrios negros ard¨ªan con las manifestaciones antiapartheid, ella conduc¨ªa flamantes coches y viajaba en primera clase, vest¨ªa brillantes trajes de colores chillones o modelos de estilo guerrilla chic. Su supuesto romance con un joven abogado, Dalunxolo Mpofu, no contribuy¨® a mejorar su imagen.
Para rematar, el diario norteamericano Christian Science Monitor public¨® el martes un reportaje sobre la implicaci¨®n de Winnie en el asesinato de Abu-Baker Asvat, un importante m¨¦dico de Soweto miembro de la Organizaci¨®n del Pueblo Azanio. Seg¨²n esa informaci¨®n, Asvat fue llamado a casa e los Mandela en diciembre de 1988 para examinar a Stompie. Asvat se neg¨®, argumentando que el chico deb¨ªa ir al hospital. Dos semanas m¨¢s tarde apareci¨® asesinado en su consulta. Uno de los dos hombres condenado por esta muerte asegur¨® que su c¨®mplice recibi¨® dinero de Winnie despu¨¦s del crimen.
Pese a que el l¨ªder del CNA mantiene un digno silencio sobre estas cuestiones, tendr¨¢ que definir su posici¨®n si no quiere que le salpiquen las cada vez m¨¢s p¨²blicas actividades ilegales de su esposa.
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