"Estados Unidos necesita un nuevo liderazgo"
A los 45 a?os de edad, Bill Clinton ha pasado casi un tercera parte de su vida como gobernador del Estado de Arkansas. Su trayectoria en ese cargo y el resto de su experiencia pol¨ªtica prueban que conoce muy bien lo que hay que hacer para mejorar las condiciones de vida de sus votantes, pero es un perfecto ne¨®fito en asuntos de pol¨ªtica internacional. Nunca ha ocupado un puesto en Washington -ni en la Administraci¨®n ni en el Congreso- ni ha tenido vinculaci¨®n personal con problemas distintos a los del norteamericano medio.Su gran preocupaci¨®n en cuanto a la pol¨ªtica exterior es c¨®mo reducir el gasto militar sin poner en peligro la capacidad defensiva de EE UU. En esto, el pensamiento de Clinton es prudente, casi conservador, comparado con los de otros dirigentes de su partido. Es partidario de reducir el presupuesto de Defensa m¨¢s de lo que propone el presidente George Bush, pero advierte: "Durante un periodo de al menos 10 a?os no deber¨ªamos comprometemos unilateralmente en importantes recortes de gastos espec¨ªficos. El mundo est¨¢ cambiando muy r¨¢pidamente y nosotros tenemos que mantener nuestra capacidad para reaccionar ante potenciales amenazas".
"Aunque el presidente Bush anunci¨® el pasado mes de enero reducciones en nuestra estructura de fuerzas convencionales, creo que podemos ir m¨¢s lejos sin da?ar nuestra capacidad. Nosotros podemos mantener nuestras responsabilidades en Europa con menos de los 150.000 soldados que ha propuesto el presidente originalmente, especialmente en la medida en que las rep¨²blicas sovi¨¦ticas reduzcan las fuerzas del Ej¨¦rcito Rojo", explica Clinton.
"Basado en c¨¢lculos de la Oficina de Presupuestos del Congreso", a?ade, "mi plan supondr¨ªa un ahorro de m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares sobre el plan propuesto por el presidente. Si la situaci¨®n pol¨ªtica y militar contin¨²a siendo favorable, y conseguimos progresos en el control de los armamentos, podemos lograr reducir el presupuesto de defensa todav¨ªa m¨¢s hacia el final de la presente d¨¦cada".
Clinton considera que estas reducciones no significan que su pa¨ªs trate de eludir sus responsabilidades internacionales, sino que "el pueblo norteamericano ha hecho durante 40 a?os grandes sacrificios para invertir billones de d¨®lares en la vigilancia internacional, y ha llegado el momento de reinvertir esos dividendos en el propio futuro de los norteamericanos".
El candidato dem¨®crata se niega a aceptar que su escasa vocaci¨®n internacional permita calificarle de aislacionista. Al contrario. "Aunque s¨¦ que en estos momentos puede ser una mala pol¨ªtica declararse partidario de cualquier programa de ayuda al extranjero, s¨ª soy partidario de la ayuda a la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica". "Esa ayuda se la debemos al pueblo que venci¨® al comunismo, al pueblo que derrot¨® el golpe de Estado. Y nos la debemos a nosotros mismos. Gastar una peque?a cantidad para estabilizar las democracias emergentes en el antiguo imperio sovi¨¦tico reducir¨¢ mucho m¨¢s la cantidad de dinero que tendremos que emplear en nuestra defensa en el futuro".
En opini¨®n de Clinton, los planes de pol¨ªtica exterior est¨¢n condicionados a la necesidad urgente de resolver primero los problemas econ¨®micos en casa. "Bajo George Bush", afirma, "Estados Unidos ha tenido el crecimiento m¨¢s peque?o, los ingresos m¨¢s bajos y el menor nivel de creaci¨®n de empleos que bajo ninguna otra Administraci¨®n desde Herbert Hoover. La clase media pasa m¨¢s tiempo en sus trabajos y menos tiempo con sus hijos para llevar a casa menos dinero y, sin embargo, pagar m¨¢s por la asistencia m¨¦dica, la vivienda, la educaci¨®n y los impuestos".
La ¨²nica soluci¨®n, a su juicio, para salir de esta espiral de deterioro es sacar la Administraci¨®n del pa¨ªs de las manos del Partido Republicano, que la controla desde 1980. "Estados Unidos necesita un nuevo presidente que le d¨¦ el liderazgo que se requiere para volver a levantar el pa¨ªs, que le d¨¦ a la naci¨®n el poder que hace falta para competir en el mundo otra vez y ganar otra vez, que ayude a los pobres a salir de la pobreza y que sepa restaurar el promedio de prosperidad real. S¨®lo entonces empezar¨¢n a verse los cambios necesarios para consolidar el crecimiento econ¨®mico a largo plazo".
"Nuestra primera responsabilidad", asegura Clinton, "es movernos r¨¢pidamente para poner fin a la actual recesi¨®n econ¨®mica". Para ello sugiere cinco medidas urgentes:
-"Primero, reducir la carga fiscal de la clase media, cuyos impuestos fueron hacia arriba en la d¨¦cada de los 80, mientras que sus ganancias fueron hacia abajo".
-"Segundo, aumentar los cr¨¦ditos fiscales a las familias con hijos con el fin de proveer de ayuda adicional a la gente que m¨¢s lo necesita".
-"Tercero, acudir decididamente en ayuda de los trabajadores que pierden sus empleos".
-"Cuarto, ayudar al levantamiento de la econom¨ªa con varias acciones espec¨ªficas del propio presidente".
-"Quinto, utilizar la influencia de Estados Unidos en el mundo para conseguir apoyos econ¨®micos de otros pa¨ªses".
-"Por ¨²ltimo, necesitamos un plan a largo plazo para reconquistar nuestro liderazgo econ¨®mico mundial con el fin de meter a Estados Unidos en las mejores condiciones en el siglo XXI, en lugar de esta pol¨ªtica econ¨®mica de corto plazo que no nos lleva a ning¨²n sitio".
La p¨¦rdida de competitividad econ¨®mica de EE UU con otras potencias emergentes es una de las principales obsesiones de Bill Clinton. "Si queremos seguir siendo competitivos con Jap¨®n y con Europa", afirma, "necesitamos un nuevo programa econ¨®mico que estimule a la gente, que recompense el trabajo y que organice a Estados Unidos para competir y ganar de nuevo. Necesitamos una estrategia econ¨®mica para sacar al pa¨ªs de la recesi¨®n y restaurar la confianza a largo plazo".
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