Una ¨²ltima mirada reflejada
A la vista de las ¨²ltimas obras presentes. en esta exposici¨®n de Idroj Sanicne (Llofriu, Girona, 1966), podr¨ªamos apuntar que de alg¨²n modo est¨¢n concluy¨¦ndose los sistemas expresivos utilizados por el artista hasta la fecha. Sistemas que le han caracterizado de manera m¨¢s que notable, de tal modo que aparecen ampli¨¢ndose hacia nuevos territorios toda vez que cerr¨¢ndose en algunos de sus recursos m¨¢s habituales, a modo de una especie de confluencia final en la que se combina todo aquello que procede de sus investigaciones e intuiciones acerca del campo de la visi¨®n y de la mirada, combinadas con una disposici¨®n espacial que no s¨®lo resalta este aspecto, sino que adem¨¢s se dispara hacia una comprensi¨®n mucho m¨¢s ampliada y tendente a presentarse a modo de instalaci¨®n.Miopies, desde esta ¨®ptica de la instalaci¨®n, aparece como un trabajo global y compacto en el que los peque?os elementos realizados a base de tiras de cuero sint¨¦tico -con formas esencialmente org¨¢nicas y algunas antropom¨®rficas-, en las que se han incrustado mirillas y objetivos fotogr¨¢ficos, se relacionan unos con otros para promover una comprensi¨®n general y totalizadora. La confrontaci¨®n entre un muro lleno de esas peque?as presencias y el muro situado enfrente de ¨¦l, vac¨ªo y negro, ahonda en la teor¨ªa del artista seg¨²n la cual no s¨®lo lo que estamos mirando parece que nos mire a nosotros al mismo tiempo, sino que esa superficie llena de obras se refleja en un muro ciego -que le ciega-, y que a su vez participa de las posibles interferencias que el espectador promueve al situarse delante de ¨¦l para contemplarlo.
Miopies
Idroj Sanicne. Fundaci¨®n Mir¨®. Espai 13. Parque de Montju?c. Barcelona. Hasta el 26 de abril.
Escenario particular y privado
El discurso de Idroj Sanicne ha ido situ¨¢ndose en los ¨²ltimos a?os en un escenario particular y casi privado: es a partir de esa combinatoria de la privacidad donde se dirimen las diferencias entre lo estructural y lo construido, y las soluciones dadas a la cuesti¨®n de c¨®mo el espectador se implica en la finalizaci¨®n conceptual del trabajo, donde la obra del artista adquiere su mayor contundencia, tanto por lo que se refiere a sus contenidos como por cuanto respecta a sus aspectos meramente formales. De los dominios de la privacidad hasta su materializaci¨®n casi herm¨¦tica, la obra de Sanicne recorre un itinerario que la lleva a situarse de manera casi aut¨®noma en el espacio afectado: grados de inteligibilidad, clausura de ciertos dispositivos formales y textuales, distanciamiento de las relgas perceptuales, y una perpetua sugerencia de que nos hallamos ante piezas cuyo, mecanismo interior se apropia igualmente de su eficacia exterior, son algunos de los rasgos m¨¢s importantes a la hora de calibrar su trabajo. Esta exposici¨®n es, adem¨¢s, la constataci¨®n de c¨®mo su lenguaje se afianza y, por otra parte, de c¨®mo evoluciona, incansable.
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