La pista siria
Una exhaustiva investigaci¨®n responsabiliza a Jibril y minimiza la participaci¨®n libia en el derribo del avi¨®n de Pan Am
El Vincennes, de la flota de EE UU, derrib¨® un Airbus iran¨ª en el golfo P¨¦rsico y caus¨® la muerte a 298 personas. Era julio de 1988; la venganza iran¨ª era temida en Europa. Dos meses antes del atentado de Lockerbie la polic¨ªa alemana detuvo a 16 miembros del FPLP-MG. En la redada se hall¨® una bomba de material explosivo pl¨¢stico escondida en un radiocasete, similar a la que har¨ªa estallar el avi¨®n de Pan Am. Jibril parec¨ªa actuar protegido por Siria y financiado por Ir¨¢n. Miembros de los servicios de inteligencia de EE UU siguieron el rastro de una transferencia de varios millones de d¨®lares a una cuenta del FPLP-MG de un banco de Viena.Cuando Washington cambi¨® la acusaci¨®n contra Damasco por la de Tr¨ªpoli, hasta Vincent Cannistraro, que hab¨ªa dirigido la investigaci¨®n de la CIA sobre el atentado, coment¨® al diario The New York Times que era excesivo atribuir toda la responsabilidad al dirigente libio Muammar al Gaddafi.
Y Time decidi¨® investigar:
-Seg¨²n un informe del FBI realizado en Alemania, la maleta procedente de Malta que, presumiblemente, conten¨ªa la bomba para el vuelo 103 de Pan Am era una prueba en la acusaci¨®n de los dos libios. Pero la maleta con la bomba pudo haber sido introducida en Francfort en sustituci¨®n de otro bulto inocente.
-La maleta pudo introducirse en el avi¨®n por el grupo de Jibril con ayuda de Monzer al Kasar, un narcotraficante sirio que colaboraba con la Agencia Antidroga de EE UU (DEA) y con un equipo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Al Kasar pod¨ªa ser un doble agente.
-El vuelo 103 se vislumbraba corno el objetivo de Jibril y su grupo. En ¨¦l viajaba un equipo de la CIA, dirigido por el comandante Charles McKee, encargado de rescatar a los rehenes norteamericanos en Beirut.
La teor¨ªa de que Jibril eligi¨® el vuelo 103 para asesinar a esos seis agentes de la CIA la sostienen dos expertos en espionaje. M. Gens Wheaton, oficial retirado de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE UU (DIA), con 17 a?os de servicio en Oriente Pr¨®ximo, ve sorprendentes similitudes entre el desastre de Lockerbie y el del avi¨®n ca¨ªdo en Gander (Canad¨¢) en 1985, causando la muerte a 248 soldados estadounidenses. Wheaton trabaja ahora para las familias de las v¨ªctimas de dicho desastre. "Un par de viejos camaradas del Pent¨¢gono creen que los terroristas del avi¨®n en Lockerbie quer¨ªan matar al equipo de McKee, pero les dijeron que variaran el enfoque de sus investigaciones, porque revelaban una embarazosa carencia de seguridad". El FBI afirma que investig¨® la teor¨ªa de que el equipo de McKee era el objetivo, pero no encontr¨® ninguna prueba que la avalara.
V¨ªctor Marchetti, ex ayudante ejecutivo del subdirector de la CIA y coautor de The CIA and the cult of intelligence, cree que la presencia del equipo en el vuelo 103 es una pista que no debe ignorarse. Marchetti estima que el atentado pudo evitarse. "El Mosad ten¨ªa informaci¨®n sobre ¨¦l y no dio un aviso propiamente dicho. La CIA lo supo y estaba confusa".
Inicialmente, las investigaciones centraron sus esfuerzos en examinar la procedencia de los equipajes. El riesgo que conlleva el que una maleta que contenga una bomba y no se lleve en persona sea transferida en una escala a otro vuelo de conexi¨®n no est¨¢ de acuerdo con las precauciones que habitualmente toman los terroristas. De ah¨ª que es m¨¢s fiable que se introdujera en Francfort que en Malta.
Las acusaciones de Washington contra los libios Abdel Baset Al¨ª al Megrani y Lamen Jalifa Fim¨¢ no explican c¨®mo la Samsonite color bronce, supuestamente remitida por Air Malta, eludi¨® el moderno sistema de seguridad del aeropuerto de Francfort. Estas acusaciones se basan en dos fr¨¢giles pruebas: la pista hasta Libia de un temporizador suizo, a pesar de que los investigadores pensaron al principio que en la explosi¨®n se utiliz¨® un detonador barom¨¦trico. Y que la camiseta que supuestamente envolv¨ªa la bomba proced¨ªa de una tienda de Malta llamada Mary's House. El propietario identific¨® a Al Megrani como el comprador de la camiseta, aunque antes confundi¨® a ¨¦ste con un terrorista palestino arrestado en Suecia.
Fueron las hojas de registro del ordenador del aeropuerto de Francfort las que decidieron el proceso contra los dos libios. ?stas, descubiertas meses despu¨¦s del atentado, parecen probar que la maleta enviada desde Malta fue registrada en la estaci¨®n de codificaci¨®n n¨²mero 206 hacia la una de la tarde y despu¨¦s enviada a la puerta de embarque 44 de la Terminal B, de donde pas¨® al avi¨®n de Pan Am. Sin embargo, Time obtuvo una copia de las cinco p¨¢ginas de un teletipo enviado el 23 de octubre de 1989 al director del FBI en Washington desde la Embajada de EE UU en Bonn, seg¨²n el cual "Ios registros no indican el origen de la maleta enviada para ser cargada en el vuelo 103. Ni tampoco que llegara a ser cargada". El informe del FBI concluye: "Existe la posibilidad de que no se produjera ninguna transferencia de equipaje desde el Vuelo 180 de Air Malta al 103 de Pan Am". Pero sugiere "la posibilidad de que se sustituyera la maleta en el sistema de control de equipajes".
Lee Kreindler, el abogado de los familiares de las v¨ªctimas, que ha reclamado a Pan Am 7.000 millones de d¨®lares, afirma que puede probar que la maleta procedente de Malta fue puesta en el Vuelo 103. Y que un grave fallo en la seguridad de la compa?¨ªa contribuy¨® al desastre.
Pero la firma de abogados Windels, Marx, Davies & Ives, que representa a la Pan Am, mantiene la teor¨ªa de la sustituci¨®n de maletas. Para unir todas las piezas contrat¨® a Interfor. Inc., una firma de Nueva York especializada en investigaci¨®n internacional y seguridad. Si no fuera por las incre¨ªbles historias reveladas durante las sesiones del Irangate, las conclusiones de Interfor se considerar¨ªan producto de la imaginaci¨®n de unos detectives que se han vuelto locos, en especial si se tiene en cuenta el controvertido pasado del presidente de la compa?¨ªa, Juval Aviv. Aviv, de 45 a?os y nacionalizado norteamericano, afirma haber encabezado al grupo del Mosad que dio caza y mat¨® a los terroristas ¨¢rabes que asesinaron a 11 atletas israel¨ªes en los Juegos Ol¨ªmpicos de 1972 en M¨²nich.
Su investigaci¨®n se basa en el narcotraficante sirio Monzer al Kasar, cuya participaci¨®n en la liberaci¨®n de dos rehenes franceses en 1988 atrajo el inter¨¦s de una unidad de la CIA -con nombre en clave Corea y con "base en la ciudad alemana de Wiesbaden-, que, al parecer, traficaba con armas y drogas para intentar acceder a los grupos terroristas.
De acuerdo con Aviv, agentes de Corea permitieron a Al Kasar continuar con sus actividades de contrabando a cambio de ayuda para lograr la liberaci¨®n de rehenes norteamericanos en L¨ªbano. El negocio de narcotr¨¢fico de Al Kasar era tambi¨¦n utilizado por la DEA para operaciones de env¨ªo de hero¨ªna desde L¨ªbano a Detroit, Los ?ngeles y Houston, que tienen importantes comunidades ¨¢rabes, para localizar a los traficantes en EE UU.
En oto?o de 1988, las actividades de Al Kasar fueron detectadas por Ahmed Jibril, l¨ªder del FPI,P-MG, a quien Teher¨¢n acaba de asignar la misi¨®n de vengar el derribo de su Airbus por la Marina de EE UU. Seg¨²n Aviv, Jibril cen¨® con Al Kasar en un restaurante de Par¨ªs, donde logr¨® del traficante, a rega?adientes, el compromiso de ayuda en la colocaci¨®n de una bomba a bordo de un avi¨®n.
El hombre al que los abogados de Pan Am consideran el testigo clave en este proceso est¨¢ escondido por temor a perder su vida. Su nombre verdadero es Lester Knox Coleman III y trabaj¨® como esp¨ªa para la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) y la DEA. Hace un a?o realiz¨® una declaraci¨®n jurada por escrito en la que describ¨ªa la operaci¨®n de narcotr¨¢fico en la que estaba infiltrado Jibril.
"Se me dijo que en el aeropuerto de Francfort las maletas con las drogas ser¨ªan puestas en vuelos hacia EE UU por agentes u otras personas que trabajasen en la zona de equipajes. Personalmente creo que la polic¨ªa federal de Alemania estaba tambi¨¦n implicada, como tambi¨¦n lo estuvieron el servicio de aduanas del Reino Unido".
En diciembre de 1988, Al Kasar consigui¨® informaci¨®n sobre la amenaza de acabar con su operaci¨®n de contrabando. El equipo antiterrorista de Charles McKee en Beirut, que estaba investigando el posible rescate de los nueve rehenes en L¨ªbano, intuy¨® su conexi¨®n con la CIA. El equipo estaba indignado porque la unidad Corea de Wiesbaden trataba con un sirio con importantes conexiones terroristas que podr¨ªa poner en peligro el intento de rescate planeado.
McKee y su equipo decidieron volver a Virginia sin avisar y exponer las conexiones de Corea con Al Kasar. Se guardaron 500.000 d¨®lares en efectivo destinados a su misi¨®n de rescate, as¨ª como mapas y fotograf¨ªas de los lugares secretos donde estaban escondidos los rehenes y compraron billetes para el vuelo 103 de Pan Am.
En su libro Lockerbie: the tragedy of flight 103, el periodista de la radio escocesa David Johnston desvel¨®, que agentes de la CIA sobrevolaron con helic¨®pteros Lockerbie poco despu¨¦s de la explosi¨®n buscando los restos de la maleta de McKee. "Cogieron la maleta y su contenido y se fueron en el helic¨®ptero a un lugar desconocido". D¨ªas despu¨¦s, la
La pista siria
maleta vac¨ªa fue puesta de nuevo en el mismo sitio.La bomba que estall¨® en el avi¨®n de la Pan Am podr¨ªa haber sido montada por Maruan Abdel Razaq Mufit Jrisat, uno de los 16 detenidos brevemente en Alemania antes del atentado. En su coche se encontr¨® el radiocasete con una bomba en su interior parecida a la que hizo estallar el avi¨®n. Sin embargo, el mes pasado la OLP inform¨® que el artefacto fue construido por Jaisar Hadad, tambi¨¦n miembro de la organizaci¨®n de Jibril.
En un libro recientemente publicado sobre el caso Lockerbie -On the trait of terror-, el periodista brit¨¢nico David Leppard declara que el investigador Thomas Hayes, que examin¨® una min¨²scula pieza de un temporizador recuperada entre los restos del avi¨®n, no pudo "asegurar p¨²blicamente si la bomba que destruy¨® el avi¨®n de la Pan Am fue realizada en principio por Jrisat y modificada posteriormente mediante temporizadores semejantes a los encontrados en posesi¨®n de los libios".
El Tribunal Supremo brit¨¢nico sentenci¨® que los abogados de la Pan Am podr¨ªan pedir el testimonio de Hayes. Sin embargo, su declaraci¨®n fue bloqueada por una maniobra de las autoridades escocesas en el ¨²ltimo momento por razones de seguridad nacional. Los abogados de la Pan Am recurrieron la decisi¨®n.
Al Kasar no sab¨ªa c¨®mo y cu¨¢ndo Jibril hab¨ªa planeado usar la bomba. Un agente del Mosad, de acuerdo con Aviv, advirti¨® a EE UU y a los servicios secretos alemanes que se pensaba realizar un atentado hacia el 18 de diciembre en un avi¨®n con pasajeros estadounidenses que saldr¨ªa de Francfort. Al Kasar se dio cuenta inmediatamente de que el vuelo 103 de la Pan Am era el objetivo m¨¢s probable y, jugando a dos bandas, lo notific¨® a la Corea. Su advertencia corroboraba una anterior amenaza de bomba contra un vuelo no espec¨ªfico de la Pan Am que sal¨ªa de Francfort, realizada por tel¨¦fono a la Embajada de EE UU en Helsinki.
En enero de 1990, Aviv y otra persona que hab¨ªa trabajado como experto en detectores de mentiras en el Ej¨¦rcito estadounidense volaron a Francfort para aplicar el detector de mentiras a Killin Caslan Tuzcu y a Roland O'Neill, los ¨²nicos mozos de equipaje de la Pan Am que, seg¨²n la compa?¨ªa, habr¨ªan podido manipular las maletas y colocar la que ten¨ªa la bomba. Aviv declar¨® posteriormente ante el Tribunal Federal de Washington que Tuzcu "no dec¨ªa del todo la verdad cuando afirmaba que ¨¦l no hab¨ªa sustituido las maletas", y que "en su opini¨®n, Roland O'Neill ment¨ªa cuando afirmaba que ¨¦l no hab¨ªa visto sustituir la maleta y que tampoco sab¨ªa qu¨¦ hab¨ªa en la maleta cambiada.
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