Agresi¨®n serbia
LOS COMBATES que se desarrollan en Bosnia-Herzegovina -agravados en los ¨²ltimos d¨ªas- no son choques inter¨¦tnicos m¨¢s o menos espont¨¢neos entre las diversas nacionalidades de esa rep¨²blica. La realidad es mucho m¨¢s grave: el llamado Ej¨¦rcito federal, que de hecho obedece ¨®rdenes del Gobierno serbio, lejos de contribuir a mantener la paz mediante una soluci¨®n negociada de los problemas entre las diversas etnias, interviene directamente para apoyar a los grupos armados que pretenden crear una rep¨²blica serbia desgajada de la de Bosnia-Herzegovina. Sarajevo, la capital, ha sido bombardeada por la artiller¨ªa federal, lo mismo que otras ciudades. El jefe de los ultranacionalistas serbios, Karadzic, afirma que no habr¨¢ paz si no se divide Sarajevo, contra la voluntad de sus habitantes, que afirman su deseo de proseguir los "cinco siglos de historia pluri¨¦tnica y pluriconfesional" de esa ciudad. En el fondo, est¨¢ en juego la existencia misma de la rep¨²blica de Bosnia-Herzegovina.La Comunidad Europea reconoci¨® la independencia de Bosnia-Herzegovina el pasado 6 de abril, despu¨¦s de un refer¨¦ndum en el que la voluntad mayoritaria de la poblaci¨®n se manifest¨® de manera muy clara. Estados Unidos ha hecho lo mismo. Despu¨¦s de unos d¨ªas de choques armados provocados por los nacionalistas serbios, el 12 de abril se firm¨® un alto el fuego entre los representantes de las tres nacionalidades de la rep¨²blica: musulmanes, croatas y serbios. Sin embargo, el Ej¨¦rcito federal viola ese compromiso y aplica una t¨¢ctica semejante a la que utiliz¨® en Croacia: apoyar a grupos armados serbios para que ocupen el m¨¢ximo de territorio. Pero detr¨¢s de estas agresiones militares hay un responsable pol¨ªtico: el Gobierno serbio. Y hace falta que en Belgrado, se den cuenta de que est¨¢n jugando con fuego.
Estados Unidos y los 50 pa¨ªses miembros de la Conferencia de Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE) han advertido a Serbia que si no pone fin a su pol¨ªtica agresiva se adoptar¨¢n medidas para imponer el respeto de la ley internacional. El presidente serbio Slobodan Milosevic, que s¨®lo puede contar con el apoyo de Montenegro para mantener en los foros internacionales la ficci¨®n de una Yugoslavia, bien que reducida al m¨ªnimo, deber¨ªa comprender la inutilidad de la pol¨ªtica agresiva y militarista que realiza en Bosnia-Herzegovina. Ya no le sirve hablar de la existencia de grupos serbios in controlados. Ese argumento se utiliz¨® para impedir la llegada a Croacia de los cascos azules de la ONU. Pero luego tos incontrolados se dejaron controlar cuando lleg¨® la hora de la verdad. Ahora Serbia debe hacer lo mismo en el caso de Bosnia-Herzegovina y poner fin a una pol¨ªtica que la condena al aislamiento internacional.
Los problemas creados por la desaparici¨®n de Yugoslavia no se resolver¨¢n por las armas. S¨®lo con una presencia internacional y mediante la negociaci¨®n ser¨¢ posible establecer unas garant¨ªas para las minor¨ªas nacionales y dar estabilidad a la regi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.