Miles de personas invaden la Villa Ol¨ªmpica durante la primera jornada de puertas abiertas
Miles de personas aprovecharon ayer la primera jornada de puertas abiertas de la Villa Ol¨ªmpica de Barcelona para obtener las primeras impresiones sobre el nuevo barrio construido para alojar a los atletas de los Juegos Ol¨ªmpicos, que despu¨¦s quedar¨¢ como zona residencial abierta al mar. Las reacciones de los paseantes eran en general de aceptaci¨®n e incluso admiraci¨®n. Las gentes no escatimaban elogios a la urbanizaci¨®n de la zona, aunque criticaban en algunos casos la est¨¦tica de los edificios y el mobiliario urbano y, en otros, lamentaban los altos precios de las viviendas.
La expectaci¨®n generada durante los ¨²ltimos a?os en Barcelona por esta gran operaci¨®n urban¨ªstica, que ha transformado una enorme zona industrial ya obsoleta en un elegante distrito unido a la trama urbana de L'Eixample, vio cumplidos ayer sus augurios m¨¢s positivos. Una se?ora de unos sesenta a?os, que visitaba la Villa acompa?ada de su esposo y su hermana, expres¨® su opini¨®n: "Esto era el Campo de la Bota y el Somorrostro, ?no? Pues es todo un cambiazo. Vaya cambio, s¨ª se?or".El Campo de la Bota y el Somorrostro eran unos barrios de chabolas situados entre v¨ªas f¨¦rreas, junto a una zona industrial decr¨¦pita y playas impracticables a causa de los vertidos de todo tipo. El Campo de Bota adquiri¨® una fama siniestra porque los franquistas convirtieron sus tapias en paredones de fusilamiento cuando en 1939 entraron en Barcelona. Y el Somorrostro era un suburbio m¨ªsero, un lugar peligroso, al que la ciudadan¨ªa acomodada no se atrev¨ªa ni a acercarse.
Para los j¨®venes que no conocieron el apogeo de esta parte del Poblenou como zona fabril y suburbial, los criterios de apreciaci¨®n eran distintos. Un muchacho de unos veinte a?os, que luc¨ªa una camiseta con la leyenda Freedom for Catalonia y que precisamente es instalador de aire acondicionado en las viviendas de la Villa Ol¨ªmpica, manifest¨® rotundamente que el nuevo barrio no le gustaba. "Est¨¦ticamente, no est¨¢ bien", dec¨ªa. Criticaba as¨ª el estilo severo y la abundancia de l¨ªneas rectas en el dise?o de los edificios y mobiliario urbano, todo ¨¦l moderno. En cambio, su novia era de otro parecer. "Las calles son anchas y soleadas. El mar est¨¢ aqu¨ª mismo. Hay ¨¢rboles y paseos. Eso est¨¢ muy bien".
Los responsables de la Villa Ol¨ªmpica calculaban que este fin de semana de puertas abiertas -los dos ¨²nicos d¨ªas que podr¨¢ ser visitada antes de los Juegos- ser¨ªa aprovechado por unas 200.000 personas. Desde primera hora de la ma?ana, millares de personas de toda Barcelona llegaban, arracimados en familias, a la nueva estaci¨®n del metro de Ciutadella-Villa Ol¨ªmpica, inaugurada el jueves pasado, como quien participa en una excursi¨®n colectiva. En el vag¨®n del metro pod¨ªan escucharse conversaciones como ¨¦sta, entre dos amigos: "Yo le estoy comiendo el coco a Mercedes para que venda el piso y as¨ª poder comprar otro aqu¨ª".
De las 2.000 viviendas de que consta la Villa Ol¨ªmpica se han vendido ya aproximadamente la mitad. Muchos de los visitantes comentaban que los precios son excesivamente elevados y han convertido este barrio en inasequible. "Aqu¨ª s¨®lo podr¨¢ venir a vivir la gente guapa", explic¨® con una punta de disgusto una chica que manifestaba sin disimulo su admiraci¨®n por el conjunto.
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