La realidad enmascarada
Nacido en la localidad jinense de Navas de San Juan, el a?o 1942, Juan Mart¨ªnez sigue pagando entre nosotros el cruel sino de los trasterrados: que nadie los discute, pero tampoco nadie los reconoce. Afincado en Suiza desde los sesenta, Juan Mart¨ªnez ha logrado un notable prestigio internacional, que, sin embargo, aqu¨ª sigue sin revalidarse como se merece, a pesar de que ha expuesto en nuestro pa¨ªs con cierta regularidad desde finales de los a?os setenta. De marcado acento existencial, su pintura proporciona im¨¢genes de soledad, im¨¢genes desoladoras de lo humano. Seg¨²n ha ido ahondando en la herida, Mart¨ªnez ha visto con m¨¢s claridad la mascarada de lo real. Est¨¢ visi¨®n ¨²ltima est¨¢, como lo demuestra su trayectoria, cargada de matices. La obsesiva presencia de la figura humana, raz¨®n de ser de su discurso, ha tomado unos perfiles escuetos que bordean lo alucinatorio. Signos y figuras compactos y esquematizados se recortan sint¨¦ticamente sobre una superficie calc¨¢rea, cuya luminosidad deja flotando el silencio como los gritos ahogado en los sue?os y en la historia. Este hieratismo hace m¨¢s impresionante el resultado, como una verdad lacerante puesta en evidencia mediante un orden de demostraci¨®n geom¨¦trico.
Juan Mart¨ªnez
Galer¨ªa Seiquer.General Arrando, 12. Madrid. Hasta el 30 de mayo.
Su obra actual es un escalofriante ejercicio de precisi¨®n que nos hace pensar en las verdades minerales de un Zurbar¨¢n, esa otra manera espa?ola de conectar con el fondo de la existencia.
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