El progreso pasa factura a la salud
Sida, alergias, cardiopat¨ªas y somatizaciones, las nuevas enfermedades del final de siglo
La ciencia del siglo XX ha vencido las grandes epidemias infecciosas hist¨®ricas pero el hombre contempor¨¢neo tiene ante s¨ª la factura de sus conquistas cient¨ªficas: enfermedades cardiovasculares, alergias a los frutos del progreso, virus desconocidos, como el del sida, que diezman sin piedad y se propagan por todos los continentes; rebrotes de tuberculosis y s¨ªndromes variados que intentan explicar el objetivo actual de las bacterias ociosas. Con ellos, la sombra del estr¨¦s, la depresi¨®n y la ansiedad se extiende a lo ancho de la cultura de la prisa.
Si en la posguerra media Espa?a estaba t¨ªsica, a finales del siglo XX la otra media padece trastornos psicosom¨¢ticos. El problema ahora no es conseguir un plato de lentejas, sino que el plato no engorde. En las casas han entrado la bulimia (crisis patol¨®gicas de hambre) y la anorexia (bloqueo alimentario), dos enfermedades que Francisco Alonso Fern¨¢ndez, catedr¨¢tico em¨¦rito de Psiquiatr¨ªa de la Universidad Complutense, considera nuevas y directamente relacionadas con los c¨¢nones est¨¦ticos en boga. Tambi¨¦n ha entrado con protagonismo absoluto el reloj. Montones de relojes por ciudadano, para medir la cultura occidental de la prisa y la puntualidad. A trav¨¦s de ellos, "una ansiedad generalizada c¨®smica combinada con estr¨¦s", explica Alonso, que diagnostica en el. ser humano contempor¨¢neo occidental "una desorientaci¨®n para motivaciones que no sean af¨¢n de poder, mercantilismo y consumismo". Y en ello encuentra el fondo para el desarrollo de las nuevas patolog¨ªas.
Sociedad incomunicada
Los especialistas constatan un incremento de ciertos tipos de depresiones: "Algunos de ellos desconocidos hasta ahora, como el que surge con la disminuci¨®n de la comunicaci¨®n y aislamiento, y que se asocian a dolores corporales", indica el psiquiatra. Alonso Fern¨¢ndez califica a la sociedad actual de "alexit¨ªmica", es decir, caracterizada por una mentalidad -hasta ahora m¨¢s propia de los varones-, que se manifiesta como una incapacidad para expresar los propios afectos. "Aquellos sentimientos que no se expresan verbalmente adoptan formas som¨¢ticas", explica Alonso Fern¨¢ndez. Esta sociedad multiplica los cardiacos, y habla de padecer colesterol con la misma familiaridad que sufre almorranas. La producci¨®n del colesterol, una sustancia grasa que aportan el cuerpo y la dieta, se ha desbocado en los ¨²ltimos tiempos, en parte por nuevos h¨¢bitos alimentarios excesivamente ricos en grasas saturadas. El resultado es que, acumul¨¢ndose en sangre, se ha convertido en el principal factor de riesgo, junto al tabaco y el sedentarismo, de las enfermedades cardiovasculares, la mayor causa de muerte en los pa¨ªses industrializados.
Por su parte, las bacterias ociosas se revuelven contra nuevos objetivos. Aparecen, sin explicaci¨®n cient¨ªfica todav¨ªa, gripes dise?adas a la medida de una nueva especie social llamada yuppy; s¨ªndromes de edificios que enferman -aire acondicionado, conducciones, moquetas etc¨¦tera- contagiando a sus moradores, y nuevos virus que se tornan asesinos, sin todav¨ªa explicaci¨®n cient¨ªfica, al inicio de la d¨¦cada de los ochenta. A¨²n no se sabe con certeza de d¨®nde vino el virus del sida y c¨®mo se tom¨® tan agresivo. El hecho es que desde la detecci¨®n de los primeros casos de sida en un reducido grupo de homosexuales al sur de California EE UU) se han declarado en todo el mundo 446.681 infectados. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) calcula, no obstante, que la cifra asciende a 1,5 millones.
Sin defensas frente al sida
Sin distinci¨®n de razas o preferencias sexuales, el virus ya camina de forma invencible por los cinco continentes, amenazando con extenderse a 30 millones de habitantes, especialmente del Tercer Mundo, al finalizar la d¨¦cada. El sida ha dejado mermada de defensas a la sociedad, y por ello permite que cabalgue de nuevo el caballo fam¨¦lico de la tuberculosis, si bien por ahora no se registra un incremento espectacular de la incidencia, como constata Odorina Tello, subdirectora del Instituto Nacional de Epidemiolog¨ªa. La mayor¨ªa de los casos actuales son tuberculosis extrapulmonares asociadas al sida, pero los especialistas coinciden en que los bacilos responsables son de una agresividad desconocida hasta ahora. Las autoridades sanitarias de los pa¨ªses m¨¢s industrializados, entre ellos los comunitarios ya no dudan que el nuevo perfil patol¨®gico de la sociedad occidental impone un giro de ciento ochenta grados en el actual aparato asistencial. Especialmente para adaptarlo al fen¨®meno que supone el envejecimiento de la poblaci¨®n y la atenci¨®n de sus patolog¨ªas cr¨®nicas.
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