Acabar con el decreto para empezar la negociaci¨®n
El 28 de mayo de 1992 se producir¨¢ la primera gran movilizaci¨®n social contra lo que ya se conoce como el decretazo del Gobierno que recorta las prestaciones por desempleo. Comisiones Obreras y UGT responden as¨ª a una de las m¨¢s graves medidas tomadas por los Gobiernos democr¨¢ticos en los ¨²ltimos 15 a?os, despu¨¦s de analizar con rigor y coherencia la situaci¨®n creada con la aprobaci¨®n del decreto.Por ello, el 1 de mayo brinda al movimiento sindical y a las fuerzas de izquierda y progresistas una oportunidad excepcional para participar en el debate p¨²blico abierto a prop¨®sito del decretazo, aportando las ideas, iniciativas y propuestas que los sindicatos han planteado en defensa de una reforma radical del Inem. y del sistema de protecci¨®n a los parados.
Cuando el pasado 7 de abril, el BOE publicaba el real decreto, conocido ya como el decretazo, de "medidas urgentes sobre fomento del empleo y protecci¨®n al desempleo", el Gobierno asestaba un duro golpe a un amplio colectivo social e iniciaba una arriesgada operaci¨®n pol¨ªtica contra los sindicatos, en el m¨¢s puro estilo thatcheriano.
Dos argumentos de post¨ªn serv¨ªan al Gobierno y m¨¢s tarde al PSOE para justificar una medida profundamente antidemocr¨¢tica: la inviabilidad financiera del sistema de protecci¨®n al desempleo y la apremiante integraci¨®n europea. Dos ideas para una vasta campa?a publicitaria que esconden en el fondo el fracaso de una pol¨ªtica y la obsesi¨®n liberal en la construcci¨®n de Europa.
Racionalizaci¨®n
Resulta a todas luces un disparate descargar toda la responsabilidad de un irregular sistema de protecci¨®n al desempleo en los propios parados. Estuvimos y estamos dispuestos a negociar una reforma radical del Inem-, que contribuya a racionalizar el sistema -tambi¨¦n su financiaci¨®n y lo convierta de hecho en un organismo p¨²blico moderno, capaz de renovar la pol¨ªtica de formaci¨®n y de estimular la creaci¨®n de empleo y su intervenci¨®n activa en el mercado de trabajo.
Por otro lado, no es de recibo que el Gobierno del PSOE haya necesitado 10 a?os para concluir que su gesti¨®n y su pol¨ªtica en el Inem arrojan una cuenta -de resultados tan impresentable como ineficaz. Emular a la derecha m¨¢s reaccionaria al convertir a los parados en h¨¢biles defraudadores que viven mejor sin empleo que trabajando constituye un lamentable ejercicio de mezquindad pol¨ªtica. Localizar el fraude para combatirlo es una responsabilidad de la que no debe huir el Ejecutivo.
Comisiones ha reiterado hasta la saciedad que el incremento de gasto generado por el Inem es consecuencia directa de dos factores: la quiebra del proceso de creaci¨®n de empleo, como se evidencia con el saldo de 1991, cifrado en la destrucci¨®n neta de 60.000 empleos, y la abusiva geeneralizaci¨®n de la contrataci¨®n eventual y precaria, que alcanza ya casi el 35% de los trabajadores en activo.
As¨ª las cosas, el Gobierno es consciente de estar penalizando a las v¨ªctimas y no a los responsables, no atacando las causas del mayor d¨¦ficit del Inem.
Con estos precedentes, la orientaci¨®n del Gobierno espa?ol, obsesionado en la convergencia macroecon¨®mica, aun a costa de profundizar en la divergencia real y el recurso a la integraci¨®n europea como coartada para imponer en nuestro pa¨ªs las medidas m¨¢s injustas e impopulares, supone una burda instrumentalizaci¨®n de los Acuerdos de Maastricht para ajustar la econom¨ªa espa?ola abundando en la misma l¨ªnea que nos ha llevado a perder competitividad y ahondar en los desequilibrios tanto de nuestro sector exterior como en el desarrollo econ¨®mico-industrial interior,
Paquete de sacrificios
En realidad, el plan Gonz¨¢lez-Solchaga no es un conjunto de esfuerzos a solicitar equitativamente a los distintos sectores sociales, sino un paquete de sacrificios a descargar sobre los trabajadores fundamentalmente, acompa?ado de un programa de privatizaciones de empresas p¨²blicas en el marco de un cuadro macroecon¨®mico puramente especulativo.
La convocatoria de un paro general de al menos media jornada para el d¨ªa 28 de mayo es la consecuencia de un paciente an¨¢lisis sindical sobre la agresi¨®n del. Gobierno. Podemos estar asistiendo a la quiebra de una cultura pol¨ªtica de di¨¢logo y concertaci¨®n entre un Gobierno que se llama socialista y el movimiento sindical. En m¨¢s de una ocasi¨®n hemos escuchado a genuinos representantes del PSOE sentenciar que una de las diferencias m¨¢s notables entre los partidos conservadores y los socialistas cuando se trata de dise?ar la pol¨ªtica econ¨®mica es que "mientras los conservadores la imponen, los socialistas la concertamos con los agentes sociales".
No hace falta precisar que aquella virtud socialista parece haber entrado ya en el ba¨²l de los recuerdos.
En consecuencia, el 1 de mayo hay que lograr que millones de trabajadores y ciudadanos le digan al Gobierno que se equivocan con el decreto, con un ley de huelga restrictiva y regresiva, con desatender las demandas de reindustrializaci¨®n. Tenemos que lograr la retirada del decreto con decisi¨®n ahora y presi¨®n sostenida despu¨¦s, porque no vamos a esperar a combatir pasado ma?ana lo que es un hecho consumado desde ayer.
Antonio Guti¨¦rrez Vegara es secretario general de Comisiones Obreras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.