Leguina y el alcalde comen croquetas
El alcalde se visti¨® con chaleco, pero all¨ª estaba, en la fiesta de Joaqu¨ªn Leguina. No exactamente en la fiesta de su cumplea?os, sino en la fiesta propia de Leguina (en el reparto de competencias, el Dos de Mayo lo organiza la Comunidad, y San Isidro siempre estuvo transferido al Ayuntamiento). El chaleco extra?a en Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, a diferencia de lo que ocurr¨ªa con Enrique Tierno. Pero tal innovaci¨®n no sirvi¨® para quitarle el fr¨ªo. Cuando marzo mayea, mayo marcea. Y aunque ahora est¨¢ marceando, ?lvarez del Manzano hizo el esfuerzo de acompa?ar al presidente regional en la recepci¨®n celebrada ayer al aire libre en el patio del palacio de Maudes. A su antecesor, Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n, le costaba m¨¢s trabajo.
Estos festejos suelen reflejar, si se les mira desde lo alto de las escaleras, las tensiones y las pasiones de la pol¨ªtica.
As¨ª que Alvarez del Manzano se puso el chaleco y acudi¨®, porque en el fondo se lleva bien con Leguina. Le cae simp¨¢tico. "Le ves que tiene algo detr¨¢s, que es un abertzale [patriota] de la pol¨ªtica, en el buen sentido, claro". En la recepci¨®n, los dos conversaron un ratito, pero como hab¨ªa m¨¢s gente no pudieron comentar las ¨²ltimas declaraciones del presidente regional ("no me presentar¨¦ a la reelecci¨®n"). Despu¨¦s, Leguina dir¨ªa que quiere ver al alcalde sentado, y no de pie, como se encuentran ¨²ltimamente. Y el alcalde est¨¢ dispuesto.
Entre los tres centenares de asistentes se ve¨ªa a varios ex altos cargos. Por ejemplo, los ex ministros Jos¨¦ Barrionuevo, Carlos Romero, Joaqu¨ªn Almunia... antiguerristas que se saludaron contentos en la fiesta de su amigo Joaqu¨ªn. Te¨®filo Serrano, secretario general del PSOE madrile?o, repart¨ªa sonrisas. Bastante m¨¢s lejos -fisica y pol¨ªticamente- paseaba entre los Invitados, con cierto aire de son¨¢mbulo, Jos¨¦ Acosta, presidente de la Federaci¨®n Socialista Madrile?a, acompa?ado de su baluarte Pedro Castro, alcalde de Getafe. Falt¨® Juan Barranco, lo que dificulta notablemente la tarea de establecer su actual ubicaci¨®n.
Algunos le dijeron a Leguina "no te vayas". Y como no asisti¨® ning¨²n ministro, se frustraron los perversos augurios de que alguien acudiera a decirle "no te vengas".
En los corrillos de la oposici¨®n, Alberto Ruiz Gallard¨®n, portavoz del PP en la Asamblea saluda a su correligionario ?ngel Matanzo. El concejal luce una elegante capa castellana azul oscura, elaborada en Sese?a (Toledo). El vuelo de la hombrera alardea bordados de hilo fino. "No descansar¨¦ hasta verte donde tienes que estar", le dice Matanzo al portavoz. "?ngel le responde el diputado, "t¨² sabes lo que yo te aprecio... y adem¨¢s que soy de los que lo dicen". Y los dos se abrazan ante un fot¨®grafo. Y Ruiz Gallard¨®n pide que le env¨ªen la foto (el redactor gr¨¢fico responde: "Bueno, son 5.000).
El portavoz del PP va comentando lo que todos llevan de boca en boca (adem¨¢s de las croquetas): la anunciada retirada de Leguina. "De aqu¨ª a cuatro a?os, qui¨¦n sabe...".
Jaime Lissavetzky, consejero de Educaci¨®n, habla de f¨²tbol con el ex secretario de Estado Alfredo P¨¦rez Rubalcaba cada vez que se encuentran. Por ejemplo, cada vez que se encuentran en el Bernab¨¦u, lo que sucede a menudo. Algunos otros aficionados se acercan al consejero para aventurar el final de la Liga. Todos son madridistas y sonr¨ªen.
Entre concejales, consejeros, parlamentarios, diputados regionales, militares, alcaldes de pueblo, guardaespaldas, periodistas y amiguetes, poca gente de la far¨¢ndula y del arte. Sancho Gracia, Curro Gim¨¦nez, saluda a unos cuantos. Valerio Lazarov, directivo de Tele 5, charla con Leguina. Hasta que alguien les interrumpe (en estos festejos nunca se terminan las conversaciones).
A media fiesta circula ya una frase que se atribuye al pol¨¦mico Matanzo, el concejal a quien el alcalde -que en ese momento charla con Leguina- ha pedido repetidas veces que modere sus declaraciones. Un camarero le hab¨ªa acercado una bandeja con unas apetitosas croquetas redondas. Y el edil, que repart¨ªa bromas, le espet¨® sin pensarlo: "De eso s¨ª que hay mucho aqu¨ª: pelotas".
Era, seguramente, su forma de dar nombre a las relaciones p¨²blicas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.