El barroco Tom¨¢s Marco

El 2 de mayo la Comunidad madrile?a celebr¨® en el Auditorio Nacional un concierto a cargo de su coro y orquesta, agrupaciones menores en nuestro panorama musical, pero no faltas de valor y eficacia. Las dirige un gallego de la tribu de los Groba, originaria de Gulans (Ponteareas) y para esta ocasi¨®n junt¨® al cl¨¢sico Juan Cris¨®stomo de Arriaga con un casi estreno de Tom¨¢s Marco, que s¨®lo se hab¨ªa dado, para p¨²blico reducido, en un reciente congreso de musicolog¨ªa.Se trata de un encargo de la Comunidad y la respuesta del m¨²sico madrile?o ha sido, una vez m¨¢s, la inquisici¨®n en el barroco, entendiendo el t¨¦rmino como marca del esp¨ªritu sobre la forma. La verdad es que a los espa?oles se le van con facilidad las ideas y los gestos hacia el barroquismo, por muy su? generis que sea. As¨ª sucedi¨® a Alb¨¦niz y as¨ª a Marco, quien se inspira, concurrentemente, en el gran espect¨¢culo barroco de ra¨ªz castellana.

Recordemos el esplendor de Autodaf¨¦ o la transmigraci¨®n sonora de Tauromaquia, que asuma su faz en la nueva partitura en sentido muy distinto, como es l¨®gico, al acc¨¦sit de Falla en El concerto. La ceremonia barroca, que as¨ª se llama la partitura en cuesti¨®n, aborda el "encuentro" de la cultura espa?ola y las de Am¨¦rica a trav¨¦s de un gran d¨ªptico: Ars moriendi, para lo espa?ol; y la Fiesta del sol jaguar, para lo americano. Se cantan, en la primera parte, versos de Calder¨®n, Valdivielso, G¨®ngora y Tirso y en los n¨²meros instrumentales se alude a la pintura de Vald¨¦s Leal o a la aventura en la mar oce¨¢nica.

La parte segunda est¨¢ inspirada en documentos mayas, incas y de sor Juana In¨¦s de la Cruz, adem¨¢s de evocar dos realidades visuales: la de la naturaleza y,la de piedra. A lo largo de su invenci¨®n, Marco nos presenta una variada y contrastada sucesi¨®n de im¨¢genes argumentales y musicales en las que utiliza un repertorio diverso de procedimientos -t¨ªmbricos, polif¨®nicos, homof¨®nicos, contrapunt¨ªsticos o repetitivos- tendente al la claridad y la esquematizaci¨®n.

El conjunto es coherente, tiene movilidad y obedece a una actitud distanciada, pues Marco parece ser el primer espectadoroyente de su obra. La atenci¨®n se mantiene alerta de principio a fin a cuanto se dice o se sugiere. El ¨¦xito fue evidente. Tanto, que tras la versi¨®n de Groba, seria y articulada, pero con menos contrastes de lo que parece demandar la partitura, fue repetido el n¨²mero final a sor Juana In¨¦s de la Cruz.