Grav¨ªsima imprudencia
Si, desde el punto de vista de la conservaci¨®n, constituye una gravisima imprudencia este traslado (ya que parece inevitable enrollar y desenrollar la obra, lo que, cuando viaj¨® de Nueva York a Madrid, puso el coraz¨®n en vilo a todos los expertos), desde cualquier otro punto de vista -cultural, art¨ªstico, diplom¨¢tico y pol¨ªtico- lo es m¨¢s, al menos hecho en las circunstancias y de la forma actuales.En efecto: ?c¨®mo explicar que, diez a?os despu¨¦s de arribar la obra a Espa?a, seg¨²n se dec¨ªa en la negociaci¨®n, para cumplir con los requisitos impuestos por Picasso -que hubiera democracia en Espa?a y que se conservase en el Museo del Prado-, se cambie s¨²bitamente lo acordado? ?C¨®mo hacerlo, adem¨¢s, sin siquiera haber creado las m¨ªnimas condiciones para que dicho traslado pudiera resultar viable -adem¨¢s del acuerdo de los familiares es necesario el consenso de todas las partes directamente implicadas, como, por ejemplo, William Rubin, no s¨®lo director del MOMA en el momento de la negociaci¨®n, sino el responsable jur¨ªdico de una instituci¨®n que hab¨ªa custodiado la obra durante casi medio siglo-, o haber gestionado. previamente la compra de un m¨ªnimo de obras de Pablo Picasso que demostrase la voluntad pol¨ªtica no de aprovechar el Guernica, sino de coronar con ¨¦l una acci¨®n que reparase definitivamente esa grav¨ªsima laguna de las colecciones p¨²blicas espa?olas?
Una tercera inauguraci¨®n
En definitiva, por tanto, y dicho todo en una respuesta urgente y sint¨¦tica, da la impresi¨®n de que con este traslado lo que se busca es una tercera inauguraci¨®n del Reina Sof¨ªa y por la misma v¨ªa falsa que las otras dos; esto es: la utilizaci¨®n pol¨ªtica de una obra a costa de todo lo dem¨¢s.
Tras, por tanto, tres inauguraciones, el Reina Sof¨ªa seguir¨¢ pr¨¢cticamente con la misma colecci¨®n heredada del MEAC, sin una estructura administrativa consolidada, sin un plan razonable desde el punto de vista museogr¨¢fico, sin credibilidad internacional, pero, eso s¨ª, con aproximadamente 10.000 millones invertidos en obras de remodelaci¨®n y ahora una obra maestra emblem¨¢tica del siglo XX puesta en grave riesgo para el solaz del ministro de turno., que as¨ª, por lo visto, quiere pasar a la historia.
Es curioso el silencio de los sucesivos Gobiernos socialistas respecto al Guernica durante los diez a?os que han permanecido en el poder, quiz¨¢ por la incomprensible circunstancia de no haber sido los gestores de su traslado a Espa?a.
?Se busca acaso ahora sancionar partidariamente la propiedad de la obra traslad¨¢ndola 600 metros? ?Por qu¨¦ el Museo del Prado, que contiene obras de Mir¨®, Juan Gris y otros importantes maestros del siglo XX espa?ol, no va a ser un lugar adecuado para el Guernica? ?Qu¨¦ ofrece este traslado fuera de un reclamo publicitario para un museo que no termina de arrancar como es debido por culpa precisamente de los mismos que ahora ponen en riesgo esta obra fundamental del siglo XX?
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