'El sol del membrillo', de V¨ªctor Erice y Antonio L¨®pez, provoca una fuerte divisi¨®n de opiniones
El filme espa?ol El sol del membrillo, obra del cineasta V¨ªctor Erice sobre el pintor Antonio L¨®pez, provoc¨® aqu¨ª ayer una fuerte divisi¨®n de opiniones. Durante la proyecci¨®n ante no menos de 2.000 periodistas acreditados en Cannes 92, muchos de ellos se desentendieron de la pantalla y salieron de la sala. No obstante, fueron m¨¢s quienes se mantuvieron ante la pantalla hasta el final y muchos tambi¨¦n quienes la aplaudieron. Para unos, esta recepci¨®n equivale al rechazo de una pel¨ªcula a la que consideran aburrida y fallida; para otros, en cambio, es el resultado previsible de su car¨¢cter ins¨®lito, sorprendente y sin precedentes en la historia del cine reciente.
ENVIADO ESPECIALEl sol del membrillo es una obra cinematogr¨¢fica compleja y dif¨ªcil, meticulosamente concebida y elaborada contra la corriente a lo largo de dos a?os de rodaje y montaje. Es una pel¨ªcula que se escapa de los c¨®digos convenidos del comercio cinematogr¨¢fico actual: no tiene trama argumental de ning¨²n tipo y, no obstante, est¨¢ lejos de ser encasillable en el g¨¦nero documental. Va mucho m¨¢s lejos. Se trata de un ejercicio muy arriesgado -sobre todo a causa de la parquedad y austeridad de los elementos que baraja y combina- de puro lenguaje visual: un poema cinematogr¨¢fico, una met¨¢fora cuyas reglas se aceptan con pasi¨®n o se rechazan con indiferencia o incluso con hostilidad. De ah¨ª que, donde se proyecte, El sol del membrillo generar¨¢ controversia, y esto, en medio del adocenamiento que hoy invade el consumo de cine convencional, es de por s¨ª un m¨¦rito no desde?able.Queden para los detractores de la pel¨ªcula -que los tiene, y no son pocos- desarrollar las argumentaciones de ese su rechazo. Esta cr¨®nica es parcial, porque quien la escribe considera que V¨ªctor Erice y Antonio L¨®pez han logrado una obra de gran vigor art¨ªstico, una investigaci¨®n po¨¦tica seria, honda y elegante, que contiene algunos de los momentos m¨¢s bellos, originales e incatalogables logrados por el cine espa?ol en los ¨²ltimos a?os.
La pel¨ªcula investiga dentro de uno de los misterios indescifrables del comportamiento humano y en concreto del comportamiento art¨ªstico: la b¨²squeda por el creador genuino de lo imposible, su intento tozudo y persistente de alcanzar lo inalcanzable. En este caso nos encontramos frente al paciente y minucioso esfuerzo del pintor Antonio L¨®pez por atrapar dentro de la quietud de un lienzo, a trav¨¦s de la persecuci¨®n por su mirada de los movimientos de la luz del sol y de la evoluci¨®n de un ¨¢rbol, la fluencia del tiempo.
El pintor, obviamente, fracasa en su intento y finalmente abandona su tentativa de conseguir un cuadro sobre algo imposible. La c¨¢mara de Erice indaga con igual minuciosidad en los entresijos de este esfuerzo aparentemente in¨²til del pintor, hasta que nos hace descubrir que su derrota ante lo inalcanzable tiene en realidad el valor de una conquista, de una victoria. Y el fracaso est¨¦tico del artista se convierte de esta manera en un triunfo ¨¦tico.
Reiteraciones
La audacia, la sutileza y la hondura de la pel¨ªcula son, a nuestro juicio, m¨¢s que evidentes. Pero como totalidad El sol del membrillo est¨¢ lejos dse ser una obra perfecta, redonda. Adolece, en efecto, de varios alargamientos innecesarios del metraje que -si se tiene en cuenta que en todo poema visual lo que no es estrictamente necesario sobra- da?a su relaci¨®n con el espectador y hacen que ¨¦ste, durante casi media hora des las dos y veinte minutos que dura la pel¨ªcula, vea sobrecargada su retina con reiteraciones e insistencias dilatorias no significativas, por no decir insignificantes.Si se tiene en cuenta que El sol del membrillo propone de manera muy radical un retorno al casi olvidado cine-lenguaje, y por ello un rechazo indirecto des las pautas del cine-espect¨¢culo, hoy abrumadoramente dominante, su capacidad para generar controversias est¨¢ garantizada.Es por tanto m¨¢s que probable que, a lo largo de estas cr¨®nicas, tengamos que detenemos a recoger los ecos del paso por Cannes 92 de esta notable pel¨ªcula espa?ola, que muchos consideran -no sin algo de raz¨®n- fuera de lugar en la selecci¨®n oficial competitiva de este multitudinario festival.
Una obra de marcado car¨¢cter minoritario se hubiera sentido m¨¢s c¨®moda en el marco de la secci¨®n Una cierta mirada, que est¨¢ destinada a exhibir y debatir las pel¨ªculas que contienen innovaciones del lenguaje cinematogr¨¢fico. As¨ª, El sol del membrillo hubiera tenido posibilidad de ser discutida p¨²blicamente, tras sus proyecciones, que es una vieja costumbre que mantiene esta secci¨®n y que enriquece y da vida a las pel¨ªculas que se exhiben y debaten en ella.
Babelia
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