Un cuadro para 'el grano'

El Guernica ya est¨¢ instalado en la actual segunda planta del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa, desde que en 1983 el Ministerio de Cultura decide convertir el antiguo Hospital General de Madrid en centro de arte contempor¨¢neo. A los dos a?os de la exposici¨®n del cuadro en el Cas¨®n del Buen Retiro (octubre de 1981) se trasladaron las medidas del cuadro, de 3,49 por 7,76 metros, al edificio que en ese momento se estaba rehabilitando, con un proyecto del arquitecto Antonio Fern¨¢ndez Alba, siendo Javier Solana ministro de Cultura.El ¨²nico lugar posible era un ap¨¦ndice, conocido por el grano en las sucesivas reformas, que est¨¢ situado en la parte sur del edificio y que no pertenece al proyecto inicial de Sabatini, del siglo XVIII. Fern¨¢ndez Alba recuerda que en ese lugar no hab¨ªa nada cuando se inici¨® la restauraci¨®n y que se pudo utilizar para quir¨®fanos o de servicios del hospital. Seg¨²n el arquitecto, era la zona en donde cab¨ªa el cuadro, al no existir otro paramento semejante, situada en la planta m¨¢s liberada y mejor conservada.

Fern¨¢ndez Alba no es partidario del traslado del Guernica del Cas¨®n al Reina Sof¨ªa. "Creo que no tiene sentido, ya que el Cas¨®n tiene entidad suficiente, y era el deseo de Picasso que estuviera en el Prado". Curiosamente, en uno de los esquemas de distribuci¨®n del edificio, el planteado por Cultura en mayo de 1980, la actual segunda planta estaba dedicada a ampliaci¨®n del Museo del Prado, con los fondos que no est¨¢n expuestos, que se completaba con el actual Museo del Ej¨¦rcito dedicado a la obra de Vel¨¢zquez. En las otras plantas se instalaban los museos de Reproducci¨®n Art¨ªstica, del Pueblo Espa?ol, del Cine, del Teatro, de la M¨²sica y otras dependencias de Cultura.

El Guernica vuelve a aparecer en 1988, dos a?os despu¨¦s de abrirse el Reina Sof¨ªa como centro de arte, dedicado sobre todo a exposiciones temporales. Las condiciones t¨¦cnicas del edificio, no ten¨ªa aire acondicionado, era uno de los argumentos que manten¨ªan en la sombra el destino del cuadro.

Al convertirse por decreto en museo nacional de arte moderno y contempor¨¢neo, un consejo asesor (Edy de Wilde, Rudi Fuchs, Nicholas Serota y Alfonso P¨¦rez S¨¢nchez) y un patronato, presidido por Jos¨¦ Llad¨®, establecen los criterios de la colecci¨®n permanente.

Seg¨²n una informaci¨®n del centro de arte, "el Guernica, como centro de gravedad de la producci¨®n picassiana y del arte espa?ol del siglo XX, debe ser la espina vertebral sobre la que se articule la nueva colecci¨®n. Con su instalaci¨®n en el Centro -de Arte Reina Sof¨ªa se sacar¨ªa a esta obra capital de su aislamiento, forzado por las cincunstancias, para mostrarlo a la luz en el contexto de la obra picassiana y de sus contempor¨¢neos". El Guernica como eje de la colecci¨®n se ha mantenido en los proyectos de Tom¨¢s Llorens, primer director, y Mar¨ªa Corral, actual directora.

C¨¢mara acorazada

La segunda gran reforma del edificio, realizada por los arquitectos Antonio V¨¢zquez de Castre, y Jos¨¦ Luis ??iguez de Onzo?o, segu¨ªa situando, incluso en los planos, el Guernica en la misma sala independiente, en el grano, una especie de habitaci¨®n de 10 por 11 metros, parecida tambi¨¦n a un ¨¢bside. Este ap¨¦ndice es utilizado en las otras plantas como un ¨¢mbito espec¨ªfico en las exposiciones temporales, que lo reservan para exponer dibujos o material m¨¢s personal. En este espacio, como en el resto del edificio y las nuevas plantas, se realizaron las instalaciones necesarias de iluminaci¨®n y seguridad, junto con las generales. El lugar ya es una c¨¢mara acorazada, y entre las dos f¨¢bricas de la pared del Guernica se ha colocado una chapa antibazoca. Los arquitectos situaban el cuadro a unos seis metros del visitante, con una luna antibala de gran espesor.

El nuevo proyecto, del arquitecto sevillano Roberto Luna, de 43 a?os, encargado de la adaptaci¨®n de la segunda planta a la colecci¨®n del museo, previa a su montaje, mantiene la separaci¨®n del cuadro y el p¨²blico, situado a unos tres metros y medio, tras un vidrio de seguridad.

Roberto Luna cree que la situaci¨®n del cuadro en su nuevo emplazamiento ser¨¢ menos grandilocuente que en el Cas¨®n. Las salas que se dedicar¨¢n al Guernica y al legado Picasso, junto a otras piezas en un contexto picassiano, est¨¢n en el centro de los dos largos pasillos de 80 metros, en cuyas paredes se ir¨¢n situando los cuadros de la colecci¨®n del museo.