El ocaso de la CEI
LA SEXTA cumbre de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), celebrada ayer en Tashkent (Kazajst¨¢n), ha conseguido trascender m¨¢s por las ausencias a la misma -5 de las 11 rep¨²blicas fundacionales no asistieron- que por las presencias, Rusia, Armenia y los cuatro Estados asi¨¢ticos. En el ¨¢mbito de lo concreto, los seis pa¨ªses firmaron un acuerdo en materia de seguridad y anunciaron la creaci¨®n de un Consejo de Seguridad Colectiva, que coordinar¨¢ a los distintos Ej¨¦rcitos nacionales surgidos tras la desaparici¨®n de la URSS y, consiguientemente, la disgregaci¨®n de su Ej¨¦rcito Rojo. Cada nueva convocatoria de la CEI, creada a finales de 1991 para sustituir la estructura estatal sovi¨¦tica, consigue que acudan menos miembros y suscriban menos acuerdos comunes.La reuni¨®n de Tashkent mostr¨® las dificultades y los problemas irresueltos que aquejan a la CEI desde su origen. Cuando, en diciembre de 1991, 11 de las rep¨²blicas que conformaban hasta entonces la ya desaparecida URSS decidieron constituir la CEI, ya se se?alaba entre sus defectos la imprecisi¨®n, cuando no nula referencia, de los ¨®rganos que pudieran coordinar las actividades esenciales de la nueva entidad supranacional. Si nac¨ªa con vocaci¨®n confederal, ciertamente surg¨ªa con una excesiva imprecisi¨®n sobre la forma de aplicar en la pr¨¢ctica las metas acordadas.
En lo referente a las relaciones entre las rep¨²blicas occidentales, el conflicto entre Ucrania y Rusia se mantiene, incluso se agudiza. La ausencia de Kravchuk es un ejemplo indudable de que no quiere discutir con Yeltsin ninguno de los litigios que tienen planteados los dos pa¨ªses -de los que la cuesti¨®n militar y el destino final de la flota del mar Negro son los m¨¢s complejos-, o que no quiere hacerlo en presencia de las otras rep¨²blicas. La novedad es el giro de Bielorrusia, que parece aproximarse a Ucrania y distanciarse de los compromisos asumidos con la CEI.
En el bloque del C¨¢ucaso, parece claro que Armenia firm¨® el acuerdo de seguridad con el prop¨®sito de encontrar cierto apoyo en su enfrentamiento con Azerbaly¨¢n. Pero ni siquiera ese apoyo est¨¢ garantizado, porque no hubo ninguna referencia concreta al conflicto. El auge del nacionalismo azer¨ª, que desemboc¨® en la ocupaci¨®n del Parlamento y en la destituci¨®n del presidente Mutal¨ªbov, indica una agudizaci¨®n de la guerra con Armenia y, en la medida en que este nacionalismo est¨¢ apoyado por Turqu¨ªa, una amenaza en las relaciones internacionales.
El tercer bloque, el formado por las rep¨²blicas asi¨¢ticas musulmanas que suscribieron el acuerdo de Tashkent, sugiere la posibilidad de que Rusia opte por aproximarse m¨¢s hacia el Este que hacia Europa, con lo que se incorporar¨ªa a la actual lucha de influencias que mantienen Turqu¨ªa e Ir¨¢n en el Asia musulmana.
La CEI muestra cada vez m¨¢s claramente que es un marco de liquidaci¨®n de las relaciones creadas durante siglos por el zarismo y mantenidas por la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Las relaciones econ¨®micas y comerciales no pueden desaparecer de un d¨ªa para otro, y con mayor motivo en aquellas rep¨²blicas m¨¢s d¨¦biles, pero es obvio que la disgregaci¨®n prima sobre la uni¨®n.
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