"No debo morir sin ver Jerusal¨¦m de nuevo"
Yasir Arafat, el pol¨¦mico y m¨ªtico l¨ªder de los palestinos, ha vuelto a escapar a un encuentro con la muerte. Esta vez no se ha tratado de un comando israel¨ª ni de una bomba en Beirut, pero el accidente de aviaci¨®n que estuvo a punto de costarle la vida en el desierto libio, el pasado mes de abril, ha reavivado el debate sobre su sucesi¨®n. Dentro y fuera de la OLP se discrepa sobre su capacidad como interlocutor ante un todav¨ªa lejano tratado de paz con Israel. Esta es la primera entrevista que ha concedido tras reponerse del susto.
Muchas veces se ha hablado sobre la inmortalidad pol¨ªtica de Yasir Arafat, el presidente de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP). Ahora el mundo se sorprende ante el milagro que se produjo en el desierto libio.
Pregunta. ?El accidente de avi¨®n del pasado 8 de abril ha sido el mayor peligro al que se ha enfrentado en su vida?
Respuesta. No, en absoluto. Me han ocurrido cosas a¨²n peores. No olvide que Sharon [el ministro de Vivienda israel¨ª] en persona declar¨® que hab¨ªa intentado asesinarme tres veces, adem¨¢s del asalto que los israel¨ªes contra mi lugar de residencia durante el asedio de Beirut en 1982, y el que m¨¢s tarde sufr¨ª en T¨²nez. Pero yo soy muy creyente. Lo que deba suceder, suceder¨¢. Mi fe me ayuda mucho a superar todos estos atentados contra mi vida.
P. ?Qu¨¦ sucedi¨® en este ¨²ltimo accidente? Despu¨¦s de despegar el avi¨®n se encontr¨® en medio de una tormenta. ?Y despu¨¦s?
R. Estaba en la cabina de los pilotos. Ve¨ªamos c¨®mo la tormenta que comenz¨® poco despu¨¦s de despegar de Jartum era cada vez m¨¢s fuerte. Ten¨ªamos que decidir qu¨¦ hacer, si volver a Jartum o buscar un aeropuerto para aterrizar. Por otra parte, no nos quedaba mucho carburante, porque los dos aeropuertos m¨¢s cercanos, el de Sarab y el de Cufra, estaban cerrados debido al mal tiempo. Entretanto la tormenta era cada vez m¨¢s intensa.
P. ?Le ped¨ªan alg¨²n consejo?
R. No, no. Yo no ten¨ªa derecho a dar consejos. Los dos pilotos palestinos y el ingeniero rumano eran buenos profesionales. Conoc¨ªan bien su oficio y eran hombres valientes. Gracias -a su sacrificio hemos sobrevivido. Han salvado nuestras vidas. Nunca podr¨¦ olvidar su lealtad. Nos un¨ªa nuestra santa causa.
P. ?Qu¨¦ recuerda del momento m¨¢s dram¨¢tico, cuando el avi¨®n intentaba el aterrizaje de emergencia?
R. Est¨¢bamos en silencio, y yo me dije a m¨ª mismo: "No debemos morir antes de volver a ver nuestro Jerusal¨¦n". Mis hombres - ¨¦ramos 14- me aconsejaron que me instalara en la cola del avi¨®n porque pensaban que all¨ª estar¨ªa m¨¢s protegido contra el impacto.
P. ?C¨®mo pasaron la noche?
R. Sin poder dormir, porque tem¨ªamos que nos atacasen las hienas que merodeaban por all¨ª, y por la ma?ana aparecieron los buitres. Permanecimos en el mismo lugar todo el tiempo, cerca de 15 horas, sin que hubiera diferencia entre la noche y el d¨ªa. La arena parec¨ªa enterrarnos y formaba una capa que no dejaba pasar la luz.
P. D¨ªgame, ?es el destino el que juega con su suerte o es quiz¨¢ usted quien flirtea con la muerte arriesg¨¢ndose hasta el l¨ªmite?
R. No es f¨¢cil responderle a esto. Pero desde el momento en el que hemos optado por nuestra lucha somos conscientes de que podemos morir. Por ello no tenemos miedo a la muerte. No tenemos miedo a nada en la lucha por nuestra causa justa. Por la Tierra Santa. Damos por contado que estamos muertos. ?Tenemos tantos m¨¢rtires! Para nosotros, morir no es una novedad.
P. ?Cree usted que no morir¨¢ de causa natural?
R. No me gusta esta idea. Creo que morir¨¦ de otra forma. De todos modos sigo siendo creyente.
P. Su vida ofrece material para una pel¨ªcula. ?Dar¨ªa el permiso si alguien quisiera hacerla?
R. Ya me lo han pedido en varias ocasiones. Es verdad, es as¨ª. No tendr¨ªa nada en contra. Basta con que respondiera a la verdad, a los hechos.
P. La OLP solicit¨® a Washington ayuda para las labores de rescate durante la noche utilizando los sat¨¦lites. ?Al final consiguieron esa ayuda?
R. S¨ª, efectivamente mis compa?eros se pusieron en contacto con el ex presidente Carter; lo hizo directamente uno de mis colaboradores. En mi opini¨®n, quer¨ªan ayudamos, pero el tiempo era muy escaso. La ayuda de Gadafi fue, como ya he dicho, para nuestra sorpresa, muy r¨¢pida.
P. Washington se encuentra frente a un tri¨¢ngulo unido por una especie de cord¨®n umbilical: la OLP, los propios palestinos y Arafat. ?Qu¨¦ relaci¨®n mantiene con Estados Unidos? ?Est¨¢ personalmente satisfecho de su papel,en el proceso de paz?
R. Si quiere que le diga la verdad, no lo s¨¦. Desde siempre existe un doble nivel. Hasta ahora, la Administraci¨®n norteamericana no hace todo lo que podr¨ªa y deber¨ªa hacer. Sigue tratando a Israel -que en esta ¨²ltima ronda de conversaciones s¨®lo trata de ganar tiempo y nos lo hace perder a nosotros- como a un ni?o mimado. E incluso, en esta fase de las negociaciones, Israel comete cr¨ªmenes contra nuestros j¨®venes. ?Est¨¢ enterada de la ¨²ltima decisi¨®n de la Kneset [el Parlamento israel¨ª], que autoriza a las unidades militares especiales a matar sin una orden previa? Esto va absolutamente en contra de las resoluciones de las Naciones Unidas y de la Convenci¨®n de Ginebra. Cr¨ªmenes contra nuestra causa santa. Contra musulmanes y cristianos. Y no s¨®lo eso. Cada d¨ªa hay m¨¢s colonos que se establecen robando la tierra de nuestra gente, ech¨¢ndola de sus casas. Tengo derecho a preguntar el porqu¨¦ de este doble juego de la pol¨ªtica norteamericana. ?C¨®mo justificarlo? ?Con qu¨¦ leyes humanas o civiles? ?Por qu¨¦ Estados Unidos no presiona con la fuerza adecuada a Israel para que acate las resoluciones de la ONU? ?Por qu¨¦ no se respeta la legalidad internacional? Lo siento, y me entristece decirlo,pero Estados Unidos siempre ha actuado as¨ª, y seguir¨¢ haci¨¦ndolo. Incluso en Sur¨¢frica se han conseguido algunos cambios. Pero en Israel, no. ?Cu¨¢nto tiempo tenemos que esperar? Y la opini¨®n mundial, ?qu¨¦ hace? Espera, Estados Unidos ante todo, en mutismo absoluto. Es absolutamente vergonzoso.
P. ?Ha perdido la esperanza de encontrar un De Gaulle israel¨ª?
R. S¨ª. No se encuentra un De Gaulle, ni siquiera un De Klerk. Sinceramente, no veo entre ellos ning¨²n hombre capaz de asumir dicho papel. Ni capaz, ni disponible.
P. Este accidente, en el que su vida ha corrido un gran peligro, ha creado temor entre los palestinos, que se han dado cuenta de que su causa no puede depender de la suerte de un hombre. Al Fatah. pide la revisi¨®n de su cargo y una direcci¨®n colegiada.
R. ?Y qui¨¦n ha dicho que no tenemos una direcci¨®n colegiada? Estamos orgullosos de nuestra democracia. Recuerde que el a?o pasado, en Argel, fui elegido y confirmado por mayor¨ªa. ?Esto no es democracia? La democracia es nuestra conquista m¨¢s importante. Mire, yo no soy el primer l¨ªder de la OLP, soy el tercero. Los otros me precedieron en este cargo. No lo he inventado yo. ?Qui¨¦n ser¨¢ el cuarto? No sabr¨ªa decirlo. ?D¨®nde est¨¢n ahora Jesucristo, Mois¨¦s, el profeta Mahoma? Nadie es eterno.
P. Los j¨®venes que han surgido de la intifada dirigen cr¨ªticas a la c¨²pula de la OLP, acus¨¢ndola de ser a la vieja usanza. Desean con impaciencia la paz. Sobre todo quieren participar y desempe?ar un papel.
R. ?Pero qui¨¦n representa a los palestinos en Washington? ?La vieja o la nueva guardia? Son estos j¨®venes de los que usted est¨¢ hablando, los muchachos de la intifada.
P. ?Yasir Arafat, s¨ªmbolo de la lucha palestina, hasta qu¨¦ punto ha contribuido al nacimiento de la nueva estrella palestina Hanan Asfiraui?
R. No s¨®lo Hanan, sino tambi¨¦n Haider Abdel Shafi y otros. Todos han surgido con la intifada. Estamos orgullosos de ellos, que resisten con un coraje sobrehumano la ocupaci¨®n y la violencia de los israel¨ªes. Nuestros j¨®venes de la intifada se encuentran ahora en la ONU y en casi todas las capitales del mundo. Es justo que sean ellos nuestros representantes, y que participen en nuestro destino al m¨¢s alto nivel.
P. Por tanto, usted, como l¨ªder de los palestinos, ?no tiene nada que objetar si James Baker se re¨²ne con su ministro de Asuntos Exteriores, Faruk Khadumi, o con Faisal al Huseini?
R. Se entiende; para m¨ª es lo mismo. La OLP representa a todos los palestinos, y viceversa. Al contrario, yo apoyo esta iniciativa.
P. ?Nos puede explicar en l¨ªneas generales cu¨¢l es su concepto de paz en Palestina y Oriente Pr¨®ximo?
R. Ejecuci¨®n de las resoluciones 242 y 358 de la ONU, como dijo el presidente George Bush, y la soluci¨®n pol¨ªtica del problema. Es decir, la paz para todos los que estamos implicados en el problema. Est¨¢ todo muy claro, y deber¨ªa ser muy sencillo.
P. Si usted fuera un ciudadano israel¨ª, ?a qui¨¦n votar¨ªa en las pr¨®ximas elecciones, a Shamir o a Rabin?
R. No me importan ni Rabin ni Shamir. A m¨ª s¨®lo me interesan los hombres que est¨¦n dispuestos a firmar la paz con nosotros. Y si existen personas lo bastante inteligentes para querer la paz, no deber¨ªan seguir la pol¨ªtica est¨²pida y miope de sus actuales l¨ªderes. Por el contrario, deber¨ªan aprender la lecci¨®n que se obtiene de la historia. Nadie puede ir contra corriente. No tiene sentido. Es necesario recordar que el gran imperio de la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha desaparecido. Lo mismo que el muro de Berl¨ªn. Aparece una nueva era. Un nuevo orden comienza. ?Cu¨¢nto tiempo podr¨¢ permanecer el actual l¨ªder israel¨ª con su intransigente postura?
Copyright Olga Bisera, EL PA?S para Espa?a.
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