Los historiales de casos de c¨¢ncer que trat¨® el Santa Cristina faltan de su sitio
Las empleadas del archivo del hospital de Santa Cristina aseguran que hace a?os, repentinamente, desaparecieron historias m¨¦dicas de enfermas de c¨¢ncer que fueron tratadas con radioterapia. Cuatro de las trabajadoras de este centro que manipularon sin control sustancias radiactivas entre 1979 y 1983 (v¨¦ase EL PA?S del 13 de mayo) presentaron el pasado domingo una denuncia en el juzgado de guardia de Madrid. Exigen al juez que ordene una investigaci¨®n para saber si las patolog¨ªas que dicen tener -c¨¢ncer, depresiones quistes...- guardan relaci¨®n con su estancia en la instalaci¨®n nuclear del hospital.
Guillermina Cuesta e Isabel Bernal, adscritas a la secci¨®n que se encarga de custodiar y archivar las historias del Santa Cristina, aseguran que parte de las historias cl¨ªnicas de las enfermas de c¨¢ncer tratadas con radioterapia -"las del doctor Castro", espec¨ªfica Montoya, el ex supervisor nuclear que ha denunciado al hospital- "desaparecieron del archivo hace a?os". Cuesta y Bernal llevan m¨¢s de 15 a?os trabajando en el archivo, lugar donde, en buena l¨®gica, deben estar las historias de los pacientes, se?alan. Recuerdan que esas historias estaban apartadas de las otras, ten¨ªan un formato distinto y "de la noche a la ma?ana dejaron de estar all¨ª, en su sitio".
El ex supervisor radiactivo del centro, Antonio Montoya, afirma que tales historias "se hicieron desaparecer". "Al menos", dice, "no est¨¢n en su sitio, y no lo est¨¢n porque en ellas aparecen datos que muestran que a muchas enfermas se les aplic¨®, por ignorancia, dosis de radiactividad desorbitadas de 5.000 REM".
Fuentes del Consejo de Seguridad Nuclear indicaron ayer que la dosis media normal es de 4.000 REM. "Cinco mil es algo elevada, pero -en ning¨²n caso mortal, y depende del tratamiento y del tipo de c¨¢ncer", a?adieron.
Montoya explica el proceso: "Se tumbaba en la camilla a una enferma de c¨¢ncer y se le pon¨ªa encima un generador de rayos X (el Securix Compact 12) que radiaba a la paciente durante 20 minutos en d¨ªas alternos durante una o m¨¢s semanas. As¨ª, hasta que le met¨ªan la dosis prescrita, algunas de 5.000 REM. "?Eso es una barbaridad! Basta ver las historias, si es que aparecen, para comprobarlo", agrega Montoya.
Ignacio Apolinario, actual director gerente del Santa Cristina, asegura que tales historias no han desaparecido y que est¨¢n archivadas. Fuentes del Insalud aseguraron ayer que mostrarlas significar¨ªa transgredir la intimidad de los afectados. "S¨®lo se las daremos al juez si las pide", dice Apolinario.
Malestar en el Insalud
Las auxiliares del Santa Cristina que acudieron el pasado domingo al juzgado de guardia prefieren mantenerse en el anonimato hasta que el juez tome alguna determinaci¨®n. Tambi¨¦n suscribe la denuncia el ex supervisor radiactivo del centro, Antonio Montoya. Fuentes del Insalud expresaron ayer su malestar porque estas auxiliares hayan acudido al juzgado antes que al propio Ministerio de Sanidad. La denuncia, que encabeza Montoya, va dirigida contra tres de los directores que ha tenido el antiguo materno-infantil de la calle de O'Donnell, 59, incluido el actual, Ignacio Apolinario. Dicha denuncia es por una "presunta ocultaci¨®n de documentos y por delito social", seg¨²n Montoya.
El ex supervisor radiactivo asegura que hay trabajadoras del hospital (entre ellas las propias denunciantes) que tienen problemas de salud por haber tocado con las manos el radio, elemento altamente radiactivo utilizado en ese hospital entre 1979 y 1983 para tratar el c¨¢ncer. La instalaci¨®n nuclear de este hospital funcion¨® al margen de la ley.
Esta misma semana acudir¨¢n al juzgado, seg¨²n han anunciado ellas mismas, para sumarse a la denuncia presentada el domingo, otras tantas sanitarias del Santa Cristina que tambi¨¦n manipularon elementos radiactivos y sufren problemas de salud. Casi todas las supuestas afectadas son auxiliares de enfermer¨ªa, y eran las personas que, por encargo de las monjas que hab¨ªa en el hospital o del doctor Castro, radi¨®logo ya fallecido, llevaban el radio a los quir¨®fanos con las manos. Ninguna sabe si existe una relaci¨®n causa-efecto entre las patolog¨ªas que dicen sufrir y la manipulaci¨®n de ese elemento radiactivo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.