Scalfaro, presidente de Italia por amplia mayor¨ªa
El democristiano Oscar Luigi Scalfaro, elegido presidente de la C¨¢mara de Diputados el pasado 27 de abril con s¨®lo los votos de la mayor¨ªa, vencida en las elecciones legislativas celebradas 12 d¨ªas antes, se convirti¨® a las 21.15 en el octavo presidente de la Rep¨²blica italiana, si se except¨²a al preconstitucional Enrico De Nicola. Un. amplio apoyo, vertebrado en torno a los tres partidos mayoritarios, Democracia Cristiana (DC), Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (SPD) y Partido Socialista Italiano (PSI), confluy¨® anoche en torno a su candidatura.
En cuanto Scalfaro super¨® el qu¨®rum requerido, comenz¨® a circular por la asamblea el perfil de un presidente destinado a regir un periodo constituyente de dos a?os en el que ser¨¢n reformadas las instituciones de la Rep¨²blica. Bajo ese aspecto lo present¨® el presidente del grupo parlamentario democristiano, Gerardo Bianco, mientras otros diputados evocaban la figura de De Nicola.En ese contexto, la personalidad de Scalfaro representa una garant¨ªa de respeto a la ley y de contenci¨®n de eventuales aventuras que trataran de atajar el camino hacia una rep¨²blica presidencialista. Por esa raz¨®n, el nuevo presidente, siendo un hombre muy conservador, puede resultar aceptable para el PDS y para la izquierda democristiana, que pugnan por el mantenimiento de la actual forma parlamentaria del Estado, frente al proyecto alternativo en que confluyen otros sectores de la DC y el PSI, con la Liga del Norte y los neofascistas.
"Intentar¨¦ cumplir mi deber a toda costa", fue lo primero que dijo el nuevo electo, cuando se le comunic¨® oficialmente la decisi¨®n de la asamblea. Adem¨¢s de la DC, el PDS y el PSI, votaron por Scalfaro la gran mayor¨ªa de los diputados socialdem¨®cratas, liberales, verdes, los del movimiento La Rete y los radicales de Marco Pannella.
As¨ª, logr¨® un total de 672 votos, que son 164 m¨¢s de los que constitu¨ªan la mayor¨ªa absoluta, pero 91 menos de los que sumaban los partidos que oficialmente le apoyaban.
En el frente de rechazo a Scalfaro, que ser¨¢ el segundo democristiano que sucede como jefe de Estado a otro miembro de su partido, en contravenci¨®n de una norma de alternancia no escrita, quedaron el Partido Republicano, la Liga del Norte, el Movimiento Social Italiano y Refundaci¨®n Comunista.
Un hombre independiente
El dato definitivo en esta larga partida comenzada el pasado d¨ªa 12 y concluida anoche con la votaci¨®n n¨²mero 16 -el mismo turno que, en 1978, permiti¨® la elecci¨®n de Sandro Pertini- fue que, por fin, la DC logr¨® un acuerdo sobre el candidato que podr¨ªa representarla, en torno a un hombre que se mantiene al margen de las corrientes democristianas. Sus divisiones internas hab¨ªan mantenido bloqueado el proceso hasta ahora y el, acuerdo final, s¨®lo lleg¨® en el clima de emergencia creado por el tr¨¢gico atentado contra el juez Giovanni Falcone registrado el pasado s¨¢bado en Sicilia.
A partir del acuerdo democristiano, se produjo tambi¨¦n el cambio esencial de la posici¨®n del PDS, cuyo,secretario, Achille Occhetto, hab¨ªa seguido rechazando el domingo la candidatura de Scalfaro, apoyada por el ala reformista de su partido. El ex presidente del Tribunal Constitucional, Giovanni Conso, candidato de Occhetto hasta ¨²ltima hora, pidi¨® que no se le siguiera votando, para no entorpecer la mayor¨ªa que el pa¨ªs necesita.
Refundaci¨®n comunista, que hab¨ªa votado con el PDS en d¨ªas pasados, se aferr¨® al argumento, hasta ayer unitario de la izquierda, de que IScalfaro no merec¨ªa ser considerado candidato institucional, ya que, al haber desempefiado cargos de responsabilidad, ser¨ªa siempre responsable de la actual situaci¨®n cr¨ªtica.
El resultado de la votaci¨®n de ayer no permite asegurar que las negociaciones para la formaci¨®n de Gobierno, que comenzar¨¢n despu¨¦s de la investidura de Scalfaro -anunciada para el pr¨®ximo jueves- vayan a ser sencillas, porque no es claro que se pueda trasladar a ese plano la mayor¨ªa lograda en tomo al presidente de la Rep¨²blica. No obstante, el hecho es que se ha logrado esa convergencia de votos buscada por Occhetto y por el l¨ªder de la izquierda democristiana, Ciriaco De Mita.
Si el acuerdo se repitiera, Italia tendr¨ªa, por primera vez en su historia, un Gobierno con una componente de procedencia comunista y la oposici¨®n quedar¨ªa reducida a algunos grupos fragmentados, de los que la Liga del Norte ser¨ªa el mayoritario.
Un conservador respetuoso con el Parlamento
Oscar Luigi Scalfaro es cat¨®lico de vieja observancia, jurista de formaci¨®n, pol¨ªtico democristiano y hombre que tiene a gala sus maneras algo anticuadas. En definitiva, un hombre muy de derechas, pero con una fidelidad incluso escrupulosa hacia las normas del juego parlamentario y al Parlamento como sede de toda soberan¨ªa. Antes que de la Democracia Cristiana (DC) ha sido el candidato a presidente del ex radical Marco Pannella.Con una carrera pol¨ªtica m¨¢s discreta que brillante, como corresponde a un hombre que observa la ley por encima de cualquier otra cosa, dificilmente ser¨ªa elegido jefe de Estado, de no ser por la crisis de alternativas en que se mueve la pol¨ªtica italiana.
Nacido el 9 de septiembre de 1918 en Novara, se inici¨® en la pol¨ªtica colaborando con el antifascismo desde las organizaciones diocesanas cat¨®licas y, a la sombra de Alcide de Gasperi, en la posguerra. Diputado desde 1946, cuando fue elegido para la Asamblea constituyente, ha sido considerado hasta hoy mismo un hombre independiente de las corrientes que dividen a la DC.
Inici¨® sus andanzas en el Gobierno, como subsecretario, en los a?os cincuenta, bajo las presidencias de Amintore Fanfani, Mario Scelba y Mario Segni, pero no lleg¨® a ser ministro hasta 1966, cuando Aldo Moro le encomend¨® la cartera de Transportes, la que ha desempe?ado durante m¨¢s tiempo, tambi¨¦n en Gobiernos presididos por Giovanni Leone y Giulio Andreotti. En los Gabinetes de Bettino Craxi, fue ministro del Interior, y como tal cre¨® pol¨¦mica al expedientar a algunos polic¨ªas que se hab¨ªan excedido en los interrogatorios de un asunto de la Mafia. En 1987, el entonces presidente de la Rep¨²blica, Francesco Cossiga, le encarg¨® formar Gobierno, pero no logr¨® los apoyos necesarios para sacar adelante la tarea.
Los otros campos de su actividad p¨²blica han sido el partido -fue vicesecretario de la DC entre 1964 y 1966- y el Parlamento, como vicepresidente de la C¨¢rnara de Diputados entre 1968 y 1973. En ese foro, dirigi¨® con rigor la comisi¨®n para la investigaci¨®n sobre el destino real, de las ayudas concedidas a N¨¢poles tras el terremoto de 1980, e hizo de abogado del Opus Dei cuando se debati¨® si merec¨ªa ser considerado una secta.
Sobre su vida se cuentan siempre dos an¨¦cdotas. La primera es que, en un restaurante, llam¨® la atenci¨®n para que se cubriera a una se?ora que le pareci¨® excesivamente escotada. ?l ha dicho que son f¨¢bulas y que lo ¨²nico que hizo fue pedir a un camarero que hiciera esa sugerencia a la clienta.
La otra es el trauma que sufri¨® cuando, como magistrado en Novara, hubo de sostener la acusaci¨®n contra un fascista que finalmente ser¨ªa condenado a la pena de muerte, a pesar de que ¨¦l era contrario a la existencia de dicha medida.
Sin embargo, las an¨¦cdotas que han dominado la ¨²ltima etapa de su carrera se refieren a sus enfrentamientos con Cossiga, un presidente que, para el criterio de Scalfaro, le¨ªa las leyes muy a su manera. "Cuando la Constituci¨®n ha querido dar voz al presidente de la Rep¨²blica, ha previsto su derecho de pronunciar mensajes ante el Parlamento. El coloquio directo entre el jefe de Estado y el pueblo no est¨¢ previsto", le record¨® el estricto diputado al presidente m¨¢s locuaz de la historia italiana.
En su r¨¦plica, Cossiga describi¨® a Scalfaro como "una persona gentil, cort¨¦s, amable y dieciochesca, que tiene el derecho de concurrir a la campa?a para presidente de la C¨¢mara y la Rep¨²blica". Scalfaro logr¨® el pasado 27 de abril la primera de estas presidencias y ayer estaba a punto de lograr la segunda. Precisamente por ser el polo opuesto de Cossiga.
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