La televisi¨®n como instrumento de odio
Los aviones o los carros de combate no han sido el arma m¨¢s destructiva en la guerra balc¨¢nica, sino la televisi¨®n. Meses antes del comienzo de la guerra, los reg¨ªmenes totalitarios en Belgrado y Zagreb aseguraron el control absoluto de este medio, instrumento principal de la propaganda nacionalista y del odio racista.Centenares de periodistas croatas perdieron su empleo en la televisi¨®n, "la catedral del esp¨ªritu croata", con la llegada de la Comunidad Democr¨¢tica Croata al poder. Otro centenar fue desplazado de sus cargos en Belgrado tanto en la radio como en la televisi¨®n. El intento de crear una televisi¨®n independiente y proyugoslava, Yutel, fracas¨® por la zapa sistem¨¢tica a que la sometieron Belgrado y Zagreb.
"Los pa¨ªses occidentales deber¨ªan invertir en una cadena de televisi¨®n. Saldr¨¢ m¨¢s barato que la guerra", sol¨ªa decir, hace dos a?os, el periodista italiano Paolo Rumiz, viajero constante por los Balcanes. No fue as¨ª.
La televisi¨®n croata y la serbia han llevado la bandera de la propaganda nacional chovinista empleando el lenguaje racista, ense?ando las matanzas cometidas por el enemigo y haciendo chorrear sangre por las pantallas. Supuestamente, transmit¨ªan la verdad sobre la tragedia de sus respectivos pueblos. Nunca, absolutamente nunca, ha habido noticias de las destrucciones y los cr¨ªmenes propios.
El resultado de este comercio con el odio lo padeci¨® la televisi¨®n de Sarajevo, renuente a renunciar a su independencia. Las tropas serbias, desacostumbradas a escuchar informaciones objetivas, se han apoderado de sus transmisores en diferentes partes de Bosnia-Herzegovina.
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