La verdad y toda la verdad

LA MARATONIANA comparecencia del gobernador, del Banco de Espa?a ante la Comisi¨®n de Econom¨ªa del Congreso result¨® ayer del m¨¢ximo inter¨¦s. La sesi¨®n hab¨ªa sido solicitada por la oposici¨®n a ra¨ªz de la publicaci¨®n de los informes de la inspecci¨®n del Banco de Espa?a sobre Ibercorp, que evidenciaban una situaci¨®n de este grupo financiero bastante m¨¢s grave que la descrita por el gobernador ante la propia comisi¨®n. La sesi¨®n parlamentaria ten¨ªa un objeto fundamental, adem¨¢s de otros complementarios: clarificar las causas de las contradicciones entre el relato de Mariano Rubio y las conclusiones de sus inspectores, para dilucidar si su comportamiento ante los representantes de la soberan¨ªa popular en su primera comparecencia sobre el caso hab¨ªa sido o no correcta. Pues bien, pese a la amplia argumentaci¨®n desgranada en la sesi¨®n, Mariano Rubio -y ¨¦sta es la conclusi¨®n pol¨ªtica principal- no convenci¨®.El dato es relevante, pues supone la situaci¨®n inversa a la que consigui¨® el gobernador en su primera comparecencia. En aquella ocasi¨®n, la pr¨¢ctica total?dad de los grupos parlamentarios endosaron el n¨²cleo de las explicaciones ofrecidas por Rubio, a pesar de que no quedaron ni mucho menos despejadas todas las inc¨®gnitas planteadas. Posteriormente, otras novedades se sumaron a estos interrogantes no aclarados, entre ellas, las vinculaciones de familiares del gobernador -su hermana y su cu?ado- con sociedades del grupo Ibercorp. Y sobre todo, aflor¨® la contradicci¨®n entre su relato al Congreso y el contenido de los informes redactados por sus inspectores.

Este punto fue abordado ampliamente en la sesi¨®n parlamentaria de ayer. El gobernador adujo sus razones para haber mantenido el silencio sobre la situaci¨®n exacta de Ibercorp: jur¨ªdicas, por la normativa europea que constri?e al silencio a la autoridad monetaria en determinados casos; de responsabilidad administrativa, porque sena insensato que la autor?dad monetaria cooperase al hundimiento de una instituci¨®n financiera,. y formales, porque los informes son la opini¨®n de los inspectores y no del Banco de Espa?a como instituci¨®n.

Pero estas razones no constituyen definitivamente la raz¨®n. La contradicci¨®n sobre la situaci¨®n de Ibercorp -"en perfecto estado", seg¨²n el gobernador en su primera comparecencia, y al borde de la inviabilidad, como la describieron los inspectores- no ha quedado dilucidada. La explicaci¨®n de que los elementos de la crisis ya fueron ofrecidos en la primera comparecencia, aunque con mucha discreci¨®n, no es satisfactoria: aqu¨¦l fue un relato con sordina, sin los datos suficientes para que los diputados sacasen conclusiones definitivas, como se manifest¨® ayer.

Es decir, si hab¨ªa que silenciar la informaci¨®n as¨ª hab¨ªa que haberlo explicado anteriormente, y la que se dio, en tal caso, era excesiva, incluidos no pocos calificativos y juicios de valor. Y si hab¨ªa que ofrecer la a los diputados -aunque fuera en sesi¨®n secreta-, habr¨ªa que haberla dado completa.

El ¨¢nimo persecutorio de algunos, que prefieren sustituir su oficio por el de los fiscales, les llev¨® a concluir -mucho antes de o¨ªr a Rubio en el Parlamento- que el gobernador minti¨® ante el Congreso, atribuyendo a su actuaci¨®n un elemento doloso: la intenci¨®n de enga?ar. Despreciando esas actitudes, lo que resulta claro en cuanto a la responsabilidad pol¨ªtica del gobernador es que no dijo toda la verdad y nada m¨¢s, que la verdad. Independientemente de sus intenciones, confundi¨® al Parlamento. Y si eso no conlleva necesariamente la morbosa gravedad de la mentira, arrastra una responsabilidad pol¨ªtica objetiva ineludible.

No se trata de debatir aqu¨ª una cuesti¨®n de honestidad personal: ante este asunto, la larga trayectoria de Rubio es un punto de referencia, a lo que cabr¨ªa a?adir su explicaci¨®n -que le compromete- de que pertenece al grupo de los perjudicados econ¨®micamente por los gestores de Ibercorp. Se trata de una cuesti¨®n de responsabilidad pol¨ªtica, de la imprescindible coherencia de un alto cargo sobre el cual no puede decirse alegremente que mintiera, pero s¨ª que ni explic¨® toda la verdad ni ofreci¨® a los diputados explicaciones suficientes, lo que resulta m¨¢s embarazoso en un caso en el que manten¨ªa vinculaciones personales y familiares con sus protagonistas.

El Banco de Espa?a, instituci¨®n b¨¢sica del Estado, lleva casi cuatro meses de permanente deterioro de su imagen p¨²blica. Su autonom¨ªa s¨®lo es posible si est¨¢ por encima de toda sospecha y, para ello, requiere no s¨®lo mantener su tradicional calidad t¨¦cnica y prestigio internacional, sino tambi¨¦n suscitar el m¨¢ximo respeto de la sociedad, y sus representantes. pol¨ªticos. Este prestigio est¨¢ mellado, y el consenso, irreversiblemente roto. Por ello, dado que al gobernador le queda apenas un mes y medio para acabar su mandato, parece imprescindible que el Gobierno elija de modo inmediato a su sucesor y se acabe este impasse improrrogable.