"El 'rap' ha sido una desgracia para la m¨²sica negra", dice Al Jarreau
El cantante norteamericano presenta su ¨²ltimo disco tras cuatro a?os sin grabar
Tras cuatro a?os de silencio discogr¨¢fico, el cantante estadounidense Al Jarreau publica Heaven and earth, temas con sonido contempor¨¢neo que se cierran con una sinuosa interpretaci¨®n vocal de Blue in green, el cl¨¢sico de Miles Davis; es una pasmosa exhibici¨®n de facultades jaz¨¢sticas que Jarreau (Milwaukee, 1940) reserva para sorprender a los que le recriminan haber abandonado la m¨²sica que fue la base de su carrera. "?Dios m¨ªo, estoy harto de o¨ªr eso!", dice. "Unos quieren que me corte el brazo del pop, otros quieren que prescinda de la pierna del jazz". Al Jarreau considera una desgracia la popularizaci¨®n del rap, porque "ha provocado la saturaci¨®n del mercado y la marginaci¨®n de otras m¨²sicas negras".
Al Jarreau se entrega a las entrevistas con tanto deleite como si estuviera en un escenario. Improvisa sobre las an¨¦cdotas, crea efectos de sonido, controla la din¨¢mica de sus discursos, escenifica situaciones, mastica y alarga palabras, imita voces o instrumentos y se lanza a desarrollar ejemplos musicales. "Miles Davis siempre me gust¨®, pero realmente me asombr¨® cuando empez¨® a usar instrumentos electr¨®nicos. Fue como si abriera un mundo nuevo, no s¨®lo para la gente que aprecia la m¨²sica, sino tambi¨¦n para otros m¨²sicos. T¨² sabes que Bluein green se podr¨ªa hacer as¨ª -imita una caja de ritmos-, pero eso hubiera sido injusto con la belleza de la melod¨ªa".Hace unos a?os se hablaba de Jarreau como posible int¨¦rprete de una biograf¨ªa cinematogr¨¢fica de Nat King Cole. El proyecto "se frustr¨® por problemas de gui¨®n, por indecisi¨®n de la productora y por la oposici¨®n de sus herederos, lo cual es una ve¨ªg¨¹enza, ya que hubiera sido una estupenda oportunidad para dar a conocer toda la gama de m¨²sica que hizo".
'Canci¨®n del a?o'
El hecho de que su Unforgettable, un tema de 19 5 1, haya sido designado recientemente canci¨®n del a?o por la industria norteamericana, asombra a Jarreau, ganador del Grammy en varias categor¨ªas: "Es muy, muy extra?o, pero las decisiones de los votantes suelen tener su propia y peculiar l¨®gica. Tal vez trataban, como nosotros con la pel¨ªcula, de difundir el arte de Nat King Cole".Durante los a?os setenta, Al Jarreau, con su rica tesitura y habilidad para el scat, fue la sensaci¨®n del jazz vocal, la nueva vara para medir la vitalidad de un g¨¦nero estancado; en la pasada d¨¦cada, ese papel ha sido desempe?ado por Bobby McFerrin. "No te voy a decir que me sienta en competencia con Bobby, pero yo escucho sus discos y ¨¦l hace lo mismo con los m¨ªos, eso te lo puedo asegurar. Me encanta que Bobby se sienta inspirado y que grabe discos sin parar, con Yo-Yo Ma o Chick Corea. Yo soy m¨¢s perezoso y necesito un empuj¨®n. Por ejemplo, este disco se hizo gracias a la presi¨®n del productor Narada Michael Walden: yo iba a su estudio a escuchar maquetas y ?me obligaba a grabar directamente! Micr¨®fono, luz roja, ?ya!".
Vive Al Jarreau en un tranquilo barrio de Los ?ngeles, muy cerca de la residencia de Michael Jackson. Aqu¨ª no llegaron los recientes disturbios, que, asegura, no le cogieron por sorpresa: "Tambi¨¦n el Gobiemo sab¨ªa lo que iba a ocurrir, pero prefiri¨® ignorar los avisos. As¨ª funcionan en Wasghinton. Es lo mismo que ocurre con la contaminaci¨®n: bastar¨ªa con que Bush diera un pu?etazo,en una mesa de Detroit para que tuvi¨¦ramos autom¨®viles limpios, pero ?qu¨¦ va!, el presidente est¨¢ en la cama achuch¨¢ndose con la industria del motor, mu¨¢, mu¨¢, mu¨¢. As¨ª que los norteamericanos no quieren que Bush sea reelegido. ?Perot? Cualquiera, cualquiera menos Bush. ?Mickey Mouse, Michael Jordan, que alguien acepte el puesto! Alguien con ideas claras y ganas de luchar. ?Qu¨¦ puedes esperar de Bush, que regala puestos de embajador a los ejecutivos que hacen buenas donaciones para su campa?a?"
Al Jarreau acepta que el rap sea la CNN de la calle, la forma music al que mejor refleja la desagradable realidad de los guetos urbanos, pero no se siente impresionado por sus logros: "Me gustan las voces, ?sabes? Prefiero o¨ªr a Oletta Adams o a Boyz II Men. No me puedo imaginar que alguien, dentro de 15 a?os, suspire recordando que se enamor¨® oyendo a MC Hammer; m¨¢s que m¨²sica, me parece teatro callejero con un ritmo de bajo. Pol¨ªticamente, tampoco es productivo: lanzan declaraciones inflamatorias que no ayudan a buscar soluciones para los problemas. Lo triste es que la popularidad del rap ha provocado la saturaci¨®n del mercado, la marginaci¨®n de otras m¨²sicas negras. Y se ha perdido toda una generaci¨®n de cantantes e instrumentistas".
Babelia
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