La 'triple A' en el pa¨ªs de los ciegos

Al doblar casi el segundo semestre uno cae en la cuenta de que la Bolsa se ha convertido en un mercado ciego. El accionista tradicional se ha despersonalizado; se, ha diluido, como Jon¨¢s en el es¨®fago de la ballena, en la descomunal entrafia de los fondos de inversi¨®n, cuyo ¨¦xito se debe fundamentalmente a las ventajas fiscales, con un coeficiente reductor sobre las plusval¨ªas del 7,14%. Ya son siete billones de pesetas -pertenecientes a un mill¨®n y medio de espa?oles- la cantidad administrada por los fondos. Sus efectos tienen car¨¢cter bals¨¢mico; no son una alternativa, pero act¨²an de refugio mientras las cotizaciones gotean empujadas por la inseguridad de las grandes plazas financieras.El sistema de pagos, nudo gordiano del dinero que se desplaza hacia los valores, se resiente de la baja calidad de la oferta (las emisiones en curso) y del exceso de riesgo concentrado por los bancos en operaciones inmobiliarias. En el rating de Standard and Poor -habitual en grandes grupos, como el Barclays y el Westminster Bank- algunos bancos han perdido la triple A (AAA) -m¨¢xima calificaci¨®n de los analistas-, seg¨²n recoge el Financial Times en su edici¨®n de ayer.