La Documenta de Kassel propone un encuentro entre el espectador y el arte
El mayor foro art¨ªstico del mundo durarar¨¢ 100 d¨ªas y espera un mill¨®n de visitantes
La novena edici¨®n de la Documenta de Kassel, un montaje de exposiciones e instalaciones art¨ªsticas que se celebra cada cinco a?os desde 1955 en esta ciudad del Estado alem¨¢n de Hesse, abri¨® ayer sus puertas con una masiva afluencia de visitantes, de los que los organizadores esperan un mill¨®n a lo largo de los 100 d¨ªas exactos que dura este acontecimiento. El director y art¨ªfice de este encuentro art¨ªstico que re¨²ne a 186 creadores de 37 pa¨ªses es el muse¨®logo Jean Hoet, quien quiere hacer posible el di¨¢logo y el encuentro entre los espectadores de arte y las obras presentadas.
La presente Documenta de Kassel se ha montado de modo at¨ªpico, a trav¨¦s de una mezcla de procesos autoritarios y democr¨¢ticos, p¨²blicos y restringidos, y sus dimensiones y alcance est¨¢n m¨¢s orientados hacia los espectadores de arte en general que hacia la cr¨ªtica o los galeristas. Tal vez por ella, sus magnitudes f¨ªsicas se han incrementado con respecto a anteriores ediciones. Frente a los 487.000 visitantes de todo el mundo que acogi¨® en 1987 la Documenta, este a?o se espera que aproximadamente un mill¨®n de personas visiten Kassel hasta la clausura de las exposiciones, el 20 de septiembre. El coste de la organizaci¨®n, que hace cinco a?os fue de menos de 10 millones de marcos (unos 700 millones de pesetas), se ha elevado en esta edici¨®n a 15,6 millones de marcos (cerca de 1.100 millones de pesetas).
Intereses
La aproximaci¨®n abierta y sensible con los intereses del espectador de arte que los organizadores han adoptado como criterio para esta manifestaci¨®n tiene tambi¨¦n su reflejo en la diversificaci¨®n que han buscado para el patrocinio de la misma. La Documenta la financian las instituciones locales y federales alemanas, pero se nutre tambi¨¦n de las contribuciones econ¨®micas de entidades semiestatales o estatales tan diversas como la Fundaci¨®n Henry Moore, de Gran Breta?a, o los Ministerios de Cultura de Portugal o Canad¨¢, los departamentos de Asuntos Exteriores franc¨¦s o italiano, la USIA (United States Information Agency) o la Fundaci¨®n Rockefeller. Una cincuentena de empresas privadas de todo el mundo prestan tambi¨¦n su apoyo econ¨®mico a Documenta y las obras que se exponen en los distintos ¨¢mbitos han sido realizadas expresamente por los artistas o cedidas en dep¨®sito por m¨¢s de un centenar de galer¨ªas comerciales o coleccionistas de los 37 pa¨ªses representados. En todas estas relaciones de contribuyentes no hay ninguna instituci¨®n oficial, empresa o galer¨ªa de arte espa?ola.Los organizadores de la novena Documenta son Jean Hoet y sus adjuntos, el tambi¨¦n muse¨®logo belga Bart de Baere y los cr¨ªticos de arte Pierre Luigi Tazzi, de Italia, y Denis Zacharopoulos, de Grecia. Su prop¨®sito ha sido organizar lo que Hoet define como "una serie de exposiciones e intervenciones art¨ªsticas que sit¨²an en perspectiva las interrelaciones del arte de los a?os noventa que entran en confrontaci¨®n dial¨¦ctica con lo que han sido las anteriores ediciones y que quieren como referencia para lo que puedan intentar nuestros sucesores en la Documenta de 1997".
La oferta creativa de esta Documenta se implica, como en otras ediciones, en el paisaje urbano de Kassel a trav¨¦s de montajes espectaculares como la escultura titulada Hombre caminando por el cielo, del norteamericano Jonathan Borofsky, en la que una figura humana camina por un bosque met¨¢lico de unos 50 metros de altura que se eleva hacia los cielos por encima del c¨¦sped de la Friedrichplatz, el gran espacio p¨²blico que sirve de ¨¢gora y centro de reuni¨®n de los visitantes de Documenta, o la instalaci¨®n realizada por el alem¨¢n Thomas Sch¨¹tte junto al neocl¨¢sico Friedericianum. Las figuras de Sch¨¹tte, en cer¨¢mica policromada, representan personas de distintas razas y edades, con maletas y fardos, en una alusi¨®n a la diversidad racial que se percibe en la Alemania de hoy y que contrasta vivamente con las envaradas estatuas que adornan el palacio vecino, construido bajo el reinado de Federico el Grande. Otra pieza singular es la instalaci¨®n sonora ideada por el norteamericano Max Neuman en un inmueble conocido en Kassel como la Casa de las Escaleras.
Espa?oles
Los espacios que contienen la mayor¨ªa de obras son el Friedericianum, concebido seg¨²n Hoet como "un lugar de las ideas puras"; el vecino palacio barroco del Ottoneum, la Documenta-Halle, un edificio de nueva construcci¨®n ideado por el arquitecto Jochen Jourdan (donde expone su obra la escultora Susana Solano, que con Juan Mu?oz y Juan Usl¨¦ integra la representaci¨®n de artistas espa?oles); los pabellones ef¨ªmeros de la Karl Aue, construidos por Paul Robbrecht, y por, ¨²ltimo la Neue Gallerie, con espacios m¨¢s parecidos a los de un museo convencional.
Babelia
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