La "ceremonia de la casqueria" inici¨® ayer en Dublin el d¨ªa dedicado a James Joyce

Si un grupo de ciudadanos occidentales, aparentemente cuerdos, se re¨²ne a las seis de la ma?ana para devorar v¨ªsceras, la fecha no puede ser otra que el 16 de junio. Centenares de personas celebraron ayer en Dubl¨ªn el rito inicial del Bloomsday, la jornada de 1904 en que James Joyce hizo vivir a Leopold Bloom la m¨¢s c¨¦lebre odisea literaria del siglo XX. Con el imprescindible ejemplar de Ulises bajo el brazo, vestidos de ¨¦poca algunos, los participantes atacaron corajudamente los tazones de sopa de moco (caldo vegetal bajo denominaci¨®n joyceana) y las bandejas de ri?ones, h¨ªgado y coraz¨®n, un condumio cuya penosa digesti¨®n hace que incluso el m¨¢s lerdo averig¨¹e por experiencia lo que es un mon¨®logo interior.La ceremonia de la casquer¨ªa incluy¨® al mundo diplom¨¢tico. Francisco Ochoa, segundo de a bordo en la Embajada espa?ola, compareci¨® ante la mesa y mantel del sacrificio junto a otros representantes for¨¢neos. Entre ellos, el m¨¢s notable fue el embajador holand¨¦s, que se person¨® de negro y con bomb¨ªn (Leopold Bloom asist¨ªa a un entierro aquel 16 de junio de 1904) y particip¨® luego en una lectura de fragmentos de Ulises desde lo alto de la torre Martello (primera escena de la novela), una antigua fortaleza costera azotada por el viento.
La presidenta
El d¨ªa,antes, lunes, la semana que Irlanda dedica cada a?o a Joyce fue oficialmente inaugurada por la presidenta de la Rep¨²blica, Mary Robinson. La presidencia pronunci¨® las palabras de apertura del 130 Simposio Internacional sobre James Joyce. "El bloomsday se ha convertido, tras la fiesta de San Patricio, en nuestra segunda gran jornada internacional".Los estudiosos del escritor dublin¨¦s tuvieron ayer ocasi¨®n de examinar, por primera vez, la colecci¨®n de cartas de Paul L¨¦on, secretario de Joyce durante los ¨²ltimos 10 a?os de su vida. Las cartas permanecieron en los s¨®tanos de la Biblioteca Nacional dublinesa desde 1941 por voluntad expresa de L¨¦on, y se. hicieron al fin p¨²blicas en abril pasado. Tratan mayormente sobre asuntos comerciales, pero aportan numerosos datos sobre las obsesiones personales del artista y su tormentosa relaci¨®n con los editores. La pr¨®xima generaci¨®n de joyceanos podr¨¢ ver, en el a?o 2050, las ¨²nicas cartas sobre Joyce que permanecen ocultas: las referentes a Luc¨ªa, la hija preferida del escritor, v¨ªctima desde su adolescencia de una esquizofrenia profunda.
El resto de los ritos transcurri¨® seg¨²n el ritmo tradicional: copa de borgo?a y queso para almorzar, m¨¢s lecturas del Ulises, y, al t¨¦rmino de la Odisea, homenaje general al c¨¦lebre mon¨®logo en el que Molly Bloom espera el retorno a casa de su asendereado esposo, Ulises-Leopold.
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