Antxon Etxebeste atribuye a errores de ETA la "nula voluntad" negociadora del Gobierno
La organizaci¨®n terrorista ETA, llevada de una "confianza excesiva en su inviolabilidad", ha carecido de "criterios claros a la hora de adecuar la estrategia correcta que exig¨ªa la nueva fase que abr¨ªa el 92" y el resultado de ello es "la nula voluntad del Gobierno para negociar". El autor de tan autocr¨ªtico an¨¢lisis sobre las expectativas negociadoras de ETA, elaborado tras la ca¨ªda de la direcci¨®n etarra el 29 de marzo en Bidart, es precisamente su m¨¢ximo representante en las malogradas conversaciones de Argel de 1989, Antxon Etxebeste.
Sus autocr¨ªticas, que vienen a sumarse a las vertidas por Ignacio Aracama, Macario (ver EL PA?S del pasado lunes), rebajan, seg¨²n fuentes de la lucha antiterrorista, el alcance real de los contactos entre ETA y Gobierno celebrados desde 1989, detallados en un documento etarra difundida ayer.
Fuentes del Ministerio del Interior, que eludi¨® ayer pronunciarse oficialmente sobre dichas reuniones y conversaciones, atribuyeron oficiosamente las mismas al deseo de lograr informaci¨®n y desestabilizar a la banda terrorista, objetivos que estiman cumplidos y corroborados por las manifestaciones de Antxon y Macario. Este ¨²ltimo se quejaba en una carta de que la direcci¨®n de ETA invalid¨®, durante la mesa de Argel y posteriormente, la estrategia negociadora de Etxebeste. En privado, altos cargos de Interior nunca han negado su intercambio de mensajes con ETA y Herri Batasuna para "conocer y dividir al enemigo".
'Autocr¨ªtica para un debate'
En el piso de Par¨ªs utilizado para centralizar las compras de explosivos de la banda armada se hall¨® hace una semana no s¨®lo la carta de tono catastrofista de Ignacio Aracama, sino otro documento no menos demoledor titulado Autocr¨ªtica para un debate que se impone, redactado en abril por Antxon.
Antxon refleja lo siguiente: "Desde nuestro punto de vista se ha adolecido de falta de criterios claros a la hora de anticipar m¨ªnimamente el futuro y de adecuar nuestra l¨ªnea pol¨ªtica a la estrategia correcta que exig¨ªa la nueva fase que abr¨ªa el 92". "Se ha pecado de soberbia revolucionaria, en ocasiones encubierta de voluntarismo", admite Etxebeste.
Y a ello atribuye el m¨¢ximo exponente de la v¨ªa del di¨¢logo en ETA el actual par¨®n negociador: "La muestra palpable de la nula voluntad del Gobierno para negociar se centra en el aniquilamiento del aparato de interlocuci¨®n de ETA".
La traducci¨®n de ese "aniquilamiento" es la negativa del Gobierno espa?ol a trasladar a un tercer pa¨ªs, con vistas a unas nuevas conversaciones, a los activistas Antxon, Macario y Bel¨¦n Gonz¨¢lez Pe?alva -confinados en Santo Domingo- y etarras presos en Francia como Isidro Mar¨ªa Garalde, Mamarru; Jos¨¦ Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, y Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, cuya reciente extradici¨®n a Espa?a acab¨® de desmoralizar a Etxebeste.
El documento admite sin ambages, "a nivel pol¨ªtico, un debilitamiento progresivo del sector carcelario, donde contin¨²a constat¨¢ndose una efervescencia cada d¨ªa mayor de dudas, cr¨ªticas y posicionamientos ambiguos que, sin llegar al extremo de plantear alternativas a la actual l¨ªneade la organizaci¨®n, ofrecen un peligroso panorama de stand-by [par¨®n]". Antxon tambi¨¦n reconoce la "sensibilizaci¨®n negativa, cuando no abierto malestar, en la poblaci¨®n vasca y del Estado m¨¢s proclive al nacionalismo o de ideolog¨ªas progresistas, incluidos amplios sectores del Movimiento de Liberaci¨®n Nacional Vasco, ante el desarrollo, de una lucha armada basada en el alto riesgo asumido de ocasionar bajas civiles indiscriminadas".
Igualmente, Etxebeste se queja de una, "falta de criterios claros con relaci¨®n al frente negociador por una confianza excesiva en la inviolabilidad de ETA y por el miedo a caer en una trampa que entrara en contradicci¨®n con las posiciones ortodoxas establecidas en la l¨ªnea pol¨ªtica tradicional" de la organizaci¨®n. "El camino novedoso siempre nos ha inspirado recelo y m¨¢s cuando el mismo no es ¨²nicamente promovido por la lucha armada", dice Etxebeste.
Incluso la propia documentaci¨®n etarra resalta la falta de voluntad del Gobierno -"actuaci¨®n falsaria espa?ola"- de emprender una nueva mesa de Argel. Ello no obsta para que fuentes de Interior confirmen, entre otros, el env¨ªo en 1990 de un fax desde Interior a Santo Domingo e incluso las conversaciones telef¨®nicas de Rafael Vera, secretario de Estado para la Seguridad, con Antxon o las del director general de la Guardia Civil, Luis Rold¨¢n, con, representantes de HB, pero nunca desde una perspectiva de preludio de negociaci¨®n pol¨ªtica, sino de estrategia de divisi¨®n.
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