La 2 ofrece 24 nuevos episodios de 'Treinta y tantos'
La segunda cadena de Televisi¨®n Espa?ola emite, a partir de hoy (0.40) 24 nuevos cap¨ªtulos de la serie Treinta y tantos, el follet¨ªn de culto para esa generaci¨®n de treinta?eros acomodados, sumidos en la duda y la contradicci¨®n y permanentemente inc¨®modos en su piel de j¨®venes profesionales urbanos aquejados por la tensi¨®n diaria y la mala conciencia de haber aparcado sus ideales.En Treinta y tantos dicen haberse retratado sus creadores, Ed Zwick y Marshall Herskovitz. El grupo protagonista -Michael, Hope, Melissa, Elliot, Nancy, Gary y Ellyn-, existencialistas suburbanos si se quiere, con un ojo puesto en la utop¨ªa del mundo seg¨²n Frank Capra, vulnerables, indecisos, inseguros, se interroga, se cuestiona, se debate permanentemente entre flagrantes contradicciones. El revisionismo de los ideales de los a?os sesenta y setenta tambi¨¦n est¨¢ claro. Los j¨®venes maduros de Treinta y tantos est¨¢n a punto de conseguir su sue?o americano, pero les desasosiega tanto el conseguirlo como el no llegar a serlo. Y eso es precisamente lo que exaspera a sus detractores.
Como documento social de su tiempo, y a¨²n con las limitaciones impuestas por la peque?a pantalla, Treinta y tantos no ha dejado de tratar aspectos de la realidad que otras series reh¨²yen. Un beso entre dos homosexuales incorporados al reparto provoc¨® la retirada de publicidad y la censura de la reposici¨®n. Otra historia, tratada con esa inteligencia y buen hacer que no se le puede negar en ning¨²n caso a la serie, logr¨® darle una proyecci¨®n nacional y le vali¨® a Patricia Wettig varios galardones, entre ellos dos Emmys, y el relanzamiento de su carrera. Hubo muchas discusiones entre Zwick y Herskovitz, pero al final se lleg¨® a un acuerdo que revitalizar¨ªa el programa: a Nancy Weston, el personaje que interpreta Wettig, se le declarar¨ªa un c¨¢ncer de ovarios. Durante dos a?os, Nancy, hasta entonces uno de los sat¨¦lites en tom¨® a ese centro de gravedad que es el matrimonio de Hope (Mel Harris) y Michael (Ken Ollin), estuvo luchando por sobrevivir. Su enfermedad, como recientemente el beb¨¦ de soltera de Murphy Brown, se convirti¨® en debate nacional. ?Mor¨ªa o lograba superar el trance? Mientras Nancy perd¨ªa su espl¨¦ndida cabellera rubia por efectos de la quimioterapia, desde la revista Esquire gritaban: "?D¨¦jela vivir, producto!". Grupos de espectadores montaron campa?as en favor de la recuperaci¨®n de Nancy. Los guiones que se iban escribiendo desaparec¨ªan misteriosamente de los despachos y aparec¨ªan publicados en las revistas sensacionalistas.
A Treinta y tantos se la llev¨® por delante hace algo m¨¢s de un a?o la recesi¨®n -casi un mill¨®n y medio de d¨®lares por episodio dif¨ªcilmente recuperables- y una tendencia a la autocita y la rememoraci¨®n de antiguos, episodios que evidenciaba una cierta decadencia. Pero dej¨® el molde. Aunque s¨®lo fuera en alg¨²n caso para utilizarlo como punto de referencia en la autopromoci¨®n de una nueva serie, tal como sucedi¨® con los creadores de Sensaci¨®n de vivir, que aseguraban, antes del ¨¦xito fenomenal de la serie, que sus chicos hab¨ªan salido de la escuela de Treinta y tantos.
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