La historia como la vida
En el campo del ensayismo catal¨¢n hay un antes y un despu¨¦s de Joan Fuster. Fue, durante muchos a?os, un punto de referencia ineludible. Un provocador, voluntariamente excesivo y siempre inteligente, que actuaba sobre las p¨¢ginas de la prensa o en sus libros con una voluntad demoledora. ?O constructiva? Porque Fuster se limit¨® a pensar con l¨®gica sobre las realidades, las certezas, las convicciones personales y colectivas. La posguerra le obligaba: repensar para rehacer muchas cosas, las fundamentales. Y Fuster estuvo ah¨ª, incisivo, clarividente, agresivo. El ejemplo m¨¢s ilustre: Nosaltres, els valencians, una pieza clave del pensamiento catal¨¢n contempor¨¢neo. Un punto de partida no s¨®lo para el resurgir cultural valenciano -que pasa de una u otra forma por Fuster- sino para toda la naci¨®n catalana. Fuster puso en su sitio la "q¨¹esti¨® de noms" -y de banderas- y por ello se convirti¨® en el hereje, el heterodoxo. Quiz¨¢ hubiera sido m¨¢s c¨®moda la ambig¨¹edad. Hubiera evitado iras, bombas y blaverismo. Pero no tendr¨ªamos tampoco el impresionante resurgir cultural del Pa¨ªs Valenciano de estos a?os.A Fuster no se le entiende si no es desde la cultura viva. Si nos Fijamos en la honda huella que ha dejado en nuestra historiograf¨ªa cultural y literaria, podemos ver que tambi¨¦n en este campo ha actuado con el empuje renovador de quien es capaz de releer y repensar las cosas evitando las convenciones fijadas, con criterio personal y perspectiva de actualidad. Fuster ha sido uno de los grandes historiadores de la literatura catalana y lo ha sido sin el marco acad¨¦mico adecuado. S¨®lo en estos ¨²ltimos a?os ha contado con una c¨¢tedra universitaria en Valencia. Sus estudios aparecen medio enlazados con la cr¨ªtica de actualidad, incluso en revistas del exilio, como Pont Blau. O del interior, como Destino. O en la Revista Valenciana de Filolog¨ªa.
Frente a la cultura medieval, Fuster ha proporcionado unas lecturas imprescindibles de Ram¨®n Muntaner, Ausi¨¤s Marc, Isabel de Villena o Sant Vicent Ferrer. En cierto modo, ha rescatado estas figuras de manos de los eruditos para contemplarlas como figuras vivas, ocupadas en los grandes problemas de su tiempo. En cambio, su actitud hacia los siglos llamados "de decadencia" ha sido b¨¢sicamente sociol¨®gica, conectando con la historia de la lengua y de las posiciones sociales. Finalmente, su visi¨®n de la literatura contempor¨¢nea es mucho m¨¢s cr¨ªtica y personalizada y puede llegar al gusto subjetivo. V¨ªctor Catal¨¢ no le gustaba. Y punto.
Lo que quiero decir que no es importante si le gustaba o no, sino que Fuster se implica personalmente y explica la realidad a trav¨¦s de su pasi¨®n por lo literario. O por lo hist¨®rico. ?Qu¨¦ es, por ejemplo, un diccionario sino una forma de organizaci¨®n del conocimiento? La primera d e su diccionario para ociosos es la palabra "amor". Su definici¨®n es la historia condensada de c¨®mo la literatura ha explicado y ha construido no s¨®lo el t¨¦rmino sino tambi¨¦n el sentimiento mismo y su concreci¨®n social. Desde los cl¨¢sicos a Shakespeare, pasando por el amor cort¨¦s y los estilnovistas, llegando a Proust, sin olvidar los chansonnaires o calderilla de la novela rosa o los seriales. Tenemos, pues, el mismo Fuster y una lecci¨®n espl¨¦ndida del mejor comentarista de literatura: aquel que la usa para explicar la vida.
Decir apresuradamente lo que de visi¨®n del mundo, de aportaci¨®n cultural, tienen cosas como ¨¦sta en un pensador que conoc¨ªa como pocos la tradici¨®n catalana y europea me resulta ahora muy dif¨ªcil. Sirvan estas l¨ªneas como homenaje a una de las inteligencias m¨¢s brillantes y comprometidas de estos ¨²ltimos tiempos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.