Bush urge a la Reserva Federal para que apruebe un nuevo recorte de tipos de inter¨¦s

Preocupado por la lentitud de la recuperaci¨®n econ¨®mica a poco m¨¢s de tres meses de las elecciones presidenciales, el presidente norteamericano, George Bush, ha pedido a la Reserva Federal una nueva rebaja de los tipos de inter¨¦s, aun a riesgo de un incremento de la inflaci¨®n.

En una entrevista publicada ayer por el diario The New York Times, Bush afirma: "Me gustar¨ªa ver otra reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s. Creo que hay todav¨ªa margen para eso. Comprendo que la gente est¨¦ preocupada por la inflaci¨®n, pero creo que no es el problema m¨¢s importante en este momento".Desde luego que no. El problema m¨¢s importante para Bush en estos momentos es su reelecci¨®n, y esa est¨¢ en peligro mientras la econom¨ªa norteamericana no se reactive a un ritmo mucho m¨¢s acelerado que el 2,5% actual.

Acuciado por esa necesidad, el presidente norteamericano ha hecho la recomendaci¨®n de reducir los tipos de inter¨¦s, ignorando incluso las recomendaciones de los economistas y de las propias autoridades de la Reserva Federal, que prefieren seguir con el ritmo actual de reactivaci¨®n, antes de correr el peligro de un aumento de la inflaci¨®n. En el mes de mayo el ¨ªndice de inflaci¨®n aument¨® un 0,4%, y aunque la tasa interanual sigue por debajo del 4%, la cifra preocup¨® a los expertos.

"Yo creo que la inflaci¨®n parece estar bajo control, y no creo que el argumento de que una reducci¨®n de los tipos puede perjudicar las rentabilidades a largo plazo sea v¨¢lido", dijo Bush.

La Administraci¨®n conf¨ªa en que esa reducci¨®n crear¨ªa nuevos alicientes para la solicitud de cr¨¦ditos, especialmente para la construcci¨®n de viviendas, y, como consecuencia, influir¨ªa favorablememte en la lucha contra el desempleo, que ha llegado a un alarmante 7,5% en el mes de mayo.

El presidente expres¨® su frustraci¨®n por el hecho de que, aunque formalmente la recesi¨®n -que fue la m¨¢s larga desde la Segunda Guerra Mundial- est¨¢ superada, la mayor¨ªa de los norteamericanos sigan creyendo que los problemas econ¨®micos de los dos ¨²ltimos a?os subsisten.

Esto se refleja en los ¨ªndices de popularidad del presidente. En estos momentos, el porcentaje de norteamericanos que desaprueba la forma en que la Casa Blanca maneja la pol¨ªtica econ¨®mica -el 78%, seg¨²n una ¨²ltima encuesta- es comparable al de los peores momentos de Jimmy Carter.

La solicitud de una nueva reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s es, en el fondo, el reconocimiento del fracaso de la pol¨ªtica econ¨®mica de la Casa Blanca. El secretario del Tesoro, Nicholas Brady, hab¨ªa dicho recientemente que esa medida s¨®lo ser¨ªa necesaria en el caso de que los planes de recuperaci¨®n fallasen.

El pasado 9 de abril la Reserva Federal redujo el tipo interbancario (el que se cargan las entidades entre s¨ª) hasta el 3,75%, lo que situ¨® las tasas de inter¨¦s a corto plazo en su nivel m¨¢s bajo de los ¨²ltimos veinte a?os. Los gobernadores del banco central se?alaron hace escasas semanas que no hab¨ªa necesidad de reducir m¨¢s los tipos porque la econom¨ªa mostraba s¨ªntomas de recuperaci¨®n. Concluyeron que el peligro potencial de inflaci¨®n era mayor que la necesidad de estimular adicionalmente la actividad econ¨®mica.

Recientemente un grupo de un centenar de economistas, entre ellos seis premios nobeles, recomendaron al presidente que la mejor manera de acelerar el crecimiento ser¨ªa la inversi¨®n de 50.000 millones de d¨®lares en obras p¨²blicas, como viviendas y carreteras. Pero la Administraci¨®n, tambi¨¦n muy preocupada con un d¨¦ficit p¨²blico que llegar¨¢ a final de este a?o a los 400.000 millones de d¨®lares, se opuso a esa medida.