Las dificultades de ser un pa¨ªs peque?o
El semestre portugu¨¦s al frente de la Comunidad Europea (CE) concluye el pr¨®ximo martes. Portugal ha cumplido sin rasgos de genio, pero sin graves traspi¨¦s, una tarea que casi todos los sectores pol¨ªticos lusos calificaban de "dif¨ªcil".
El hecho de ser un pa¨ªs peque?o y pobre fue el obst¨¢culo m¨¢s grave de la presidencia portuguesa, que se manifest¨® sobre todo en la incapacidad de Lisboa de imprimir un rumbo diferente a la rutina comunitaria y atraer el inter¨¦s de los otros miembros de la CE hacia temas a los que la diplomacia portuguesa atribuye mayor importancia.
La opini¨®n p¨²blica portuguesa vivi¨® este semestre de presidencia de la CE con falta de entusiasmo e inter¨¦s. Las cr¨ªticas de la oposici¨®n contra el excesivo aprovechamiento de los actos comunitarios con fines propagand¨ªsticos no encontraron mucho eco por la exageraci¨®n de las acusaciones. No hubo lujos fara¨®nicos, ni vigilancia policial aparatosa, ni despilfarro del dinero p¨²blico.
La prensa lusa fue poco atenta y bastante fr¨ªvola, y s¨®lo empez¨® a tratar los temas europeos con mayor inter¨¦s y preocupaci¨®n a partir del refer¨¦ndum dan¨¦s, revelando entonces un euroescepticismo superior a la media europea.
Cavaco Silva, que dirigi¨® con mano fuerte la presidencia portuguesa exigiendo de todos un esfuerzo casi sobrehumano, prometi¨® a sus ministros y asesores un mes de vacaciones, pero no es seguro que pueda cumplir la promesa. Durante un semestre, los asuntos nacionales fueron bastante descuidados y el Gobierno dej¨® acumularse los problemas: agricultores, funcionarios, militares y empresarios est¨¢n en pie de guerra, y exigen que Cavaco "se preocupe menos de los yugoslavos y de los daneses y m¨¢s de los portugueses".
Los sondeos confirman que el primer ministro portugu¨¦s, m¨¢s conocido hoy en Europa que antes de la presidencia, perdi¨® popularidad en su propio pa¨ªs.
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