Los Doce no quieren asumir la cohesion que exige Espa?a

Viene de la primera p¨¢ginaEl Reino Unido aprovech¨® la debilidad interna que vive la CE para desatar su batalla particular de la subsidiaridad, principio consagrado en Maastricht para delimitar el ¨¢mbito comunitario de la acci¨®n com¨²n a los temas y ¨¢reas.en que sea m¨¢s eficaz ir juntos que por separado. Ahora la lectura brit¨¢nica es inversa. El primer ministro brit¨¢nico estuvo duro y negativo e incluso combati¨® la idea de que el Tratado de Maastriclit da nuevos poderes a la Comunidad. En su opini¨®n es necesario derogar algunas directivas. Lo que hay que evitar por todos los medios, replic¨® el presidente franc¨¦s, Frangois Mitterrand, "es que la Comunidad deje de ser una comunidad".

"Habr¨¢ que hacer un tamiz sobre cualquier directiva de la CE, antes de que sea aprobada, para ver si es absolutamente necesaria y no sustituible por una ley nacional" manifest¨® un portavoz brit¨¢nico. "La canci¨®n brit¨¢nica est¨¢ siendo coreada por todos", a?adi¨® en referencia al apoyo creciente a sus dos tesis de acelerar la ampliaci¨®n de la CE y desarrollar, desde el punto de vista del inter¨¦s nacional, el concepto de la subsidiariedad.

El principal apoyo para el Reino Unido vino de Holanda y Alemania. "La Comunidad no debe ir m¨¢s all¨¢ de lo que convie,ne hacer razonablemente", dijo Helmut Kohl en la reuni¨®n, movido por. la preocupaci¨®n creciente ante los efectos que sobre la ratificaci¨®n del tratado puede tener la batalla de la soberan¨ªa nacional y regional desatada en los l¨¢nder.

Temor al super Estado

"El temor al super Estado de Bruselas" ha actuado de desencadenante, coment¨® un diplom¨¢tico espa?ol. La cumbre decidir¨¢ hoy encargar a la Comisi¨®n Europea un informe sobre las competencias comunes que pueden ser devueltas a los Estados miembros, cuyo debate y concreci¨®n ser¨¢ uno de los temas de la agenda del Consejo Europeo de diciembre en Edimburgo.

Para la presidencia brit¨¢nica, que se inicia el pr¨®ximo 1 de julio, queda pues reservada la estrategia de la subsidiariedad concebida como una palanca de apoyo para asegurar la ratificaci¨®n del tratado en los 10 pa¨ªses que faltan. Tan s¨®lo Irlanda ha dado el s¨ª y los Doce confian en que culminado el proceso, habr¨¢ una presi¨®n suficiente para hacer rectificar a Dinamarca. El primer ministro dan¨¦s, Poul Schl¨¹ter, afirm¨® que har¨ªa todo lo posible, pero advirti¨® que si se celebrasen referendos en Suecia y Noruega, pa¨ªses candidatos al ingreso, "ser¨ªan negativos".

El Reino Unido se queda tambien con el llamado paquete Delors II de perspectivas financieras, que contempla un aumento del 31% en el presupuesto de la CE entre 1993 y 1997. La mitad de ese incremento ir¨ªa destinada a las ayudas regionales y al nuevo fondo de cohesi¨®n para apoyar la convergencia de las econom¨ªasde Espa?a, Portugal, Grecia e Irlanda. La posici¨®n ahora es que la disciplina presupuestaria de los Doce aconseja congelar dos a?os las finanzas de la CE y aplazar los objetivos de duplicaci¨®n de los fondos en los pa¨ªses m¨¢s pobres hasta 1999.

Felipe Gonz¨¢lez defendi¨® que el nuevo presupuesto "no hay que enfocarlo como un sacrificio, s¨ªno como el ejercicio de la voluntad de llegar a la uni¨®n europea". Aparte de la cohesi¨®n econ¨®mica y social, la Comunidad tiene que garantizar las rentas de los agricultores, lo cual implica un fuerte aumento de gastos, as¨ª como la mejora de la competitividad industrial y el refozamiento de las ayudas a.otros pa¨ªses, especialmente del Este de Europa.

El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, que ayer fue ratificado en su cargo, defendi¨® que el nuevo fondo de cohesi¨®n debe comenzar, a funcionar el pr¨®x¨ªmo.a?o e insinu¨® la posibilidad de prorrogarlo hasta 1999. Seg¨²n la tesis espa?ola, si se produjera un retraso, el fondo de cohesi¨®n, puesto que est¨¢ vinculado a la convergencia, deber¨ªa seguir apoyando a los cuatro pa¨ªses m¨¢s pobres. En ese caso, el actual presupuesto-de 1,3 billones de pesetas en cinco a?os, se ver¨ªa incrementado en siete anos en casi un 50%o. Gonz¨¢lez advirti¨® que aceptar 1999 como fecha ser¨ªa lanzar el mensaje de que es imposible conseguir la moneda- ¨²nica en 1997 (primera fecha posible. contemplada en ¨¦l. Tratado de Maastricht).

Manual de concesiones

El problema a resolver hoy es que el proyecto de conclusiones elaborado por la presidencia portuguesa constituye un manual de concesiones. En la cumbre s¨®lo Espa?a e Irlanda parecen decididas a oponerse firmemente a esa amenaza. Mitterrand afirmo que 'Trancia, a pesar de que es contribuyente neto, no ser¨¢ taca?a". Koffl asegur¨® que "Alemania no frustrar¨¢ las esperanzas de algunos Estados, aunque hay que dejar el paquete Delors II para m¨¢s adelante". Pero, seg¨²n Major, no hay que aumentar para nada los actuales gastos de la CE. Con los ahorros que pueden hacerse, la reducci¨®n de gastos agr¨ªcolas y "los 390.000 millones de pesetas que aportar¨¢n los pa¨ªses de la EFTA que van a ingresar en la CE" ha br¨ªa dinero suficiente para la cohesi¨®n. En su opini¨®n, las ayudasa los pa¨ªses pobres no pueden seguir creciendo y-habr¨¢ que congelarlas en 1996..

El borrador portugu¨¦s da por supuesto que el aplazamiento de dos a?os es inevitable, Entiende que el fondo de cohesi¨®n se ejecutar¨¢ en cinco a?os y con el presupuesto inicial previsto. Plantea un nuevo quinto recurso para 1995, de car¨¢cter "proporcional", es decir, que no tendr¨¢ en cuenta la diferencia de renta entre ricos y pobres a la hora de contribuir.

Tras el no de Dinamarca al Tratado de Maastricht, la delegaci¨®n danesa iba a ser la vedette-de la cumbre comunitaria, pero por si a¨²n cab¨ªa alguna duda, el ministro de Exteriores dan¨¦s, Uffe Ellemann-Jensen, decidi¨® llamar la atenci¨®n de sus colegas.Lleg¨® al centro cultural de Belem, donde se celebra l! cumbre, con una bufanda con los colores de la bandera danesa para poner as¨ª de manifiesto su apoyo la selecci¨®n danesa, que ayer jug¨® contra Alemania en Gotemburgo (Suecia) la final de la Copa de Europa. Ellemann-Jensen coloc¨® despu¨¦s la prenda en el respaldo de su butaca.El jefe de la diplomacia danesa vaticin¨¦ una victoria de su equipo: "Vanios a ganar porque, como decimos nosotros, si no puedes unirte a ellos, v¨¦nceles". Ni que decir tiene que el canciller alem¨¢n, Helmut Kohl, no comparti¨® este pron¨®stico. "Ser¨¢ tres a uno", declar¨® al entrar en el centro.

Ellemann-Jensen, su jefe de Gobierno, Poul Schl¨¹ter, y Kohl estuvieron cenando con sus hom¨¢logos comunitarios mientras se jugaba en Gotemburgo. Para mantenerse informados pidieron, al parecer, a sus colaboradores que no se alejaran del televisor y que les contasen de vez en cuando c¨®mo se desarrollaba el partido.