El maestro Rodrigo interpreta su "Concierto de Aranjuez" en el modesto piano de un instituto
Nadie esperaba que el maestro Joaqu¨ªn Rodrigo tocase algo. Pero ¨¦l subi¨® los escalones del escenario como pudo y se sent¨® al modesto piano de instituto que a partir de hoy lleva su nombre. Con la primera pieza -una Pastoral compuesta por ¨¦l mismo todos se habr¨ªan dado por satisfechos. Pero cuando el maestro arranc¨® las primeras notas de su Concierto de Aranjuez la emoci¨®n hizo llorar a unos cuantos, profesores y alumnos. Escuchar una de las piezas musicales m¨¢s bellas de este siglo, interpretada por el propio autor en un instituto de Vic¨¢lvaro, es un lujo raro e impagable.Los alumnos del instituto de bachillerato Maestro Rodrigo se miraban at¨®nitos. Ni siquiera esperaban que el m¨²sico de Sagunto acudiese al bautizo del centro. Joaqu¨ªn Rodrigo apenas sale de casa, por su avanzada edad. Va a cumplir 90 a?os el pr¨®ximo noviembre.
Pero el maestro no s¨®lo les visit¨®, sino que adem¨¢s les hizo el mejor de los regalos: una magistral interpretaci¨®n -aunque breve- de su obra m¨¢s famosa, Concierto de Aranjuez, compuesta en el a?o 1939.
"Abuelo, qu¨¦ bien has tocado. Y eso que no hemos ensayado esta ma?ana", dec¨ªa una de sus nietas. "Ni que le hiciese falta" comentaba un tanto molesto un chico que lo oy¨®.
Hab¨ªa que salvar dos altos escalones para subir a la humilde tarima del sal¨®n de actos, pero a pesar de ello el maestro consigui¨® llegar al piano. Con su voz cascada, anunci¨® su primera pieza. Los aplausos y bravos no dejaron o¨ªr el t¨ªtulo de la segunda, as¨ª que la sorpresa fue inmensa al reconocer en los primeros acordes la inmortal melod¨ªa. Los que hab¨ªan llevado su c¨¢mara fotogr¨¢fica para retratar al compositor -y que antes trabajaban con el furor de un reportero- se quedaron petrificados, y nada, se movi¨® durante la actuaci¨®n del pianista.
Los nervios de la flautista
Los chicos, por su parte, tambi¨¦n le entregaron un regalo musical. Era todo un reto tocar ante un m¨²sico de la talla de Rodrigo, pero nadie dio una nota falsa.La chica que tocaba la flauta estaba especialmente nerviosa: su instrumento se hab¨ªa ca¨ªdo durante un ensayo y los sostenidos sonaban un poco mal. El maestro escuch¨® con atenci¨®n y llev¨® el ritmo con el pie en algunos momentos.
La profesora de m¨²sica, Marisa Arribas, se sent¨® despu¨¦s al piano y le ofreci¨® El Albaicin, de Isaac Alb¨¦niz, que Rodrigo pareci¨® disfrutar es
pecialmente. Eso s¨ª, no se atrevieron a tocar ninguna de las composiciones del maestro, quiz¨¢ para no ponerle en el compromiso de opinar sobre la interpretaci¨®n.
Tras las actuaciones de los alumnos, Rodrigo dijo que le hab¨ªan gustado mucho, que estaba emocionado y que le encanta acudir a los sitios donde hay gente joven.
"Esto es un lujo total", repet¨ªa emocionada la profesora de m¨²sica, Marisa. Aunque llevaba ya ocho a?os funcionando, el instituto de bachillerato -en el que estudian 750 chicos buscaba un nombre. Hasta ahora se denominaba Instituto de Bachillerato de Vic¨¢lvaro, a secas, y se confund¨ªa a menudo con el vecino de formaci¨®n profesional. Se barajaron varios, Rosa Chacel y Jos¨¦ Luis Aranguren, entre otros.
Pero tanto el claustro de profesores como los alumnos decidieron por mayor¨ªa que su centro llevase el de Joaqu¨ªn Rodrigo. La afici¨®n a la m¨²sica, que Marisa hab¨ªa fomentado entre los chavales, tuvo mucho que ver.
En este centro hay asignatura de m¨²sica obligatoria en primer curso, y en tercero, como materia optativa, que este a?o escogieron 20 alumnos.
El maestro ciego, nacido en Sagunto en 1902, llev¨® con bastante buen humor el homenaje. Dedic¨® un aut¨®grafo al chico que hab¨ªa tocado el piano, pero cuando le pidieron que firmase discos, sus dos nietas, de unos veinte a?os de edad, se negaron: "H¨¢ganse cargo. Es que si no se cansa mucho".
Al viejo m¨²sico le cuesta garabatear su firma, pero no ha perdido el apetito. A la hora del aperitivo, echaba mano de los canap¨¦s que el instituto hab¨ªa preparado para agasajarle. "Abuelo, esa mano, que te veo", dec¨ªa una de las nietas. Aunque no es que le tengan a r¨¦gimen: "Si no le paras, no deja nada para los dem¨¢s".
Despu¨¦s, el maestro se quer¨ªa tomar "una cervecita", pero alguien decidi¨® que a los 90 ya no se puede beber y le dieron una sin alcohol.
Los altos cargos no fueron
La directora del centro, Alicia Gonz¨¢lez D¨ªez, estaba muy sorprendida por la sencillez del maestro Rodrigo. "Le enviamos una carta para saber si le gustaba la idea de dar su nombre al instituto, y contest¨® muy, r¨¢pidamente, diciendo que nos agradec¨ªa mucho que nos hubi¨¦semos acordado de ¨¦l".La directora invit¨® tambi¨¦n al ministro de Educaci¨®n y a otros altos cargos al bautismo, pero no sab¨ªa si acudir¨ªan.
"Cuando se lo dijimos al maestro Rodrigo, [que no ir¨ªan las autoridades], no le import¨®, le bastaba con tener un encuentro con los profesores y los alumnos".
De hecho, tampoco acudieron los cargos provinciales del ministerio. S¨®lo algunos inspectores de Educaci¨®n y un subdirector territorial. Pero Alicia Gonz¨¢lez les disculpa: "Deben de estar las aguas revueltas en el ministerio" despu¨¦s del reciente relevo del titular del departamento.
A la salida del acto, los alumnos hac¨ªan corrillos. Alguno hab¨ªa dejado escapar una lagrimilla durante la interpretaci¨®n del maestro Rodrigo. L¨¢stima que el m¨²sico ciego no pudiera darse cuenta.
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