Bernard Picasso: "El Reina Sof¨ªa es un sitio magn¨ªfico para el ¨²ltimo viaje del "Guernica"
El nieto del pintor considera que los herederos tienen derecho moral sobre la obra
Para Bernard, nieto de Picasso y uno de sus cinco herederos no cabe la menor duda: "El traslado del Guernica al Museo Reina Sof¨ªa respeta, actualiz¨¢ndolos, los deseos de Picasso". Bernard, que considera que los herederos del pintor tienen un droit de regard moral sobre su obra, confirma que el Ministerio de Cultura espa?ol le consult¨® sobre la mudanza y le invit¨® a visitar, el pasado mayo, el Reina Sof¨ªa, "un lugar magn¨ªfico", dice, "para la expresi¨®n del arte contempor¨¢neo".
Cuando Bernard abre la puerta de su apartamento de la, parisiense plaza de los Vosges, uno cree estar viendo un autorretrato de la juventud de Picasso. Bernard, de 32 a?os, hijo de Paul, hijo a su vez del pintor malague?o y su primera mujer, la bailarina rusa Oiga Kok1ova, es m¨¢s alto que su abuelo, pero de su estirpe le vienen la delgadez, la piel bronceada, los marcados p¨®mulos, la gran nariz y los labios sensuales. Es un hombre delicado y cort¨¦s, que se dedica a administrar la fortuna que hered¨® de Picasso y a velar por la obra del pintor.Bernard adelanta que va hablar en su nombre y que ¨¦l no se considera portavoz de la familia. Pero dicho esto, asegura que tres de los otros cuatro herederos de Picasso -Marina, Claude y Paloma- comparten su aprobaci¨®n por el traslado del Guernica al Reina Sof¨ªa. Tan s¨®lo Maya es contraria a la mudanza. "Eso", dice, "constituye una amplia mayor¨ªa, ?no le parece?"
El nieto del pintor malague?o agradece que el Ministerio de Cultura espa?ol haya consultado a los herederos. "Nos expusieron las razones del traslado y nos invitaron a viajar ;a Madrid, a fin de poder formarnos una opini¨®n propia". Una actitud que, subraya, constrasta con la desinformaci¨®n en que se mantuvo a los herederos en 1981, cuando el Guernica fue trasladado desde el MOMA de Nueva York a Madrid.
"Aquel traslado", dice, "lo negociaron Roland Dumas, entonces abogado de Jacqueline [la ¨²ltima mujer del pintor], el Gobierno espa?ol y el MOMA. Nosotros nos enteramos por los peri¨®dicos. Ese cuadro es, sin duda, propiedad del Estado espa?ol, que pag¨® por ¨¦l a mi abuelo, pero aquel gesto me pareci¨® una falta de educaci¨®n y un atentado al derecho de la familia a dar nuestra opini¨®n".
Respuesta a Rubin
No obstante, Bernard Picasso afirma que, de haber sido consultado en 1981, ¨¦l hubiera dicho "s¨ª" al viaje a Madrid. "Mi abuelo", dice, "quer¨ªa que ese cuadro, s¨ªmbolo de la lucha del pueblo espa?ol contra el fascismo, estuviera en Madrid. Hubiera podido decir que en Barcelona o en Guernica, pero si dijo Madrid es porque esa ciudad fue el escenario de su combate particular contra Franco".
El nieto de Picasso y Oiga explica las razones por las que cree que el nuevo viaje del Guernica no contradice la voluntad de su autor. "Creo", afirma, "que nuestra obligaci¨®n es, respetar los deseos de mi abuelo, pero no de un modo cerril, aferr¨¢ndose a la letra, sino poniendo al d¨ªa su esp¨ªritu". Y explica que, de hecho, la instalaci¨®n del cuadro en el Cas¨®n del Buen Retiro ya pod¨ªa haber sido considerada como una violaci¨®n de la voluntad de Picasso.
"Picasso", recuerda su nieto, "dijo que ese cuadro deber¨ªa ir a Madrid el d¨ªa que en Espa?a hubiera un Gobierno republicano. En cambio, con muy buen juicio, se interpret¨® en 1981 que lo importante era que en Espa?a hubiera un Gobierno democr¨¢tico, aunque fuera una monarqu¨ªa parlamentaria". Tambi¨¦n podr¨ªa haber sido interpretada como una violaci¨®n de la letra del deseo picassiano la instalaci¨®n del cuadro en el Cas¨®n del Buen Retiro y no en el edifico del Museo del Prado. A Bernard, una y otra cosa le parecen "minucias al lado de lo esencial del mensaje de Picasso".
"Yo creo", prosigue, "que si Picasso habl¨® de Gobierno republicano es porque, en aquel momento, ¨¦l no pod¨ªa concebir (le otra forma la democracia en Espa?a, pero es obvio que ¨¦l hubiera estado muy contento por la forma en que el rey Juan Carlos ha llevado las cosas". El mismo argumento, piensa, es v¨¢lido para su deseo de que el cuadro se instalara en el Prado. "Si ¨¦l dijo el Prado, como algunos dicen que dijo, era, pura y simplemente, porque no conoc¨ªa ning¨²n otro museo en Madrid. ?Qu¨¦ es lo que hab¨ªa en su ¨¦poca? En Madrid no hab¨ªan entonces 28 alternativas, como ahora".
El ¨²ltimo viaje
Lo importante para Pablo Picasso, dice su nieto, es que el cuadro estuviera "en un lugar digno de la capital de su pa¨ªs". Y a Bernard le parece que el Reina Sof¨ªa lo es. "Me han molestado mucho los comentarios de William Rubin, ex director del MOMA, afirmando que el Reina Sof¨ªa nunca llegar¨¢ a nada. Yo creo que los espa?oles han hecho ah¨ª algo extraordinario, han creado un lugar que puede convertirse en un gran centro de arte contempor¨¢neo".Cuando visit¨® el Reina Sof¨ªa, Bernard qued¨® muy satisfecho de la sala en que ser¨¢ expuesto el Guernica. "La iluminaci¨®n ser¨¢ muy buena, lo m¨¢s natural posible, y las dimensiones, ¨®ptimas. El p¨²blico podr¨¢ ver el cuadro a la distancia precisa para poder apreciarlo en su totalidad, y no como ahora en el Cas¨®n, en el que, si quer¨ªas verlo bien, te tragabas todo lo que hab¨ªa alrededor". De hecho, el Cas¨®n del Buen Retiro siempre le pareci¨® a Bernard un "lugar algo triste, demasiado bunkerizado, iluminado de un modo siniestro, aislado del mundo".
"He hablado con mis familiares y todos, excepto Maya, est¨¢n de acuerdo en el traslado. Ahora bien, todos ponemos ciertas condiciones: que el cuadro no sea enrrollado, que la mudanza se haga con dignidad e incluso con un sentido festivo y, sobre todo, que ¨¦sta sea su ¨²ltimo viaje".
L¨ªos de familia
Que cuatro de los cinco herederos de Picasso est¨¦n de acuerdo en algo, en este caso la aprobaci¨®n de la mudanza del Guernica, roza lo milagroso. Desde la muerte, en 1973, del pintor malague?o la discordia han sido norma com¨²n en la casa de los Picasso. En la actualidad esa casa est¨¢ constituida por Bernard y Marina, nietos del pintor a trav¨¦s de Paul, fruto de su matrimonio con Oiga; Maya, hija de Picasso y Marie Th¨¦rese, y Claude y Paloma, hijos de Picasso y Fran?oise."Cuando me muera", hab¨ªa profetizado Picasso, "ser¨¢ un naufragio, y cuando un barco grande naufraga, mucha gente se va al fondo con ¨¦l". En la ma?ana del entierro del autor del Guernica, su nieto Pablito, hermano mayor de Bernard, se bebi¨® una botella de lej¨ªa. Muri¨® tres meses m¨¢s tarde, el 11 de julio de 1973. El 20 de octubre de 1977, Marie-Th¨¦rese, segunda compa?era de Picasso, se ahorc¨® en el garaje de su casa. El 16 de octubre de 1986, Jacqueline, la ¨²ltima esposa del artista, se dispar¨® un tiro en la sien.
"Ser¨¢ peor de lo que pueda imaginarse nadie", hab¨ªa reiterado Picasso. El artista falleci¨® sin haber dejado testamento y con cuatro hijos, tres de ellos nacidos fuera del matrimonio. La batalla por su fabulosa herencia, cifrada en 260 millones de d¨®lares (alrededor de 26.000 millones de pesetas), fue terrible. En 1974, Claude, Paloma y Maya se vieron reconocidos como herederos legales. En junio de 1975 muri¨® Paul, dejando dos hijos: Marina y Bernard, con derecho a heredar su parte de los bienes. Hab¨ªa, pues, seis herederos en liza: Jacqueline, Maya, Claude, Paloma, Marina y Bernard.
El affaire Picasso concluy¨®
en 1977. Dominque Bozo seleccion¨® las obras que el Estado franc¨¦s se reservaba en concepto de derechos de sucesi¨®n. Jacqueline recibi¨® la mayor parte de los bienes; Marina y Bernard algo m¨¢s de las dos d¨¦cimas partes; Maya, Claude y Paloma recibieron cada uno una d¨¦cima parte. Pero las aguas nunca se han calmado del todo.
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