MANUEL D?AZ MART?NEZ Una alternativab de izquierda
A comienzos del pasado mes de enero, ocho intelectuales cubanos suscribimos en La Habana un Proyecto de Programa Socialista Democr¨¢tico. Es un nuevo esfuerzo de la oposici¨®n interna para abrirle una salida incruenta y absolutamente cubana a la crisis nacional, a despecho de la inflexibilidad del r¨¦gimen y de la escalada represiva de ¨¦ste contra sus cr¨ªticos y opositores, la cual se ha materializado en numerosos arrestos, despidos laborales y actos de repudio con agresiones f¨ªsicas a las personas. Los signatarios del, Proyecto Socialista Democr¨¢tico son el acad¨¦mico N¨¦stor Baguer (de la Academia Cubana de la Lengua y correspondiente de la Real Academia Espa?ola), el ex profesor de Historia de la Filosof¨ªa Enrique Julio Patterson, el ex profesor de Marxismo Elizardo S¨¢nchez Santa Cruz, el economista Vladimiro Roca (el hijo de uno de los principales fundadores del Partido Comunista de Cuba) y los poetas y escritores Bernardo Marqu¨¦s Ravelo, Omar P¨¦rez, Rolando Prats y el autor de este art¨ªculo.Aunque en algunos ¨®rganos de prensa extranjeros se dijo que este documento implicaba la constituci¨®n de un partido, lo cierto es que, por el momento, no pasa de ser un programa "abierto a todos los que deseen para Cuba una soluci¨®n pac¨ªfica, independiente y democr¨¢tica de sus actuales y futuros problemas y la organizaci¨®n de la sociedad sobre el principio de que no hay democracia sin libertad ni libertad sin justicia", y orientado a "coordinar los esfuerzos de todas aquellas corrientes de opini¨®n que se reconozcan en los valores b¨¢sicos del socialismo democr¨¢tico y promuevan el di¨¢logo social como instrumento id¨®neo de soluci¨®n de los problemas nacionales".
Todav¨ªa es prematuro hablar de un partido, y adem¨¢s de prematuro es imprudente, puesto que, seg¨²n las leyes establecidas por el Gobierno, en Cuba est¨¢n proscritas las organizaciones y agrupaciones de cualquier clase -especialmente si son de car¨¢cter pol¨ªtico o sindical- situadas al margen del partido y el Estado. Los infractores pueden ir a la c¨¢rcel, igual que Mar¨ªa Elena Cruz Varela y sus compa?eros de Criterio Alternativo.
No est¨¢ en el ¨¢nimo de los promotores del Proyecto Socialista Democr¨¢tico desafiar a las autoridades ni recalentar la atm¨®sfera pol¨ªtica del pa¨ªs, bastante caldeada ya. Lo que pretendemos es abrirle espacio a un di¨¢logo nacional sin restricciones ideol¨®gicas y presidido por el respeto hacia todas las personas y opiniones que participen en ¨¦l, y al cual vayamos los cubanos sin rencores ni protagonismos, movidos s¨®lo por la voluntad patri¨®tica de analizar con realismo y solucionar cuanto antes los complejos problemas econ¨®micos, pol¨ªticos y sociales que aquejan a nuestro pueblo y tienen empantanado al pa¨ªs. Con vista a este deseable acontecimiento es que se ha trabajado en el Proyecto Socialista Democr¨¢tico; concebido tanto para viabilizar los cambios democr¨¢ticos que inevitablemente han de producirse en Cuba como para preservar la soberan¨ªa de, la naci¨®n y las medidas de beneficio popular implantadas en los primeros a?os del poder revolucionario y que la actual situaci¨®n est¨¢ poniendo en riesgo mortal.
Quienes preconizamos el di¨¢logo tenemos en cuenta, por una parte, la pluralidad de criterios pol¨ªticos que, a consecuencia del creciente empeora miento de los problemas del pa¨ªs, ha aflorado en el interior de la isla y ha puesto en crisis el forzado absolutismo del ¨²nico partido constitucionalmente autorizado en Cuba, y, por otra, la obvia conveniencia de evitar, mientras sea posible, la violencia social, de la que se de rivar¨ªan consecuencias fatales para el presente y el futuro de la naci¨®n. Por ello, somos contra rios a todo lo que tienda a impedir o estorbar la soluci¨®n por consenso de la crisis nacional, como es el caso del embargo comercial y financiero que Esta dos Unidos mantiene contra Cuba desde hace m¨¢s de 30 a?os. El embargo norteamericano, adem¨¢s de no haber con seguido derrocar al castrisino y de haber ocasionado dificultades adicionales al sufrido pueblo de la isla, hoy m¨¢s que nunca sirve de coartada al r¨¦gimen cubano para echar a otros la culpa de los desastrosos resulta dos de su administraci¨®n y de argumento para justificar la represi¨®n y negarse a una apertura democr¨¢tica que demag¨®gicamente se presenta como una vuelta al pasado y una claudicaci¨®n ante el imperialismo.
El Proyecto Socialista Democr¨¢tico que damos a conocer se basa en los principios de independencia nacional, soberan¨ªa popular, democracia pol¨ªtica y econ¨®mica, justicia social, respeto a los derechos y libertades fundamentales y reconciliaci¨®n entre todos los cubanos, y persigue la implantaci¨®n en Cuba de un Estado laico y democr¨¢tico de derecho, asentado en la econom¨ªa mixta, el pluralismo pol¨ªtico y la garant¨ªa de educaci¨®n, salud y cultura para todos los ciudadanos.
Como paso previo indispensable para alcanzar lo anteriormente expuesto, los firmantes del proyecto recomendamos la convocatoria de una Asamblea constituyente que, inspirada en la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos, redacte y proponga para su aprobaci¨®n en refer¨¦ndum una nueva Constituci¨®n que garantice la libertad de palabra, asociaci¨®n y sindicalizaci¨®n; el derecho de huelga y la autonom¨ªa de los sindicatos respecto del Estado; la libertad de creaci¨®n cultural; la gratuidad de los servicios b¨¢sicos de salud; la libertad de ense?anza y la gratuidad de la ense?anza hasta la media superior; la autonom¨ªa universitaria; el derecho a la seguridad social y la protecci¨®n a las personas impedidas de trabajar por cualquier motivo, y el derecho de propiedad sobre las viviendas de los actuales ocupantes de ¨¦stas. Asimismo, recomendamos la concesi¨®n de una amnist¨ªa que favorezca a todos los encarcelados por los llamados delitos contra la seguridad del Estado u otros que pudieran no exigir reclusi¨®n penal.
El proyecto contempla el traspaso gradual a los sectores cooperativo y privado, por razones de eficiencia econ¨®mica y social, de entidades estatales en las esferas de la producci¨®n y los servicios, y el control p¨²blico sobre los precios de productos de primera necesidad, con vistas a compensar los efectos secundarios de la liberalizaci¨®n de la vida econ¨®mica.
Como se expresa en nuestro documento, que constituye la primera alternativa de izquierda planteada por la oposici¨®n cubana dentro y fuera de la isla, "Ios ideales del Socialismo Democr¨¢tico son compartidos, desde diversas perspectivas, por cristianos, socialdem¨®cratas, socialistas, comunistas, laboristas, liberales y todos los que crean en la posibilidad de un orden social en el que toda persona, sin distinci¨®n alguna, participe de manera libre y responsable en la vida econ¨®mica, pol¨ªtica y cultural".
Lo acontecido en el Este europeo, que es lo que est¨¢ aconteciendo en Cuba, nos permite ver con claridad que el modelo estalinista, adem¨¢s de monstruoso socialmente, en la pr¨¢ctica econ¨®mica ha sido un rotundo fiasco. Pero la vertiginosa conversi¨®n de este modelo en un capitalismo sin riendas nos ha alertado en el sentido de que, para evitar los traum¨¢ticos desajustes del paso brusco del totalitarismo de econom¨ªa planificada a la libertad pol¨ªtica y de empresa, y para garantizar a cada ciudadano los bienes y servicios b¨¢sicos de una vida digna, la mejor opci¨®n es el Socialismo Democr¨¢tico. Es decir, un socialismo din¨¢mico, con la vitalidad de las libertades que defend¨ªa el proyecto inicial de la revoluci¨®n cubana.
es escritor cubano.
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