Alarma en Egipto por el desaf¨ªo de los integristas

El Gobierno de El Cairo, cada vez m¨¢s alarmado por el desaf¨ªo de integristas musulmanes en el Alto Egipto, est¨¢ enviando refuerzos militares a la zona de Asiut para poner fin a casi tres semanas de violentos enfrentamientos con la polic¨ªa. El Ej¨¦rcito ha comenzado a utilizar helic¨®pteros para perseguir a militantes de la Yihad que hab¨ªan huido hacia zonas monta?osas tras romper el cerco impuesto a varias aldeas.

El presidente Hosni Mubarak est¨¢ empe?ado en demostrar que la situaci¨®n est¨¢ bajo control, a pesar de la gravedad de los choques, que han dejado un saldo de una treintena de muertos. A decir de uno de los comandantes de operaci¨®n en Asiut, la empresa puede resultar cruenta.Citando al comandante militar de la zona, dos diarios de la oposici¨®n dijeron el mi¨¦rcoles que en los pr¨®ximos d¨ªas se espera "una batalla en las zonas monta?osas de Asiut". La determinaci¨®n del Gobierno ha quedado demostrada con el formible despliegue de tropas hacia puntos del Alto Egipto. En fuentes de la oposici¨®n se habla de entre 6.000 y 10.000 soldados. Incluso en El Cairo se advierte

inusitado aumento de la vigilancia policial y abundan informes de allanamientos en los barrios pobres, donde el integrismo isl¨¢mico se ha afianzado.

Varios analistas cairotas coinciden en se?alar que la total militarizaci¨®n de un importante sector del Alto Egipto (el ¨¢rea a las orillas del Nilo desde Minia, 200 kil¨®-tros al sur de El Cairo, hasta Sohag, a 510) es s¨®lo cuesti¨®n de tiempo. Mubarak ha dicho en reiteradas ocasiones que no va a vacilar en aplastar la violenta campa?a de los integristas musulmanes, y hace s¨®lo unos d¨ªas aconsej¨® a ¨¦stos "no sacar conclusiones equivocadas" tras el asesinato del jefe del Estado argelino, Mohaed Budiaf, que, al menos inicialente, fue visto aqu¨ª como un ejemmplo del poder de las fuerzas isl¨¢micas extremistas.

C¨ªrculo de violencia

La pol¨ªtica de mano dura que Mubarak promete entra?a un riesgo que incluso aquellos encargados de aplicarla ven con abierto recelo. El gobernador de Asiut, por ejemplo, ha dicho que son tales las extralimitaciones de los polic¨ªas que van a provocar un c¨ªrculo vicioso de reflexi¨®n y violencia.El mi¨¦rcoles, la polic¨ªa y el ej¨¦rcito arrestaron a m¨¢s de 250 personas en la regi¨®n de Asiut, tras una serie de enfrentamientos los que un dirigente de Yihad fue herido y capturado. En medios oficialistas se especula que los enfrentamientos est¨¢n confimando que el Gobierno m¨¢s se tem¨ªa: los integristas est¨¢n bien armados -la polic¨ªa se ha incautado de fusiles autom¨¢ticos y lanzagranadas- y, gracias a una inexpugnae red de traficantes, no les falta munici¨®n.

Para Mubarak, el resurgiiento de la violencia en el Alto Egipto -con el recrudecimiento del hostigamiento de extremistas musulmanes contra la minor¨ªa cristiana copta- ya es una pesadilla. La represi¨®n de musulmanes en el sur repercutir¨¢ inevitablemente en las grandes ciudadess, donde el nivel de desconten-

popular con el estado de la econom¨ªa es m¨¢s visible. Bajo presi¨®n del Fondo Monetario Internacional, el Gobierno ya ha subido el precio de la gasolina un 25%. El alza general de precios abona el terreno para los movimientos religiosos extremistas.