Heridos leves por ca¨ªdas

Dos corredores ingresados en centros hospitalarios a consecuencia de ca¨ªdas es el leve balance de heridos del tercer encierro de los sanfermines de 1992, corrido ayer con reses de la ganader¨ªa de Salvador Guardiola, hermanos de los que, ya hace a?os, provocaron la muerte de los tres ¨²ltimos corredores del encierro que han perdido la vida empitonados por un toro en las calles de Pamplona.Ayer s¨®lo salieron cinco toros a la calle, ya que el sexto se neg¨® a abandonar los corrales del Gas, en el barrio de La Rochapea, la noche anterior, desde los que son conducidos cada d¨ªa hasta los corralillos de Santo Domingo, de donde parten todas las ma?anas los encierros. La carrera fue r¨¢pida y limpia, a pesar del elevad¨ªsimo n¨²mero de corredores que presagia ya una gran invasi¨®n festiva del fin de semana.

Manuel Sosa Trevi?o, de 26 a?os, un joven natural de C¨¢ceres y residente en Madrid, sufri¨® una fuerte ca¨ªda a la altura de la plaza del Ayuntamiento y fue trasladado en ambulancia al Hospital de Navarra, donde permanece ingresado en observaci¨®n. A su llegada se le apreci¨® un traumatismo craneoencef¨¢lico y heridas en la cara, con pron¨®stico menos grave. Tambi¨¦n Chris Dwyer, de 30 a?os, natural de Filadelfia (Estados Unidos), acab¨® en el Hospital de Navarra. Dwyer se cay¨® en el callej¨®n de la plaza y sufri¨® traumatismo craneoencef¨¢lico con pron¨®stico menos grave. Permanece ingresado en observaci¨®n.

La novedad m¨¢s destacada del encierro de ayer fue precisamente la ausencia de una limpieza a fondo de los adoquines de piedra que cubren la calle de la Estafeta, limpieza que los dos primeros d¨ªas provoc¨® mucha humedad en el trayecto y peligrosas ca¨ªdas de mozos y toros. El Ayuntamiento pens¨® que con una m¨¢quina especial de limpieza de calles la seguridad ser¨ªa mayor, al tratarse de una calle que durante la noche sufre las consecuencias del jolgorio con miles de vasos y botellas desparramados.

Sin embargo, fue peor el remedio que la enfermedad y el agua y el jab¨®n convirtieron la Estafeta en un martirio. Ayer, con un mero barrido a fondo de la zona, los toros no se cayeron en ning¨²n momento y los corredores no resbalaron. Hubo quien opin¨® que es tanta la suciedad del suelo que pezu?as y zapatillas se adhieren incluso mejor al barrillo que oculta el adoqu¨ªn.