De noche en la biblioteca
Noviciado, 3, un lugar para preparar los ex¨¢menes a cualquier hora
A Ernesto Camacho no le gusta estudiar, le cuesta mucho concentrarse delante de los libros. En su casa todo son tentaciones para levantarse de la silla: la nevera, el televisor y el tel¨¦fono se convierten en sus principales enemigos. Pero desde el pasado 1 de junio lo tiene m¨¢s f¨¢cil, porque en Madrid se ha puesto en marcha una nueva experiencia. Una biblioteca de la Universidad Complutense permanece abierta las 24 horas del d¨ªa, incluidos fines de semana y festivos, hasta el pr¨®ximo 15 de julio, mientras dura la ¨¦poca de ex¨¢menes y oposiciones.
"Yo estudio por la noche porque durante el d¨ªa trabajo", dice Ernesto, estudiante de quinto curso de Derecho. "No me gusta mucho estudiar, y en casa me distraigo. Por eso vengo a esta biblioteca, para aprovechar el tiempo al m¨¢ximo. Aqu¨ª no hay muchas posibilidades de distraerte, todo el mundo viene a lo mismo, a empollar".La biblioteca Marqu¨¦s de Valdecilla, situada en el n¨²mero 3 de la calle de Noviciado, cerca de la Gran V¨ªa, es la m¨¢s visitada en estos d¨ªas. Con una capacidad de 360 plazas, ha estado desbordada a diario. Algunos d¨ªas, encontrar un hueco ha sido todo un triunfo.
"La experiencia tiene tanto ¨¦xito que para que nadie se vaya les prestamos hasta las sillas de los despachos", comenta Paquita Mero?o, vicedirectora de Bibliotecas y Archivos de la Universidad Complutense.
"Lo que parece evidente es que los universitarios no encuentran lugares c¨®modos donde estudiar", a?ade Mero?o. "Las bibliotecas de las facultades tienen un horario y capacidad reducida. Tampoco abren los fines de semana, y aunque lo hicieran, esos d¨ªas no hay transporte p¨²blico para llegar al campus. En sus casas se distraen con m¨¢s facilidad o carecen de espacio adecuado. Por eso el rectorado ha cre¨ªdo conveniente tomar esta iniciativa".
Nada m¨¢s entrar en la calle de Noviciado se sabe d¨®nde est¨¢ la biblioteca. La puerta es el lugar de reuni¨®n de quienes esperan encontrar sitio o han salido a la calle para descansar, fumarse un cigarrillo o tomarse un caf¨¦ en los bares de enfrente, que est¨¢n a rebosar.
Los bares cercanos
"Me da la impresi¨®n de que los bares cercanos a la biblioteca est¨¢n haciendo el agosto. Est¨¢n abiertos hasta las dos de la madrugada, y siempre hay gente comiendo o tomando un caf¨¦", dice Ernesto.A las seis de la tarde, las escaleras de entrada est¨¢n hasta los topes de gente. Las colillas se acumulan en el suelo, mientras los j¨®venes, entre nubes de humo, se comen un bocadillo sentados en el suelo. Algunos lo hacen pegados a los apuntes. En las tres salas de estudio el ambiente es de absoluto silencio. Y entre folios y libros se pueden ver botellas, termos de caf¨¦ o botes de refresco.
Isabel Jacoste, que estudia quinto de econ¨®micas, es de las que han acudido durante el d¨ªa y los fines de semana. De nueve de la ma?ana a nueve de la noche, con un descanso de una hora para comer. "En casa no tengo problemas de espacio o de ruidos, pero prefiero venir aqu¨ª porque el tiempo cunde m¨¢s", afirma. "No vengo de noche porque, si me entra el sue?o, no puedo volver a casa; no hay metro ni autob¨²s".
Cuando Isabel sale a comer a mediod¨ªa, deja sus cosas para reservar el pupitre. "Hay un gran respeto por los dem¨¢s. Nadie te quita ¨¦l sitio o los libros", comenta.
"En principio se pens¨® que el horario de apertura fuera compatible con el del metro, pero luego se ampli¨® porque muchos estudiantes quer¨ªan quedarse toda la noche", explica Mero?o. "Las horas m¨¢s flojas son entre las seis y las ocho de la ma?ana".
Para evaluar la utilidad de este servicio, algo que servir¨¢ para afianzar esta iniciativa, los responsables de la biblioteca hacen cada dos horas un recuento de la ocupaci¨®n de las salas. Se contabiliza el n¨²mero de personas y el sexo. Aunque a¨²n es pronto para sacar conclusiones, los primeros datos se?alan que por el d¨ªa acuden m¨¢s chicas, proporci¨®n que se invierte durante la noche.
Al poner en marcha esta experiencia, la universidad ha tenido que doblar turnos de personal y aumentar el n¨²mero de vigilantes de seguridad. Estos ¨²ltimos se encargan de comprobar que todos los que entran sean alumnos de la Complutense, ¨²nico requisito para; acceder a las salas, y de que cuando abandonan el recinto no se lleven ning¨²n libro de las estanter¨ªas. "Esta es una zona un tanto conflictiva", a?ade Mero?o. "Y los vigilantes tambi¨¦n se ocupan de que no se cuele nadie ajeno".
A escasos metros de la biblioteca se encuentra una de las zonas de m¨¢s ambiente nocturno de la ciudad, el barrio de Malasa?a, lo que no supone demasiadas tentaciones para quienes tienen que hacer el ¨²ltimo y m¨¢s duro esfuerzo del curso. Sin embargo, algunos aprovechan esta proximidad para quedar con los amigos durante los fines de semana y tomar unas copa tras una cuantas horas de estudio.
Los universitarios est¨¢n encantados con esta novedad, pero se quejan de que el fondo documental de la biblioteca es algo pobre.
A las diez de la noche las escaleras huelen a limpio. Hay tanta afluencia de estudiosos que es el ¨²nico momento en el que las encargadas de la limpieza pueden ventilar las salas y limpiar. Pero el brillo durar¨¢ poco. En unas horas una alfombra de colillas cubrir¨¢ el suelo de nuevo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.