Y al quinto a?o, resucit¨®

Stephen Roche vive. El hombre que en 1987 igual¨® el m¨ªtico r¨¦cord de Eddy Merckx al ganar el Tour, el Giro y el Mundial en un mismo a?o, camina entre los vivos. El rumor recorri¨® el pelot¨®n los primeros d¨ªas, pero nadie le dio cr¨¦dito. Todos lo hab¨ªan visto muerto y sepultado el pasado a?o en la contrarreloj por equipos de Ly¨®n, etapa a la que lleg¨® tarde y que le cost¨® la descalificaci¨®n. Fue la consumaci¨®n a tres a?os de abandone. Pero es cierto: ha vuelto.

En Libourne, tambi¨¦n en la prueba colectiva contra el cron¨®metro, dirigi¨® a su equipo hasta el segundo puesto. Su trabajo fue soberbio. De momento es s¨¦ptimo en la general, con cinco segundo de ventaja sobre Indur¨¢in. Dif¨ªcilmente luchar¨¢ por la victoria en Par¨ªs, pero advierte que nada en ¨¦l ha cambiado en estos ¨²ltimos cinco a?os. "S¨®lo mi pasaporte", afirma, "ahora dice que tengo 32 a?os".Nunca qued¨® claro si su retraso en la etapa de Ly¨®n fue debido a una mala informaci¨®n horaria dada por su equipo, en aquel tiempo el Tonton Tapis, o a la dejaci¨®n de un ciclista que prefiri¨® satisfacer sus necesidades f¨ªsicas en un bar a disputar la etapa. El peso de la culpa, en cualquier caso, cay¨® sobre ¨¦l. Con insospechada crueldad, fue tachado de ciclista pesetero, conflictivo y acabado: "Me volv¨ª loco, quer¨ªa desaparecer. Por un fallo de mi equipo, no m¨ªo, me destrozaron Casi abandono. No desear¨ªa un a?o as¨ª ni a mi peor enernigo".

Durante esos d¨ªas, nadie record¨® las tres operaciones que hab¨ªa sufrido en la rodilla izquierda durante 1988 y 1989, intervenciones que le obligaron a sufrir prolongados per¨ªodos de convalecencia, lo peor para un ciclista. "?C¨®mo pod¨ªa ser el mismo despu¨¦s de seis meses sin subir a una bicicleta? Se dijeron tantas tonter¨ªas...".

Ofertas espa?olas

Tras su funesto paso por el Fagor, el Histor Sigma y en Tonton Tapis, Roche volvi¨® a encontrarse con el Carrera, la misma formaci¨®n con la que gan¨® el Tour: "Tuve contactos con varios equipos, sobre todo espa?oles, como el Amaya o el Clas, pero no pude aceptar sus ofertas. Todos buscaban un l¨ªder y yo no quer¨ªa soportar m¨¢s esa presi¨®n, no pod¨ªa. Quer¨ªa un grupo que me dejara trabajar tranquilo, sin exigirme el triunfo en cada carrera. Con 32 a?os, creo que no tengo que demostrar nada a nadie. Los que me conocen saben qui¨¦n soy. Davide Boifava (el director deportivo del Carrera) me ofreci¨® esas condiciones".

Las cosas han cambiado para este irland¨¦s de voz melanc¨®lica y mirada acuosa. Le queda un a?o de contrato con el equipo italiano y se siente c¨®modo. "Estoy tranquilo, sin agobios. Adem¨¢s, creo que mi experiencia puede ser de gran ayuda para Chiapucci. Sobrevivo y estoy bien situado en la general. Eso significa algo, ?no?", afirma con optimismo.

Su emparejamiento con Chiapucci ha sido comparado con el que forman Gianni Bugno y Laurent Fignon en el Gatorade: un campe¨®n en el ocaso junto a otro en formaci¨®n. "No es exactamente lo mismo, pero s¨ª hay alg¨²n parecido. En mi opini¨®n, no es bueno que un equipo tenga un s¨®lo l¨ªder. Es una forma de limitar las opciones de victoria".

Chiapucci fue parte importante en la contrataci¨®n de Roche. El fogoso ciclista fue uno de los pocos que tuvo palabras de ¨¢nimo para ¨¦l cuando el Tonton Tapis lo envi¨® a la guillotina. Chiapucci aprob¨® el fichaje del irland¨¦s y ha obtenido buen fruto de ello. Roche es, por veteran¨ªa y palmar¨¦s, el ¨²nico capaz de alzarle la voz en el equipo Carrera, el ¨²nico dispuesto a suavizar su explosiva forma de correr. Son buenos amigos, aunque nunca podr¨¢n compartir habitaci¨®n: se pasar¨ªan el d¨ªa forcejeando para coger el tel¨¦fono.

Superados sus problemas de rodilla y con sus habituales dolores de espalda como eterna cruz, Roche ha tenido meritoria presencia en alguna de las pruebas que ha disputado esta temporada, como la Vuelta a Espa?a (15), Tirreno-Adri¨¢tico (8), Criterium Internacional (7), Semana Catalana (7) y Vuelta al Pa¨ªs Vasco (6).

Sus planes para el Tour son humildes, pero sin descartar la sorpresa. "En la Vuelta a Espa?a adquir¨ª la forma para disputar el Tour, pero no soy est¨²pido: estoy convencido de que en la contrarreloj de Luxemburgo y en los Alpes perder¨¦ tiempo. No me importa, s¨¦ que tengo las condiciones para ganar, aunque tal vez me falte concentraci¨®n. Lo que s¨ª tengo claro es que llegar¨¦ a Par¨ªs y, con un poco de suerte, entre los diez primeros". Su favorito es Indur¨¢in: "No hay otro como ¨¦l. Tiene todas las condiciones para ganar".