Cela, 'embestido' doctor 'honoris causa'
La falta de lectura y el pobre lenguaje de la televisi¨®n se reflejan en la selectividad
La escasez de lectura y de modelos de la lengua oral se plasman en la lamentable pobreza expresiva que se observa en muchos de los ejercicios de la selectividad, seg¨²n manifiestan diversos profesores que han corregido este examen en Madrid. Muchos errores l¨¦xicos indican que el alumno no cuenta con referencias escritas porque no lee, y que las orales, de las que s¨ª dispone, no son precisamente ejemplares. Si el pronombre relativo "cuyo", por ejemplo, hay que buscarlo ya con lupa, es, sin duda, seg¨²n los expertos, porque pr¨¢cticamente ha desaparecido de la radio y de la televisi¨®n.
El estudiante que este a?o escribi¨® que el Nobel Camilo Jos¨¦ Cela fue "embestido doctor honoris causa" es evidente que no ten¨ªa memoria visual de la palabra investidura. As¨ª lo interpreta Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Lamas, profesor de Lengua Espa?ola, que este a?o ha corregido varios centenares de ejercicios en uno de los tribunales de la selectividad en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares."Se tiene la impresi¨®n de que muchos estudiantes han ido perdiendo la memoria visual de los signos y escriben de o¨ªdo; su escritura es eminentemente fon¨¦tica", dice Garc¨ªa Lamas, al tiempo que describe algunos de los errores m¨¢s frecuentes en los ejercicios por ¨¦l corregidos. Con independencia de la tradicional confusi¨®n entre la b y la v, la g y la j, la d y la z al final de palabra, o el eterno problema de la esquiva h, o el del reparto indiscriminado de tildes y signos de puntuaci¨®n, este profesor advierte sobre una ins¨®lita utilizaci¨®n del guarismo 1 en lugar de "un" y del signo de multiplicar "X" en lugar de la palabra "por".
Garc¨ªa Lamas coincide con otros profesores al se?alar el incre¨ªble desuso en que han ca¨ªdo las contracciones "al" y "del". "A el" y "de el" son expresiones cada vez m¨¢s frecuentes. Para este profesor, poco tiene de particular, puesto que tambi¨¦n es frecuente escuchar a personajes muy populares de la radio o de la televisi¨®n decir "el ¨¢rbitro de el encuentro". En este caso, adem¨¢s, tienden a acentuar el art¨ªculo y separarlo del sustantivo.
Y, ciertamente, a qui¨¦n no le resulta familiar esa enf¨¢tica, mayest¨¢tica y sobreesdr¨²jula cantinela (todo es esdr¨²julo hoy en el lenguaje de la radio y de la televisi¨®n) que atruena las tardes de los domingos de tantos hogares espa?oles: "Vamos ahora con el ¨¢rbitro de ellll... (aqu¨ª, una pausa pretenciosamente solemne) encuentro de la jornada". El popular comunicador (?), que incluso ha creado escuela, parece como si no se encontrara a gusto con la contracci¨®n "del" para realizar desde ella esa su tan caracterist¨ªca ruptura de la frase con la que invariablemente (acent¨²e el lector, si quiere, esta palabra en la i inicial si quiere estar a tono con la moda) dar¨¢ paso a la entrada de su (acent¨²ese tambi¨¦n) informador auxiliar.
Pero si las contracciones est¨¢n amenazadas de extinci¨®n, qu¨¦ decir de la precaria utilizaci¨®n del modo subjuntivo de los verbos o del pronombre relativo "cuyo". Este pronombre, seg¨²n el citado Garc¨ªa Lamas, comienza a revestirse de un peligroso halo de cultismo que puede constituir la antesala de su muerte.
Gramaticalismo
"Si los j¨®venes estudiantes (que en esto no hacen otra cosa que seguir el ejemplo de sus mayores) no leen, o no leen suficientemente, si se mantiene a ultranza una ense?anza de la lengua eminentemente gramaticalista; si los modelos orales del idioma -el de los pol¨ªticos, el de la Administraci¨®n, el de la radio y, sobre todo, el de la televisi¨®n- son cada d¨ªa m¨¢s pobres, se puede entender que una importante mayor¨ªa de los futuros universitarios se exprese tan lamentablemente". As¨ª resume la situaci¨®n Ram¨®n Sarmiento, profesor de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y presidente de uno de los tribunales de la selectividad.Coordinador de Lengua Espa?ola en los centros del COU, Sarmiento reconoce que el segu¨ªmiento sistem¨¢tico de los ejercicios realizados por los alumnos en varios a?os sucesivos le ha permitido comprobar mejoras en esta materia. "No ser¨ªa justo no reconocerlo as¨ª", dice, "aunque tal vez a todos nos parezca una mejor¨ªa insuficiente".
Sarmiento cree advertir ese progreso tanto en la ortograf¨ªa como en la t¨¦cnica expositiva, sobre todo en los ejercicios de comentario de textos. Aunque, a este respecto, comparte la reflexi¨®n que muy recientemente le escuch¨® a un colega. "?l me transmiti¨®", recuerda, "su perplejidad ante el hecho de que el comentario de textos parece haberse convertido ya en materia de una especie de ciencia cerrada, en una asignatura m¨¢s. Estoy bastante de acuerdo con esa apreciaci¨®n, porque ello significa que, una vez m¨¢s, en la ense?anza se repite esa tendencia aberrante a confundir el medio con el fin". "En cierto modo", a?ade, "es lo que sucede cuando se pone un ¨¦nfasis excesivo en la ense?anza de la norma -se supone que para un correcto uso de la lengua- y simult¨¢neamente se olvida vigilar atentamente c¨®mo se usa esa esencial herramienta del aprendizaje que es la lengua en todas las situaciones del habla que se producen en la vida escolar cotidiana".
Otros profesores subrayan la mala imagen que tiene en el interior del grupo social la utilizaci¨®n de una lengua no ya culta, sino m¨ªnimamente cuidada. "Se impone lo cutre", apostilla el citado Garc¨ªa Lamas recordando un reciente art¨ªculo de Eduardo Haro en este diario.
Manda la tribu. As¨ª se explica la desaz¨®n de muchas familias cuando observan c¨®mo la lengua de sus hijos se deteriora a medida que progresa su integraci¨®n social en el grupo de amigos, aunque ese grupo est¨¦ en el seno de la instituci¨®n escolar a la que se supone que acude para aprender.
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