La ley de Mercurio
Desde Magne en 1934 hasta Indur¨¢in en 1992, los grandes ganaron las contrareloj
No es patrimonioo exclusivo de Miguel Indur¨¢in. La ley la dict¨®, hace muchos a?os, el Tour y ni siquiera la ¨¦pica de la monta?a ha conseguido derogarla: para ganar en Par¨ªs es preciso ganar una contrarreloj. Todos los grandes campeones, sin excepci¨®n, lo han sido. Fausto Coppi, Louison Bobet, Jacques Anquetil, Eddy Merckx y Bernard Hinault, entre otros, marcaron la gloriosa senda que ahora recorre, entre la admiraci¨®n general, Miguel Indur¨¢in.
Al navarro le queda todav¨ªa mucho trabajo por hacer. El lunes obtuvo tres minutos de ventaja sobre el segundo clasificado, su compa?ero Armand de las Cuevas. Ni punto de comparaci¨®n, sin embargo, con los 7.02 que consigui¨® el italiano Fausto Coppi ante su compatriota Gino Bartali en 1949 en la etapa entre Colmar y Naney. Indur¨¢in rod¨® m¨¢s r¨¢pido (49 kil¨®metros por hora contra 37), pero el l¨ªder del Banesto s¨®lo tuvo que cubrir 65 kil¨®metros. Coppi, m¨¢s del doble: 137. El libro de haza?as del Tour no resta m¨¦rito a lo conseguido por Indur¨¢in en Luxemburgo. Sin embargo, lo empeque?ece. Jacques Anquetil, por ejemplo, totaliza once victorias contra el cron¨®metro, aunque nunca distanci¨® a un rival m¨¢s de tres minutos ni super¨® los 43 kil¨®metros por hora. Eddy Merckx, el can¨ªbal, sell¨® diecis¨¦is triunfos en solitario, y Bernard Hinault, el caim¨¢n, diecinueve. Su r¨¦cord qued¨® en 47 kil¨®metros en una etapa de 75.000 metros.
La primera prueba contra el cron¨®metro del Tour se disput¨® en 1934, entre La-Rochesur-Yon y Nantes, a lo largo de 90 diab¨®licos kil¨®metros.
All¨ª qued¨® fijado el primer art¨ªculo de la ley de Mercurio. Con una pesada bicicleta, sin casco aerodin¨¢mico y un par de c¨¢maras de recambio alrededor del cuello, el franc¨¦s Antonin Magne tuvo el honor de abrir el palmar¨¦s. Unos d¨ªas despu¨¦s sub¨ªa al primer puesto del podio parisino.
Fue a?os despu¨¦s Louison Bobet quien consigui¨® algo excepcional: fue el primero en ganar tres ediciones seguidas (1953, 1954 y 1955). Aunque su habitat depredador natural fue la cumbre del Izoard, su relaci¨®n con el cron¨®metro tambi¨¦n fue id¨ªlica: cada una de las etapas incluidas en el men¨² fueron para ¨¦l.
Todo eso fue antes de la llegada de Jacques Anquetil, cinco veces ganador del Tour, cuatro de ellas consecutivas entre 1961 y 1964. En todas sus victorias, jam¨¢s fall¨® contra el reloj. Le sucedi¨® en la gloria el belga Eddy Merckx, pantacampe¨®n como Anquetil que ni siquiera perdon¨® en las pr¨®logo. Las cinco fueron para ¨¦l. La l¨ªnea continu¨® con Bernard Hinault, el ¨²ltimo ganador franc¨¦s de un Tour, y con Laurent Fignon, todav¨ªa en activo.
Ni siquiera los escaladores han podido escapar a la ley de la velocidad. Pedro Delgado gan¨® el Tour en 1988, pero pag¨® un peaje previo e ineludible: imponerse en la cronoescalada de Villard de Lans.
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