La comunidad judia en Francia impide declarar monumento hist¨®rico la casa de C¨¦line
La maldici¨®n de los panfletos antisemitas del escritor alcanza a su ¨²ltimo refugio de Par¨ªs
Treinta a?os despu¨¦s de su muerte, Louis-Ferdinand Destouches, m¨¢s conocido como C¨¦line, el nombre con el que firm¨® sus textos, sigue arrastrando la maldici¨®n debida a los virulentos panfletos antisemitas que escribi¨® en las v¨ªsperas de la II Guerra Mundial. Las protestas de la comunidad jud¨ªa han impedido que su casa de Meudon sea incluida en el inventario de monumentos hist¨®ricos franceses. El caso C¨¦line ha abierto una pol¨¦mica sobre los l¨ªmites entre la protecci¨®n y la sacralizaci¨®n de un espacio.
S¨®lo algunas librer¨ªas francesas de viejo y unos cuantos bouquinistas de las orillas del Sena venden. hoy, a clientes de toda confianza y a precio de oro, Bagatelles pour un massacre y los otros panfletos antisemitas escritos por el doctor Destouches, alias C¨¦line, nacido en el a?o 1894 y fallecido en 1961. Por una parte, las leyes francesas que prohiben la difusi¨®n de ideas racistas pesan sobre esos textos malditos. Por otra, la viuda del escritor se opone a cualquier intento de reedici¨®n y persigue con sa?a a los piratas.A sus 80 a?os de edad, Lucette Almanzor-Destouches sigue viviendo en la casa de los suburbios parisienses en la que su marido pas¨® la ¨²ltima d¨¦cada de su existencia. Es un edificio de dos alturas, de estilo Louis Philippe y escaso valor arquitect¨®nico. Lucette es consciente de esto ¨²ltimo y afirma que si desea que, los poderes p¨²blicos se hagan cargo de la casa es, fundamentalmente, para salvar el jard¨ªn donde estan enterrados los numerosos perros y, p¨¢jaros que compartieron, los ¨²ltimos a?os de. la vida de la pareja y, luego, la de la viuda.
C¨¦line y Lucette no tuvieron hijos. De hecho, la casa no tiene ning¨²n heredero en perspectiva. Por eso, el cr¨ªtico Angelo Rinaldi, especialista en la obra del autor de esas novelas fulgurantes y desesperadas que son Muerte a cr¨¦dito y Viaje al fondo de la noche, tuvo la idea de proponer al Estado franc¨¦s un proyecto para conservar. la vivienda. Una comisi¨®n del ministerio de Cultura di¨® una opini¨®n favorable para su inscripci¨®n en el Inventario de Monumentos Hist¨®ricos con la catalogaci¨®n de lugar de memoria.
Fue entonces cuando comenzaron las protestas. El Consejo Representativo de las Instituciones Jud¨ªas de Francia (CRIF) puso el grito en el cielo. Y Christian Sautter, prefecto o gobernador de la regi¨®n, acept¨® sus argumentos. En virtud de los escritos antisemitas de C¨¦line, el prefecto, que es quien en esta materia tiene la ¨²ltima palabra, rechaz¨®, el pasado mayo, esa calificaci¨®n de lugar de memoria.
Protecci¨®n y glorificaci¨®n
El caso C¨¦line, dice Jean-Marie Vincent, responsable del inventario del Ministerio de Cultura franc¨¦s, es una prueba de la "incomprensi¨®n total que existe acerca del concepto de patrimonio"."La opini¨®n p¨²blica", dice Vincent, "no llega a distinguir entre la protecci¨®n y la glorificaci¨®n. C¨¦line fue un gran escritor y, tanto en sus textos m¨¢s interesantes como en sus p¨¢ginas mas innobles, es representativo de una p¨¢gina de nuestra historia.. Conservar su casa es conservar un testimonio; y no, significa en ning¨²n caso llevar a cabo una canonizaci¨®n del personaje. El Estado debe hacer el trabajo del historiador, pero no el del juez".
Despu¨¦s de su alucinante escapada a la agonizante Alemania nazi, de su exilio en Dinamarca, de su encarcelamiento en este pa¨ªs, de su regreso vergonzoso a Francia, de su condena en su tierra natal a un a?o de c¨¢rcel con suspensi¨®n de ejecuci¨®n de condena, C¨¦line se encerr¨® con su ¨²ltimo gran amor, la bailarina Lucette, en el n¨²mero 25 del Chemin des Gardes, en el suburbio parisiense de Meudon. All¨ª transcurri¨® la ¨²ltima d¨¦cada de su vida, rechazando la mayor¨ªa de las visitas de sus admiradores. La escritura, Lucette y sus perros eran lo ¨²nico que le interesaba de este mundo.
En 1968 la casa de Meudon sufri¨® un incendio, que nunca se lleg¨® a averiguar s¨ª fue accidental o provocado. El despacho del escritor qued¨® reducido a cenizas. Pero sin embargo Lucette sigui¨® all¨ª, con sus recuerdos, sus animales y sus lecciones de danza.
Lucette condena los panfletos antisemitas que escribi¨® su marido. "Louis", afirma, "no tendr¨ªa que haber escrito eso. Yo se lo dije muchas veces, pero ¨¦l nunca me escuch¨®. Era una persona incapaz de controlar sus excesos`. Pero la viuda del escritor afirma tambi¨¦n que Louis-Ferdinand C¨¦line no colabor¨® en la persecuci¨®n de los jud¨ªos durante la ocupaci¨®n alemana de Francia.
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