"En el metro no puedo llevar la guitarra"
Jayme Marques es un madrile?o de Brasil. Lleva 32 a?os en la ciudad, donde ha cantado para miles de noct¨¢mbulos. Su rostro se convirti¨® ya hace tiempo en una imagen popular que miraba a los madrile?os desde el cartel¨®n de la entrada de Whisky Jazz (ahora cerrado), o de Clamores (afortunadamente, en pleno rendimiento). Como ¨¦l, han pasado por esta serie period¨ªstica las bailarinas Katherine Allard y Maya Plis¨¦tskaya, el cantante flamenco John Lane, Pollito, el d¨²o Ca?ones y Mantequilla, la copropietaria de los cines Alphaville M¨¢riel Guiot, el novelista Alfredo Bryce Echenique y el escritor, periodista y cr¨ªtico taurino Wylliam Lyon. Pero ah¨ª no termina la lista.
La estaci¨®n de Atocha fue testigo del flechazo entre un joven m¨²sico brasile?o y la ciudad de Madrid, una primavera del a?o 1960. Jayme Marques desembarcaba en Espa?a por casualidad, aprovechando una breve estancia en Portugal con su orquesta, Orfeu Negro.A los tres a?os, la ermita de San Antonio de la Florida presenciaba su uni¨®n con una garota madrile?a, y 30 a?os m¨¢s tarde, sin cambiar de nacionalidad, "porque el carn¨¦ se lleva en el coraz¨®n", Jayme Marques parecer¨ªa un madrile?o m¨¢s, si no fuera por el cerrado acento brasile?o que conserva a fuerza de seguir cantando en portugu¨¦s.
"Fue una decisi¨®n muy r¨¢pida. Parte de la orquesta quiso volver a Brasil, y unos cuantos no pudimos resistirnos a conocer Europa. En 32 a?os s¨®lo he vuelto una vez a mi tierra. Espa?a me lo ha dado todo, en el terreno personal y en el profesional", a cambio del bossanova y el sambajazz, que Jayme Marques import¨® y populariz¨® en el viejo continente. Primero tuvo que contentarse con las t¨ªpicas veladas de "baile s¨®lo para parejas" en el Florida Park, donde las notas del Manh¨¢ de carnaval resultaban id¨®neas para cualquier tipo de romance, incluso los de m¨¢s dudosa legitimidad.
M¨¢s tarde vendr¨ªa Whisky Jazz, un local peque?o pero mat¨®n en su defensa de la m¨²sica en directo hasta hace pocos a?os. Un cambio de due?os primero y un incendio despu¨¦s echaron el cierre. "Y lo sent¨ª de veras porque han sido 15 a?os cantando all¨ª cada noche. En Whisky Jazz hice mi mejor p¨²blico, contact¨¦ con otros m¨²sicos y surgieron muchas ofertas de trabajo. Recuerdo noches fant¨¢sticas, cuando a puerta cerrada, con los mejores clientes y amigos, segu¨ªamos cantando hasta el amanecer".
Sabe que muchas parejas se besaron all¨ª por primera vez. Y lo sabe no s¨®lo porque el escenario es un p¨²lpito desde donde el artista lo ve todo: "Muchas veces ven¨ªan chicos j¨®venes al bar y me contaban que sus padres se hab¨ªan conocido all¨ª".
Y el ministro Javier S¨¢enz Cosculluela acud¨ªa a o¨ªrle tocar. Jayme intenta recordar cu¨¢l era aquella canci¨®n, la favorita de Antonio Hern¨¢ndez Mancha, el que fue lider de Alianza Popular (ahora Partido Popular).
"En Brasil", cuenta Jayme Marques, "la m¨²sica est¨¢ en todas partes, pero si decides dedicarte a la canci¨®n nunca dejan de considerarte un bohemio, un vividor. En Madrid me di cuenta de que pod¨ªa ser un profesional".
Grabando en Espa?a nada menos que 16 discos de larga duraci¨®n, Jayme Marques se hizo amigo de Pedro Iturralde, Tete Montoli¨², Vlady Bas, Paco de Luc¨ªa... Y hoy su nombre est¨¢ en los r¨®tulos de muchas series tele visivas que empiezan, transcurren y terminan con una banda sonora firmada por Jayme Marques: A media voz, Equinoccio, Rokambole, Cr¨®nicas urbanas o El d¨ªa que me quieras, por ejemplo.
El Madrid de los Austrias
"Pero hay otro p¨²blico madrile?o muy especial para m¨ª., Me remonto a la ¨¦poca en que no. se organizaban grandes conciertos en esta ciudad y nos reun¨ªamos en los colegios mayores. Universitarios o no, acud¨ªan al P¨ªo XII o al hist¨®rico San Juan Evangelista, No hay nada comparable con la m¨²sica en directo. Ahora trabajo casi todo el tiempo en el estudio de grabaci¨®n y reconozco que echo de menos al p¨²blico".
El Madrid de los Austrias es su barri¨® favorito., "Cerca de aqu¨ª est¨¢ la casa discogr¨¢fica donde firm¨¦ mi primer contrato para grabar Mira qu¨¦ cosa m¨¢s linda; el teatro Real, la Escuela de Arte Dram¨¢tico...". Pero despu¨¦s de una estancia en Palma de Mallorca, abandon¨® la idea de vivir en el coraz¨®n de la ciudad a cambio del pulm¨®n de las afueras, quiz¨¢ porque el emigrante nunca olvida que naci¨® en la ciudad de Campo Grande, capital del Estado de Matto Grosso del Sur, meca mundial del ecologismo y la producci¨®n de ox¨ªgeno para el planeta Tierra.
"Vivo en una zona muy despejada de Alcorc¨®n [localidad de 140.000 habitantes, al sur de Madrid], donde mis hijos tienen zonas verdes y yo dispongo de una casa amplia, con un estudio c¨®modo para componer y guardar con espacio suficiente todos mis instrumentos musicales. Eso s¨ª, antes viajaba siempre en el metro y hoy ando esclavo del coche. Lo siento, s¨¦ que no est¨¢ bien, pero ?c¨®mo, si no, traslado mi guitarra? No puedo llevarla en el metro, porque hay mucho barullo y es un armatoste. Y a veces voy cargado con la mesa de mezclas y otros instrumentos".
Jayme Marques ha vivido algunos carnavales en Madrid y comprende que no es muy de aqu¨ª. "Tampoco se acomplejen, hubo algunos a?os en que la gente se divert¨ªa. Ya s¨¦ que las cosas est¨¢n cambiando, pero si las ciudades ahora parecen m¨¢s duras, no es un mal que afecte s¨®lo a Madrid. Vuelvo a recordar el primer d¨ªa que contempl¨¦ esta ciudad. Me sent¨ª como en casa, y esa sensaci¨®n no ha desaparecido. Me cautiv¨®. Madrile?os son mis amigos y...,mis enemigos, ?que tambi¨¦n los tengo!".
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