Paisaje despu¨¦s de la batalla
El paso por los Alpes dej¨® un balance de 30 abandonos
Greg LeMond y Gianni Bugno resumieron en su particular agon¨ªa el efecto devastador de las dos etapas de los Alpes. El primero abandon¨®. El segundo se despidi¨® del podio. Junto a ellos, muchos hombres, 30, pagaron la dureza de un Tour enga?osamente llano que ha querido marcar la diferencia entre dos prodigios de la naturaleza, Miguel Indur¨¢in y Claudio Chiappucci, y el resto de los mortales. La coincidencia es total: la presente es la edici¨®n m¨¢s dura de los ¨²ltimos a?os.
Gilbert Duclos-Lasalle es una voz autorizada en el Tour. Tuvo adem¨¢s el honor de acompa?ar a LeMond, en los kil¨®metros previos a su abandono. Vale la pena escucharle. "Mirad mis canas. Llevo en mis piernas doce participaciones en el Tour. S¨¦ lo que digo: la etapa de hoy ha sido la m¨¢s dura. Hemos tenido que pedalear como locos para no llegar fuera de control. No he podido ir m¨¢s deprisa y he llegado a 49 minutos de Chiappucci. A 30 kil¨®metros de la llegada estaba igual que un tomate aplastado", explic¨® en Sestrieres.Las palabras de Duclos-Lasalle fueron un testimonio m¨¢s de los muchos que pudieron recogerse en la estaci¨®n italiana o en la de L'Alpe d'Huez, convertidas, por un d¨ªa, en cementerio de corredores. Treinta desaparecidos fue el balance total de v¨ªctimas. El primer d¨ªa pusieron el pie en tierra quince y tres llegaron fuera de control (Abduyap¨¢rov, Meinert y Gianetti). De las retriadas, la m¨¢s sonada fue la de I?aki Gast¨®n (Clas), que sufri¨® una ca¨ªda en el descenso de Cormet de Roselend y tuvo que se operado en Grenoble de traumatismo facial. Junto a el l figuraron, entre otros, Van der Poel (Tulip), Camargo (Ryalcao), Philippot (Banesto), Vanderaerden (Buckler), Bauer (Motorola), Leanizbarrutia (Clas), Bagot (Castorama) y De Clercq (Buckler).
El segundo d¨ªa cayeron doce y dos cruzaron la meta con un retraso excesivo. Fueron, nada m¨¢s y nada menos, que Armand de las Cuevas, uno de los mejores valores del Banesto, y Luc Leblanc, el campe¨®n nacional local. En la lista de bajas de L'Alpe d'Huez aparecieron muchos ilustres adem¨¢s de LeMond: Duclos-Lasalle (Z), Mej¨ªa (Ryalcao), Cenghialta (Ariostea), Wijnands (TVM) y Golz (Ariostea).
Tres circunstancias han reventado el Tour: el ritmo fren¨¦tico de los primeros d¨ªas, muchos de ellos con recorridos de enorme dificultad; la dureza de las dos etapas de monta?a consecutivas, y Chiappucci.
Roger Legeay, director deportivo del equipo Z, opin¨® as¨ª sobre la etapa de Sestrieres: "No recuerdo algo semejante en todos mis a?os en el Tour. Jam¨¢s hab¨ªa visto un esfuerzo como el de Chiappucci, una fatiga tan generalizada en todo el pelot¨®n". Thierry Claveyrolat, uno de sus mejores escaladores, dijo: "Ha sido horrible. No hab¨ªa pi?¨®n que soportara algo as¨ª".
Los ascensos eran dur¨ªsimos. Los descensos, igual. El irland¨¦s Sean Kelly (Festina), uno de los veteranos del pelot¨®n, coment¨®: "La diferencia ha sido que, al contrario de otras etapas en que la lucha iba delante y detr¨¢s estaba el grupetto [grupo de ciclistas que en las etapas de monta?a va en cola y trabaja de forma colectiva para no llegar fuera de control], en ¨¦sta todo se ha roto desde el principio y hab¨ªa corredores por todos los sitios. Todo el mundo estaba asustado".
Duclos-Lasalle concluy¨® con una advertencia: "El baile que ha habido en los Alpes quedar¨¢ por mucho tiempo en la memoria de todos nosotros".
Los m¨¦dicos, impresionados
Los servicios m¨¦dicos del Tour vivieron impresionados y saturados de trabajo el monumental desgaste padecido por los corredores a trav¨¦s de los Alpes.. "El ritmo y el calor han propiciado unas etapas de antolog¨ªa", confes¨® G¨¦rard Nicolet, el m¨¢ximo responsable de aqu¨¦llos.Su recuerdo de la llegada a Sestrieres es escalofriante: "En cuanto vimos llegar a los primeros tomamos posiciones con las botellas de ox¨ªgeno y nuestros maletines. Cuando llegaban, les aconsej¨¢bamos que siguieran pedaleando, que no pararan de repente, porque hacerlo ser¨ªa perjudicial. Casi ninguno nos hizo caso. Todos quer¨ªan sentarse, descansar. Es un s¨ªntoma inequ¨ªvoco: cuando no hacen lo que les dices, es que no pueden m¨¢s". El doctor Nicolet explic¨® que, despu¨¦s de los Alpes, la farmacia m¨®vil del Tour ha tenido que reponer sus existencias, sobre todo en sales minerales y sustancias gluc¨®genas.
Sidney Hayoun, oste¨®pata del equipo Z, ofreci¨® una versi¨®n m¨¢s detallada: "Fij¨¢os en los ojos de estos desgraciados: desorbitados e hinchados. En diez a?os no he visto muchas veces unos rostros tan desencajados. Y sus vientres: duros como piedras. Al no poder respirar bien, acaban por blindarse".
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