En el ¨²ltimo rinc¨®n del mundo
"Cuando Dios cre¨® el mundo le sobr¨® de todo un poquito y lo tir¨® a un rinc¨®n. As¨ª cuenta la leyenda que naci¨® Chile". Esto lo dijo Ricardo Larrain, director y escritor de La frontera. Y en el ¨²ltimo rinc¨®n de este ¨²ltimo rinc¨®n del mundo -muy abajo, m¨¢s all¨¢ del r¨ªo B¨ªo B¨ªo- hizo esta hermosa pel¨ªcula: en la frontera del planeta, donde comienza un lugar sin lugares dentro.S¨®lo restos de vida humana. Fuera del tiempo, rodeada de cicatrices de agresiones de la naturaleza y la pesadumbre, pero vida humana: un poblado donde deambulan las sombras del doble exilio y al que es arrojado un resistente a la dictadura de Pinochet, ya en el principio de su fin. Un expulsado del mundo reanuda fuera de ¨¦l la, busca de la libertad y la encuentra. Obra no f¨¢cil, pero resuelta con tanta sinceridad, que extrae de esta dura met¨¢fora un relato suave y contagioso pese a su melancol¨ªa, que por su generosidad -incluso para los no generosos- con todos los personajes, nos reconcilia a los hombres con nuestra condici¨®n, a veces indefendible.
La frontera
Direcci¨®n y gui¨®n: Ricardo Larrain.Fotograf¨ªa: H¨¦ctor R¨ªos. M¨²sica: Jaime de Aguirre. Chile-Espa?a, 1991. Int¨¦rpretes. Patricio Contreras, Gloria Laso. Madrid: cine Renoir.
El a?o pasado, pese a su presupuesto m¨ªnimo -70 millones de pesetas: pocas veces el dinero espa?ol se invirti¨® tan bien- alcanz¨® gran audiencia en Chile. Ahora, pa¨ªses de todas partes acogen en sus carteleras al filme, apoyado en el empuje de uno de los grandes premios del ¨²ltimo festival de Berl¨ªn. Y la imagen del ¨²ltimo rinc¨®n del mundo llega a los escaparates del primero.
La pel¨ªcula tiene mucho que ver con Espa?a, pero hay que verla para descubrir por qu¨¦: Baste con advertir que la actriz chilena Gloria Laso, que interpreta a una mujer espa?ola, hace una creaci¨®n inolvidable y que alcanza un habla castellana de tal pureza, que para encontrar m¨²sica parecida hay -en una Espa?a que degrada poco a poco ¨¦ste su idioma: una de las tres o cuatro indiscutidas cimas de la cultura universal- que buscar, con lupas en los o¨ªdos, en las resonancias alguna aldea todav¨ªa no contaminada por la poluci¨®n idiom¨¢tica audiovisual.
Es una pel¨ªcula que hay que ver y sentir. Se entra en ella poco a poco y, una vez dentro, no hay salida: captura. Y con armas nobles: la sentimentalidad sin empalago, la sencillez sin simplidad. Es ajena a la peste de la ret¨®rica visual, pues va al verdadero grano del verdadero cine: los actores, muchos sin otro oficio que el de saber ejercer ante una c¨¢mara la verdad de su identidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.