El Estado paga, pero poco
"Estamos en el nivel que corresponde a nuestra renta per c¨¢pita, que es m¨¢s de un 20% m¨¢s baja que la media europea, lo decisivo es el salto que se ha dado", dice C¨¦sar Gal¨¢n, director del gabinete de la ministra de Asuntos Sociales. Su titular, Matilde Fern¨¢ndez, resum¨ªa hace algunas semanas en el Senado los datos m¨¢s llamativos de la asistencia social: "Hay siete millones y medio de pensiones (40% m¨¢s que en 1980); la pensi¨®n media es de 48.183 pesetas; las nuevas pensiones m¨ªnimas de jubilaci¨®n se han equiparado al salario m¨ªnimo, y m¨¢s de 1,3 millones de personas perciben prestaciones o subsidios por de sempleo. Setecientas mil personas perciben pensiones no contributivas" (menos de 30.000 pesetas mensuales). ?sas podr¨ªan ser las cifras de la econom¨ªa asistencial espa?ola. A ellas hay que a?adir los servicios sociales que presta el Estado.La necesidad de ampliar o de reducir esas dimensiones ocupa desde hace tiempo, y actualmente con mayor intensidad, el centro del debate pol¨ªtico. El fraude, particularmente en el desempleo, es uno de los cap¨ªtulos de esa discusi¨®n. Lo que no es bien conocido, porque faltan datos, es el grado de cobertura de los m¨ªnimos vitales que esos gastos garantizan. La situaci¨®n de algunos estratos de la poblaci¨®n mayor de 65 a?os y de otros colectivos -parados de larga duraci¨®n, enfermos cr¨®nicos- que ingresan ¨²nicamente salarios asistenciales o colectivos marginales realojados es la que m¨¢s preocupa a los expertos.
Distinta realidad
Seg¨²n datos del Instituto de Servicios Sociales (Inserso), en 1990 el 6,1% de las personas mayores de 65 a?os ingresaba menos de 20.000 pesetas al mes; el 17,4%, entre 20.000 y 30.000 pesetas, y el 24,6%, menos de 40.000. Las cifras del Inem concluyen que el 78% de las pensiones de jubilaci¨®n no llegan a las 50.000 pesetas mensuales. Con las denominaciones al uso, la mayor parte de esas personas son pobres, pues no llegan a la mitad de la renta media del pa¨ªs (unas 550.000 pesetas al a?o).Pero esa definici¨®n no contempla la multiplicidad de situaciones posibles. No vive igual, con id¨¦ntica pensi¨®n, un jubilado en una zona rural que en una zona urbana. El ahorro, en sus diversas formas, incide en las necesidades de ingresos, la acumulaci¨®n de pensiones (sobre todo en el caso de una pareja de jubilados, que no son m¨¢s que el 15% del total, dada la baja tasa de actividad de la mujer en el pasado), las ayudas externas y otros conceptos modifican sustancialmente la apreciaci¨®n general.
"La situaci¨®n m¨¢s precaria es la de los ancianos que viven solos", dice el citado informe del Inserso. Y una encuesta del CIS de abril de 1990 asegura que el 19% de las personas de m¨¢s de 65 a?os se encuentra en esa situaci¨®n. Es decir, cerca de 970.000 sobre un total de 5.100.000. No todas pasan dificultades, pero el porcentaje de personas de m¨¢s de 65 a?os tiende a crecer. Si en 1990 era el 11% de la poblaci¨®n total, dentro de 15 a?os deber¨ªa alcanzar el 16%.
Rosario Quesada es la jefa de asistentes sociales del distrito madrile?o de Salamanca, uno de los m¨¢s acomodados de la ciudad, aunque tambi¨¦n incluya barrios de menor nivel de vida medio. "En nuestro departamento hay cerca de 2.000 expedientes abiertos, es decir, casos extremos. La mayor parte de ellos, y los m¨¢s graves, son de ancianos a quienes no alcanza la pensi¨®n, enfermos, dementes seniles, casi siempre como resultado de la soledad. La soluci¨®n est¨¢ en las residencias. Pero hay pocas p¨²blicas, y las privadas o son mal¨ªsimas -de las 14 que hay en nuestro, distrito habr¨ªa que cerrar seis o siete- o son muy caras, s¨®lo a partir de 140.000 o 150.000 pesetas empiezan a estar bien. El anciano s¨®lo puede poner unas 30.000. Recibimos ayudas del Inserso, pero no bastan". Seg¨²n datos oficiales, hay 104.000 plazas en residencias para ancianos.
Sobre una media de 100 para el conjunto de los pa¨ªses de la CEE en 1988, los gastos de protecci¨®n social para la vejez por persona en Espa?a equival¨ªan a 64 puntos: en Italia llegaban a 147, en Francia a 141, en Alemania y el Reino Unido a 102. Son datos elaborados por el economista J. Barea.
El de Mar¨ªa Garc¨ªa es un ejemplo de equilibrio econ¨®mico en el l¨ªmite. Por debajo de su situaci¨®n -econ¨®mica, f¨ªsica, ps¨ªquica, de vivienda- se tiene que pasar muy mal. Tiene 66 a?os. Es viuda de un alba?il desde 1964. Vive en el barrio madrile?o de Usera, en la casa que compr¨® su marido. "Con los muebles de entonces, pero buenos son". Cobra 45.000 pesetas mensuales de pensi¨®n: "Desde el a?o pasado, antes s¨®lo me daban 23.570".
Hasta hace poco cuidaba a una se?ora: 18.000 pesetas al mes. Ahora est¨¢ "algo enferma" y no puede hacerlo. Tiene problemas circulatorios y la tuvieron que ingresar: "Pas¨¦ un mal rato porque no pude encontrar a ninguno de mis hijos". Uno de ellos es delineante. El otro, calefactor. "No pueden ayudarme, bastante tienen con sus cr¨ªos". Con los gastos de comunidad, luz (sobre todo en invierno), tel¨¦fono y otros de la casa ("la ropa me la da la se?ora") le quedan entre 700 y 800 pesetas al d¨ªa para comer. Ahora est¨¢ mejor y puede moverse. Los transportes son gratuitos para los pensionistas. De vacaciones, nada. "Los viajes del Inserso son baratos, entre 15.000 y 20.000. pesetas, para quien pueda pagarlos".
Estudiar con beca
Hip¨®lito Rodr¨ªguez se jubil¨® en 1985 por enfermedad, una osteoporosis. Era metal¨²rgico y entonces ganaba 120.000 pesetas mensuales. Tiene 52 a?os y vive en Getafe. Cobra 60.000 pesetas de pensi¨®n. Su mujer ingresa otras 50.000 como asistenta. Salea las siete de la ma?ana y vuelve a las tres de la tarde. Tienen pagada su vivienda de 56 metros. Con ellos viven dos hijos. El de 20 a?os termina ahora la carrera de delineante, estudiada con una beca. "Entre l¨¢pices, fotocopias y libros nos cuesta casi 20.000 pesetas al mes". Le dan otras, 2.000 pesetas para sus gastos. Al peque?o, de 14 a?os, un poco menos. Con la ropa y el calzado de los hijos, la luz, los gastos de comunidad (7.000 pesetas), el transporte, les queda poco para comida: "No nos falta, pero carne, y de cerdo, s¨®lo hay dos o tres veces al mes".
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