Estudiantes y amas de casa japonesas hacen v¨ªdeos 'porno' para cubrir gastos de bolsillo
Estudiantes, secretarias o amas de casa necesitadas de un sueldo extra para perderse en las playas de Bali o renovar el ropero con los ¨²ltimos caprichos de los modistos europeos hacen cola en los despachos de los editores de videos pornogr¨¢ficos, un mercado que mueve en Jap¨®n 400.000 millones de pesetas anuales.
Shoichi Yoshimura, productor de Cine M¨¢gico, asegura que "son f¨¢ciles de encontrar. Si me apura, en este mismo caf¨¦ hay alguna" Son j¨®venes que participan eventualmente en alguna pel¨ªcula y luego desaparecen. La inexperiencia no es un problema. La inocencia de las aspirantes falta el t¨ªtulo y el argumento. Un cl¨¢sico del g¨¦nero se titula Adi¨®s, virginidad,El mundo de la pornograf¨ªa nipona, con m¨¢s de 4.200 nuevos v¨ªdeos cada a?o, presenta tambi¨¦n un aspecto s¨®rdido y delictivo que estos d¨ªas ha sido denunciado por una organizaci¨®n de Tokio llamada Derechos Humanos en el Mundo de los Videos para Adultos, dirigida por Setsuko Wakatsuki. J¨®venes drogadas o enga?adas para rodar arriesgadas secuencias, ausencia de contratos, falta de higiene y precauciones contra enfermedades ven¨¦reas o embarazo fueron algunas de las protestas recibidas por esa organizaci¨®n integrada por 71 activistas, en su mayor¨ªa j¨®venes abogados y sindicalistas del sector cinematogr¨¢fico.En algunos casos se utiliz¨® la fuerza, y los gritos de actrices novicias sometidas a inesperadas tundas sadomasoquistas con latigos de siete colas hac¨ªan las delicias del equipo de filmaci¨®n "por su realismo". Seg¨²n Wakatsuki, pocas j¨®venes han denunciado estos abusos por miedo a sus padres y amigos, que desconocen una actividad que les reporta de 200.000 a un mill¨®n de pesetas por pel¨ªcula. Seg¨²n un informe publicado en la revista Tokyo por Kjell F¨®rnander, hace varios a?os las actrices porno eran en su mayor¨ªa aspirantes que fracasaron en el cine o mujeres llegadas del mundo de la prostituci¨®n. Ahora son j¨®venes reclutadas en los barrios de Shibuya, Shinjuku o Roppongui, sin ning¨²n tipo de contacto anterior con la industria, que buscan un dinero f¨¢cil pero tambi¨¦n la posibilidad de convertirse en estrellas, como algunas precedesoras en el negocio, respetadas anunciantes o animadoras en televisi¨®n.
Esta circunstancia ha "dignificado" el mercado y relajado tambi¨¦n los escr¨²pulos de quienes se enriquecen produciendo los v¨ªdeos, que constituyen un 30% del total de los alquilados en los videoclubes. "El problema es que las j¨®venes no tienen contrato de trabajo y los guiones que reciben son tan imprecisos que no hay evidencia de las violaciones perpetradas", agrega Wakatsuki.
Valores morales
Shoichi Yoshimura, nombre supuesto elegido por el directivo de Cine M¨¢gico en sus declaraciones, es de la opini¨®n de que el incremento de modelos se debe "a que la juventud ha perdido los valores morales. Cada d¨ªa son m¨¢s las chicas a las que no les importa que les descubran sus familiares o compa?eros de estudios". La censura impuesta por Jap¨®n al vello p¨²bico facilita la leva de j¨®venes, ya que muchas de ellas no ser¨¢n obligadas a completar el acto sexual aunque. en pantalla parezca que se efect¨²a. La nube que impide la visi¨®n de la zona censurada evita asimismo cualquier comprobaci¨®n, y una jeringuilla de grueso calibre disparando un batido de clara de huevo y leche anunciar¨¢ la conclusi¨®n amorosa. Un v¨ªdeo normal, con flagelaciones o palizas y colegialas vestidas en los grandes almacenes, viene a costar unos cinco millones de pesetas.
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